Guillermo Ochoa-Montalvo
Querida Ana Karen,
A KIKA MILLOT la conocí en otra vida y la reencontré en esta nueva dimensión; fueron las casualidades y coincidencias inconfundibles de nuestra primera charla, las cuales me hicieron recordarla con prístina claridad. Kika declamaba en el Ágora sus poemas dejando absortas Venus, Afrodita y al mismo Eros. Kika aprendió el arte de seducir con las palabras y secretos de la Princesa y Sacerdotisa Enheduanna en la antigua Mesopotamia cinco mil años atrás.
En aquella ocasión, Enheduanna le mostró los senderos del erotismo ejercido con libertad y sin miedos diciéndole: “Pon atención Kika, yo escribo en tabletas de arcilla con escritura cuneiforme; marco los signos en forma de cuñas sobre la tabletas con un estilete triangular; es un sistema pictográfico que más tarde evolucionó a logogramas y sílabas. Kika, estamos a 5,500 años de tu última vida en la Tierra y debes aprender a emplear las palabras desafiando a los moraliza como yo lo hago al publicar mis obras con mi nombre de mujer. Escandalicé a la sociedad con mis poemas, como el de la “Exaltación de Inanna”, donde exploré los temas del poder, feminismo, así como la relación entre lo divino y lo humano. La sexualidad pertenece a nuestra Naturaleza, es una dádiva de las deidades y sin ella, la especie humana estaría condenada a la desaparición. Ejerce tu sexualidad con pasión, placer y cántale al amor”.
Kika reapareció en otra vida donde la vi por vez primera envuelta en una túnica tan blanca como su piel declamando sus poemas a las diosas del amor y el erotismo; lo que sucedió en aquella ocasión lo reservaré para otra ocasión porque sus palabras agitaban al viento, levantaban el oleaje de los mares ye incendiaba los bosques con la pasión de sus palabras esculpidas desde su vientre para grabarlas en su piel como lo hace en esta Era del Siglo XX D.C. donde volvimos a coincidir.
¿Qué escribes Kika?, le pregunto al verla abstraída entre papeles y tinta a las tres de la madrugada bebiendo café con el ceño fruncido y las piernas recogidas. Kika me ignora, entonces, me acomodo como un fantasma en un rincón de la habitación. La observo en silencio; las poetizas se sirven del silencio y la soledad al momento de la creación. Kika sorbe el café como si besara los labios de algún amante; se frota las manos; entorna la mirada, sonríe para sí misma. Su gesto denota placer, satisfacción. Acaricia la hoja; la lee en silencio; en ese instante, me dice, —escucha, no hables. Este será el poema central de mi libro “FUEGO EN LA PIEL, EROTISMO TOTAL”.
Kika respira, suspira, aspira; un gemido antecede su lectura. Deseo escuchar el poema salir de su voz; pero ella, parece saborear sus propias palabras, recrear sus imágenes y quizá algún recuerdo, romance, locura o aventura; no lo sé. Camina alrededor de la habitación. Antes de leer me dice, “deseo visibilizar el deseo de toda mujer, su sexualidad; la emoción de sentir su propia piel sin culpas ni temores. Somos sexo, fuego, magma bajo la piel, viento moviendo las nubes; somos emoción y pasión; escucha, siéntelo, imagínalo desde tu experiencia, este poema se llama POSICIONES.
“El 69 se goza despacio, de ladito se siente muy rico, si
vas al sillón es la mejor posición, de arriba y abajo
explota ahí, ¡carajo! Si están en la cama, aunque sea
despeinada el gozo es el mismo al hacer el amor, sexo
sin pudor, una alteración de cuerpos mojados, muy
empapados también agitados, ¡oh! ¡Qué delicia sentirte
adentro! Parada o sentada, en el baño, en la sala, de
noche o de día, hasta en la cocina, las posiciones
también importan, pero es mejor hacer el amor de todas
las formas, encender el cuerpo en la hoguera, quemarse
muy lento, sudar unas gotas, empaparse de olores,
esencias y sabores, disfrutar del sexo es algo placentero
cuando se encuentra a la persona correcta”.
Cada lector hace pasar por su propia experiencia las palabras de la poesía como si fuese escrita para nosotros. ¿Qué experiencias plasma Kika en sus versos? Ella lo sabrá, además es imprudente hacer esa pregunta. Me concentro en mis recuerdos saboreando la palabra de una mujer que se expresa sin filtros, como ella misma se define. Por sus pantalones deliberadamente rotos asoman unos muslos juveniles que contrasta con las huellas de su rostro, también de aspecto juvenil. <Es su actitud>, pienso.
Kika toma otro pliego para leerlo; “Este es mi favorito por expresar nuestra autonomía al tiempo de invitar al varón a comprender que antes de una penetración el 69 es número cabalístico para encender la pasión de una mujer. Lo titulé PUNTO G”.
“He llegado al punto en donde combino el candor de mi
cuerpo con las ganas infinitas de un sexo sin pudor. El
espejo de mi habitación, mi gran amante. Me miró
desnuda frente a él, toco mis senos y recorro mi cuerpo
con mis manos acariciándome melifluamente, mis
labios se oprimen, ¡mmm! Un gemido sale de mi boca,
mis dedos tocando mi entrepierna cerca de mi clítoris,
una sensación de placer, mis piernas tiemblan, el
espejo se empaña, me contorsiono y el vaivén de mis
dedos adentrándose tan profundamente me estremecen,
encontré mi punto G, ¡oh! ¡qué placer! ¡Qué gozo!
Gimo, gimo y un suspiro empañado se expande por mi
cuerpo, mis hieles salen de mi parte íntima escurriendo
por mi entrepierna, caigo en la cama cansada, sedienta
de más. Descanso, me abrazo, mi respiración se
acelera, sonrío, amarro mi pelo, camino por la sala, me
tomo un café, platico conmigo misma; ¡qué hermosa te
ves desnuda! ¡Con el alma pura!”.
—¿Qué encontraré en tu otro poemario titulado “MAR PROFUNDO, MAR DE EMOCIONES”?, le pregunto.
Te lo diré de esta manera, “Kika Millot, es un mar de emociones, de alma y corazón puro, un torrente de aguas donde fluyen las diferentes corrientes, algunas cálidas, otras un poco frías, pero estas últimas son efímeras que desde las profundidades se expanden hasta diversos lugares y se dejan ver cubiertas de amor.
Plasmo mis vivencias a través de mis letras, con tornados de sentimientos de amor y desamor, que desde el fondo de mi corazón, dejan un pedacito de alma convertido en poesía, así es el reflejo de la poeta del amor”.
Semanas más tarde la editorial le entregó los ejemplares de ambos libros. En la primera presentación del libro, todos se agotaron, En tanto culmina la reedición de sus libros, los lectores ávidos por compartir los placeres de Kika, podrán adquirirlos en versión de PDF más económicos y de mayor facilidad para leerlo. Dejen un mensaje a Kika en su página de Facebook y se los hará llegar. Dos poemarios de alcoba para leerse en compañía de quien inquiete tus sentidos.
Este encuentro egregio con Kika, culminó con un cigarro, una copa de vino y el pacer de seguir leyéndola durante la madrugada como una cuestión de amor.