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La amistad con Amín Guillén / Al Sur con Montalvo

La amistad con Amín Guillén / Al Sur con Montalvo
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Guillermo Ochoa-Montalvo

Querida Ana Karen,

Reconozco en AMÍN GUILLÉN a un amigo cálido, humano y generoso siempre dispuesto a compartir sus conocimientos con esa singular facilidad que debería patentarse entre los métodos pedagógicos porque cuando habla cautiva. De seguro, mucha gente le habrá dicho que es una biblioteca andante; en realidad lo es, y lo digo sin afán de halagarlo; mi admiración por Amín está lejos de la lisonja y la zalamería porque sus charlas, aún las más breves, me dejan grandes enseñanzas al tiempo de motivar mi interés por saciar la curiosidad de aquellos temas inconclusos que me obligan a investigar.

Las cafeterías, librerías y eventos culturales de Comitán han sido los puntos de encuentro, siempre  casuales, con  el Maestro AMÍN GUILLÉN. En cada ocasión, nos saludamos como si la amistad viniese de muchos años atrás. Cruzamos el saludo, casi siempre acompañado de doña Isabel, compartimos un café, abordamos cualquier tema. Al final, nos despedimos con la promesa de llamarnos para charlar sin fijar fecha ni horario en el calendario; así, casualmente, nos volvemos a encontrar aquí o allá.

Amín aparece en todas las sopas de la cultura comiteca; su Ser ilumina cualquier sitio donde se le menciona como quien invocase a su Espiritu. Siempre hay alguien en la mesa que aporta datos, anécdotas,  historias y sucesos alrededor del periodista, cronista, escritor, fotógrafo, investigador, promotor cultural, maestro, locutor, conferencista y humanista.

Como ajonjolí de todos los moles, Amín siempre es tema de conversación, ya lo dije. Algunos comentan su trayectoria como escritor. Hablan de sus libros que aportan a la preservación y difusión de la historia y la cultura local. Mencionan sus obras publicadas como Caleidoscopio,  ntaro y Yagual, apuntes para la historia del agua en Comitán o Leyendas de mi tierra donde compila narraciones tradicionales de la zona.

Por supuesto, las controversias son recurrentes entre los historiadores y cronistas cuando difieren en fechas o al aportar sucesos o datos cada quien en contextos diferentes; pero todos coinciden en el tesón de Amín para buscar y rebuscar en los hechos, documentos y testimonios la información más confiable. Tal es el caso como cuando dicta conferencias y hace alusión al libro Actas consistoriales de 1892, donde cuenta parte de la vida de Comitán, de hace casi 200 años o cuando diserta sobre las primeras bibliotecas, librerías y edificios históricos de Comitán con datos duros. Algunas investigaciones las soporta con fotografías antiguas y actuales para documentar y reafirmar la identidad de Comitán, porque a sus múltiples facetas se suma la de recopilar imágenes sorprendente, aún sin declararse como fotógrafo profesional. Por esa búsqueda intensa de la información, alguien lo definió como “detective de la historia” local. Un amigo comentó que Amín trabaja de noche para evitar distracciones. En los convivios con periodistas, se le reconoce por su desempeño como locutor con varias décadas de experiencia en importantes radiodifusoras. Hasta la fecha sostiene un programa que captura la atención de una numerosa audiencia, ávida por aprender algo nuevo. Destaca como periodista publicando en diversos medios locales y revistas como Círculo Colectivo Chiapas con un estilo propio e inconfundible que ha pulido a través de los años.

La generosidad de Amín se expresa al ser un promotor incansable de la lectura y la cultura. Con frecuencia se le invita a participar como expositor, presentador de libro, moderador en conversatorios sobre todo tipo de temas. Hace días, lo encontré en Giraluna acompañando a Milton Espinosa quien presentó su libro titulado “Cultivo del Aguacate Hass” y reconoció la tutela de Amín Guillén en el oficio de la locución.

A través de nuestro amigo común Hermilo Aranda supe que Amín nació en el Barrio de la Cruz Grande de Comitán  el 10 de julio de 1955, apenas 3 años menor que yo. Quizá esta empatía se deba a la época que nos tocó vivir, ambos pertenecemos a una generación inquieta, rebelde, curiosa, libre y revolucionaria.Un sello que permanecerá hasta despediros de este Planeta. A 70 años de su natalicio la sociedad chiapaneca le rindió un merecido homenaje en el Centro Cultural Rosario Castellanos donde tuve ocasión de saludarlo acompañado de la Maestra Isabel. Esperábamos verlo en el escenario, pero prefirió acomodarse en una butaca entre el público que se acercaba a tomarse una fotografía sabiendo que se trataba de una celebridad. Con toda humildad, el 13 de julio de este año, tras un largo evento artístico de casi 4 horas, recibió su fotografía delicadamente enmarcada, así mismo el pliego institucional donde se le reconoce su larga trayectoria en la vida cultural de Comitán.

Por supuesto, a este homenaje se suman muchos otros como el que le rindió en marzo de 2020 la Universidad del Sureste (UDS) por Trayectoria Académica donde él mismo, en su calidad de cronista de la ciudad, dio la bienvenida a los asistentes. Ese gesto es característico en Amín. Cuando acude a eventos es él quien termina haciendo los reconocimientos a los organizadores, exponentes y participantes. Creo que es una forma de evitar el empalago de los halagos y prefiere tomar la iniciativa.

Retomo algunos párrafos del periodista Augusto Solórzano López al presentar su libro Caleidoscopio. “Sencillo como sencillo es su autor, Amín Guillén Flores, presentó en San Cristóbal de Las Casas su libro lanzado no hace mucho en su tierra Comitán, Caleidoscopio, en la Coordinación de Extensión y Difusión Universitaria de la Universidad Intercultural de Chiapas. El locutor y periodista, Hugo Isaac Robles Guillen, presentó el libro, mientras el maestro Juan Carlos Gómez Aranda fue el moderador de una velada literaria.

 Amín Flores, dibujó las puertas de luz, se vistió de “pájaro carpintero” y se declaró “guerrillero de la lente”, diciendo. “es mejor disparar un obturador, que disparar un fusil”. “La vida es todo un sueño y como tal, he capturado con mi cámara fotográfica algunas imágenes que dan forma al tiempo”.

Nos relata Solórzano: “En la ceremonia para ir por la conquista del culto público de Ciudad Real, Guillén Flores no fue por el reconocimiento, él, hizo los reconocimientos y los repartió con elegante manejo de la palabra. Anteponiendo sentida gratitud se derrumbó a las puertas de la Coordinación de Extensión y Difusión Universitaria de la Universidad Intercultural de Chiapas, UICh, para preguntar ¿Habrase visto persona alguna que no haya pasado por una puerta? “Por ellas han pasado reyes, príncipes y mendigos, ancianos y niños, hombres y mujeres. Por ellas también han llegado las buenas y malas noticias, la felicidad o la derrota, el malestar y el alivio”.


“Las puertas son la división entre el alma y la materia y es el umbral, el eslabón que une a Dios con el hombre… “El pájaro carpintero es un artista…Logra él solo esculpir toda una selva. Cuando otras aves se conforman con atrapar rayos de sol entre sus plumas, como un quetzal, él, está en constante logro de esculpir figuras, cansadas, perennes, grandiosas en su anonimato”.

Y el final: “Considero, que Caleidoscopio “vitrales en Comitán” es también un sueño que permite reflexionar: Es mejor disparar el obturador de una cámara fotográfica que el gatillo de un fusil…”; y eso es una cuestión de amor.

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