Juan Carlos Cal y Mayor
En días pasados un juez del estado México decidió absolver a un acusado de abuso sexual a una menor. La justificación fue que la niña de cuatro años no mencionó el lugar, día y horario en el que se realizó el tocamiento. «Desde luego que le creí en el tema del tocamiento. Su hija jamás mencionó el tema del lugar, el día, el horario», señaló Martínez Vitela. Ante ello, la madre de la menor reclamó al juez que una niña de cuatro años no tendría por qué saber la información solicitada.
La sesión se difundió ampliamente en redes sociales y se hizo viral como era de esperarse abriendo una discusión contra la Corte, los jueces y magistrados, y el sistema de administración de justicia en general. Pretexto para apoyar la idea del presidente para desmantelar al poder judicial cambiando a ministros, jueces y magistrados para elegirlos mediante voto popular que ya sabemos como funciona. La turbamulta se deja llevar por la visceras y no por la razón. La discusión le cae como anillo al dedo para distraer la atención ahora que está siendo objeto de fuertes críticas derivadas de todos los señalamientos y los dislates que ha cometido recientemente.
PERFILES
A mi se me ocurrió mencionar en redes que si esto sucedía con jueces que se suponen preparados, nos imaginaramos como sería el que fueran elegidos por voto popular. A la 4t no le ha caracterizado el colocar a personas idoneas por su formación y experiencia sino lo contrario. Hay un agrónomo en Pemex cuyo único mérito es ser compadre del presidente, una ministra -la esposa de Rioboo, amigo, contratista y patrocinador del presidente- que plagió su tesis y otra sin ninguna experiencia en el ámbito judicial que salió de un vecindario donde vociferaba mas groserías que las que dicen en Alvarado, Veracruz.
Las pocas personas con perfiles idoneos en la 4t o han renunciado como es el caso de Urzua (QEPD) o Arturo Herrera en la SHCP o se han quedado en los cargos con bajo pérfil y silencio complice. Así pasó con el economista Gerardo Esquivel en el Banco de México, el abogado y político Jaime Cárdenas que renunció al inservible y corrupto “Instituto para devolver al pueblo lo robado”. Varias renuncias más que no supieron adaptarse a eso de 90% lealtad y 10% capacidad. Siguen en sus cargos personas como Rosario Piedra en la ahora inocua CNDH y muchos grises personajes que no destacan en lo más mínimo.
SALVAR A LA CORTE
El tema crucial para preservar la democracia en México es salvar a la Suprema Corte porque el presidente quiere un sistema judicial dúctil a sus intereses y caprichos. Con un poder legislativo abyecto y sumiso, solo le falta controlar a la Corte para ejercer una dictadura de facto. Y todo porque el presidente no quiere entender que la ley es la ley, esa que juró protestar y hacer guardar. Le incomoda que le corrijan la plana. Que los jueces actúen conforme al debido proceso y acatando la constitución.
Hay sin duda mucho que corregir y perfeccionar para que nuestro país tenga un adecuado régimen de procuración y administración de justicia, pero ese papel no corresponde a quienes no entienden ni jota de lo que es la ciencia jurídica. Empezando por el presidente y pasando por los legisladores a los que se les ocurre cada cosa que no vale la pena comentar en este espacio.
PRESIDENCIALISMO
Estamos viviendo la reedición del presidencialismo priísta en su máximo apogeo. Ese al que nadie tocaba ni con el pétalo de una rosa. Un régimen autócrata que cometió cualquier cantidad de abusos en el pasado. Excesos donde el ciudadano común nada podía hacer contra los dictados del poder. Es la generación en que se formó políticamente el presidente. Esa que se reveló cuando llegaron los neoliberales. Una monarquía sexenal que solo encontraba sus límites ante el impedimento de la reelección.
IMPUNIDAD
Mucho hay que hacer para acabar con la impunidad en el país, pero no es con demagogia como se puede resolver. Empecemos por los ministerios públicos incapaces de sustentar adecuadamente una averiguación previa. Mientras en otros países las técnicas de investigación se han modernizado, en México sigue funcionando la coacción contra los acusados para que acepten, aunque no la tengan, una culpa. Cada que un político dice: vamos a llegar hasta las últimas consecuencias, hay que suponer que lo único que calma la ira popular es encontrar a un culpable, aunque no necesariamente lo sea.
CÁRCELES
También hay que voltear hacia nuestro sistema carcelario y de supuesta readaptación social. No funciona. Las cárceles siguen siendo universidades del delito. Es el colmo que desde ahí operen los grupos del crimen organizado. Que desde ahí proliferen las llamadas de extorsión. Que se tengan condiciones de privilegio y abuso al mismo tiempo porque los que mandan son los delincuentes que controlan el gobierno interior en las cárceles. La esclerosis en la administración de justicia provoca que personas inocentes pasen años esperando una sentencia. Después salen con que siempre no resultaron culpables y no les dicen ni “usted disculpe”. Es el purgatorio en la vida real. El infortunio de los desgraciados que no tuvieron una buena defensa jurídica o sobre los cuales se plantaron pruebas para incriminarlos.
PREVENCIÓN
Otro tema no menos importante es la prevención del delito. Un asunto complejo hoy día en una sociedad acostumbrada a que: el que no tranza o no avanza. Donde la corrupción es parte de la cotidianeidad. Donde no existe confianza para acercarse a denunciar. 94% de los delitos no se denuncian y solo el 1% termina por procesarse en un sistema como el que hemos descrito. La discusión y las reformas necesarias no se va a dar. Nos administra una capataz que quiere aplicar la ley desde “su autoridad moral y política” con el apoyo de una jauría.