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La Feria / El palito

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Sr. López

 

Quita le decíamos (su mamá era la tía Maria Eugenia, Maruca; por lo que su hija empezó en Maruquita y por economía de aliento pasó a Maquita y quedó en Quita), era una prima de las de Autlán, que cuando este López todavía jugaba canicas, ya era un mujerón de parar el tráfico, de infarto agudo de miocardio y de mandar al psicólogo a María Félix y a la modelo de “La Diana Cazadora” (que ni se llama así). Pues la Quita muy joven, cazó a un cuarentón más rico que Creso y pasó a mucho mejor vida (digo, de clase media y andar en camión en Guadalajara, a Las Lomas de Chapultepec, Cadillac con chofer, departamento en Nueva York y piso en París, es mejor vida), con el inconveniente de que el señor se aburría pronto y antes de cinco años, le dijo que quería el divorcio y que lo quería bajo sus condiciones, a menos que estuviera lista para decirle a sus papás (los de ella), que vendieran todo lo que tuvieran para el pleito, porque lo representaban abogados muy rumbosos de la época (un poquitín marrulleros… sí, lamento la desilusión, hay de esos).

 

Nada más que el ricote ese no sabía lo que son las mujeres del lado paterno de este menda: Quita sin que se le corriera el rímel, le contestó que no, que le daba el divorcio, por la mitad de todo (y era mucho más que mucho). Las carcajadas del marido se oyeron hasta el último rincón de todos los tribunales de lo familiar.

 

Antes que pronto, empezó el pleito y Quita muy elegante y seriecita, con sus abogados, fue al despacho de los de su marido (sofocos y “aaahs” de admiración… era de no creerse), les dieron una carpeta, los dejaron leerla sin decir media palabra, terminaron, la miraron con la mandíbula sobre la mesa nadie habló y se fueron (se repite lo de los sofocos, ya de salida, más).

 

Puesto al tanto el marido del contenido de la carpeta, la fue a buscar para jurarle amor eterno (por consejo de sus importantes abogados, a menos que estuviera listo para unas siete cadenas perpetuas, porque la Quita tenía papeles sobre cómo se ganaba el  dinero, sobrados para que lo procesaran en varios países). Pero la Quita le dijo que ya lo había pensado bien y ahora era ella la que quería el divorcio… claro, igual, por la mitad de todo. Y la mitad le dio (dicen que hasta pilón hubo)… -La prima Quita -decían en la familia con doble intención.

 

Nuestro gobierno hizo como que buscaba a Javier Duarte, el exgobernador de Veracruz (es un decir). Por fin, casi de mal modo, solicitaron su detención con fines de extradición al gobierno de Guatemala, que -raudo-, lo enchiqueró en un penal militar donde duerme en cama de cemento sin almohada.

 

La señora esposa del Javidú de todos ustedes, Quedó libre y sin acusaciones de nada. Ya vive en Europa (vaya usted a saber las penurias que pase la santa mujer, sin marido, con los hijos… la vida puede ser inclemente).

 

El caso es que después de algunos jaloneos legales, don Duarte (a) el Simpatías, desde el 4 de julio presente, se allanó a la solicitud de extradición de nuestro justiciero gobierno federal (ya amarrados los delitos por los que podrá ser juzgado en México… y solo por esos, como manda la ley, aunque salieran luego cosas peores: solo se le podrá juzgar por lo que se solicitó su extradición).

 

Pero algo pasa, algo raro. Por un lado empieza el rumor de la que la esposa quiere divorciarse de él (lo que es una reverenda estupidez, pues casada no la pueden hacer declarar en contra de él, ni acusarla de encubrimiento ni nada de eso, porque es la esposa); pero ese es el rumor en cierta prensa. ‘Tá bueno (qué raro).

 

Por el otro lado, el gobierno de Guatemala ya casi empieza una Novena nacional a San Judas Tadeo (patrón de los casos difíciles y desesperados), para que nuestras altas autoridades ya vayan por el agradabilísimo Javidú… y nada.

 

El día 5 de julio, Carlos Raúl Morales Moscoso, canciller de Guatemala (su secretario de Relaciones Exteriores), declaró en el noticiero de la mañana en Televisa: “El señor presidente de la república (la de él, un señor Jimmy Morales) me ha pedido pedirle a México que se lo lleven (se refiere al Javidú) cuanto antes… Nosotros a partir de esta tarde estamos en la capacidad de entregarlo: ahora mismo, en una hora o dos horas si México así lo requiere”.

 

Luego, el día 6, Excelsior publicó la declaración del ministro de gobernación de Guatemala, Francisco Manuel Rivas Lara, de que la vida de Javier Duarte corre peligro en el país centroamericano (él dijo “integridad”), pues “hay grupos criminales que se pueden prestar a atentar contra su vida”, debido a que “representa mucha información”… pues, sí.

 

El día 7, la PGR informó que don Duarte, llegaría a México entre el 17 y el 21 de julio.

 

El 10 corrió el rumor de que lo traían en 48 horas… y ese mismo día en la televisión guatemalteca, informaron que el ministro de Gobernación de ellos, Rivas Lara, reiteró que “la vida de Duarte de Ochoa corre peligro en el centro penitenciario de Matamoros, ya que se filtró que en las próximas horas se podría suscitar un hecho violento contra el mandatario al interior del reclusorio”.

 

Y nuestras autoridades, nada. Que están haciendo bien el papeleo, dijo en resumen la subsecretaria para América Latina y el Caribe, María del Socorro Flores Liera.

 

Raro… y más si toma en cuenta que acá se “filtró” la grabación de Duarte que dicen es de 2012, cuando la campaña presidencial de Peña Nieto, exigiéndole al que entonces era su Tesorero, Tarek Abdalá Saad, la entrega al PRI nacional de los mil millones de pesos comprometidos. En la llamada telefónica esta, Abdalá Saad informa a su jefe (el Javidú), que la entrega le fue encomendada al que era el contralor, un Iván López, y muy bravo el pavoroso Duarte le ordena revisar personalmente el tema y avisarle de la situación que prevalece para que no le vayan “a hacer de chivo los tamales”. El que “filtró” la grabación está avisando que sí, que saben mucho.

 

¡Qué pena con la justicia de Guatemala!, pero es que acá ya no tienen dudas: se les puede voltear el chirrión por el palito.

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