Sr. López
Usted sabe, el primo Danielito es el que tenía el cociente de inteligencia de un ostión… en la coctelera. Bueno, una vez estaba muy angustiado porque tenía unas deudas, no grandes, pero él se ahogaba en poca agua. No mucho después, ya estaba muy tranquilo porque ya no debía, había pagado todo… con un préstamo bancario. Le digo.
Sea la que sea la ideología o tendencia política de un gobierno; sean los gobernantes unos santos miríficos o unos perversos endemoniados; se trate de los más conservadores de derecha o los más fanáticos izquierdistas; sean libertarios o estatistas; sea lo que sea, la panza manda y cualquier régimen que fracasaen lo económico, encalla; no hay discurso que alcance ante el desastre.
Ya se aprobó la Ley de Ingresos para el año que entra,autoriza a doña Sheinbaum a conseguir prestado en México (endeudamiento interno), con Cetes, BonosM y Udibonos, la friolera de 1 billón 780 mil millones de pesos ($1’’780,000’000,000.00 en números para que duela) y aparte, pedir fiados fuera del país 15,500 millones de dólares (que a 18 pesos y pico, son unos 280 mil millones más).
Pero hay trampa (no es trampa, pues, pero nos revuelcan la gata): no es eso todo lo que nos van a endeudar, aparte, entre otros, le autorizan a Pemex conseguir prestados por ahí de otros 260 mil millones(160 mil millones de pesos en México y en el extranjero 5,342 millones de dólares); y a la CFE, otros 26,265 millones de pesos (8 mil 764 millones de pesosy fuera del país otros 969 millones de dólares).
Los chubascos de números aburren y acaban por no decir nada. En resumen: para el próximo año nuestros inmejorables gobernantes cuatroteros aumentarán la deuda pública, la del gobierno, la que debemos pagar todos con nuestros impuestos, a casi 20 billones de pesos (20 millones de millones).
Es válido preguntar ¿qué le hicimos, qué le estamos haciendo a México? Cuando esto era la Nueva España, con datos del libro de Jan Bazant, ‘Historia de la deuda exterior de México: 1823-1946’ (con prólogo de Antonio Ortiz Mena, nadita), poquito antes de independizarnos, en la primera década del siglo XIX, los ingresos anuales del erario ascendían a 20 millones de pesos y el gasto público era la mitad; la Nueva España (México), sorpréndase, le prestaba dinero a España (en serio).
Bueno, nos independizamos el 27 de septiembre de 1821, y menos de un mes después, el 25 de octubre de 1821, se nombró una Junta de Crédito Público para averiguar cuánto debía el país, digo, deudas son deudas, no iban a dejar de pagarse; el informe final (31 de julio de 1822), fue que México debía 45 millones de pesos de entonces, lo que no nos dice nada, pero con datos de la Oficina de Estadísticas Laborales de USA y su Índice de Precios al Consumidor, resulta que equivalía a unos 21,600 millones de pesos actuales, una nada, un chisguete (y eso es el valor nominal, en realidad valía mucho menos pero eso es otro cuento).
En 1911, ya con don Porfirio Díaz en el Ypiranga, la deuda pública de México era de 441 millones de pesos de aquellos, equivalentes 30,076 millones de pesos actuales (usando otra vez las conversiones de la oficina de Estadísticas gringa, no está uno inventando), compare con los 21,600 de 1821, no abusó el viejón y usó la deuda para infraestructura, ferrocarriles.
Luego, de 1911 al 2000, la deuda pública del país, subió a 2.04 billones de pesos y eso es una barbaridad de dinero, digo empezaron debiendo 30 mil, de veras, es mucho… pero construyeron un país entero, y no una vez, seis veces (la población pasó de 15.6 a 98.6 millones de entusiasmados tenochcas).
Hayan hecho lo que hayan hecho, entre 2000 y 2018, la deuda subió, mucho. Según la Auditoría Superior de la federación, el saldo de la deuda pública del Gobierno Federal al 31 de diciembre de 2018 ascendió a 8 billones 315 mil millones de pesos (8 billones 315 mil 864.60 millones de pesos, por si es usted el preciso).
Ahora en estos siete años de gobiernos cuatroteros, ya andamos en 20 billones de deuda, 2.4 veces la deuda que teníamos antes de la llegada de los transformadores de la patria. Piense nomás que habrán hecho estos austeros con esos 11 billones -millones de millones de pesos-, de deuda, Y no son los programas sociales en lo que se está yendo el dinero, para el año que entra, todos suman 987 mil millones de pesos. Con lo que han pedido prestado alcanza para once años de regalar dinero.
Algo anda no mal, fatal. Y con enredos de idioma técnico y explicaderas con términos de altas finanzas, nos esconden la bolita. No hay manera de justificar esta hemorragia de dinero. Hay carencias en todo, la infraestructura está de dar grima, y Pemex y CFE drenando recursos por su lado, con su propia deuda.
Encima, ¿cómo se va a pagar todo lo que debemos sin crecimiento económico? Las alegres cuentas de Hacienda dicen que el año que entra el PIB crecerá entre el 1.8 y el 2.8% del PIB. Qué risa, para este año dijeron que sería de entre el 2 y el 3% y están que se dan nalgadas de alegría porque va a ser (con mucha buena suerte), el 0.5% del PIB, la cuarta parte del 2% que dijeron (ya olvídese del 3%).
Lo que sucede es que como no estamos creciendo para mantener el nivel del gasto, la deuda equilibra las cuentas, pero eso es suicida, deuda no sustituye crecimiento.
El Señor de Badiraguato-Macuspana-Cuba, pregonó que sin corrupción y con austeridad republicana, no hacía falta conseguir prestado. Bueno, el promotor de andar dando abrazos a los narcotraficantes, endeudó el país el triple que Fox, casi el doble que Calderón, también más que Peña Nieto. Y la señora del segundo piso, a querer o no, nos sigue endeudando… ya piden prestado para pagar deudas, aunque no lo digan.
No se ponga de malas pero recuerde que aparte de todo esto, el prócer de Macuspana evaporó 135,000 millones de pesos de los fideicomisos que desaparecióy 93 mil millones que esfumó del Fondo de Salud para gastos catastróficos.
Usted no pierda la fe, recuerde, estos son la esperanza de México.