Manuel Ruiseñor Liévano
Reza conocido proloquio, “no hay plazo que no se venza ni fecha que no se cumpla”, tan a modo en razón de que este domingo 2 de junio del actual 2024, tendrá lugar la elección más importante de los últimos tiempos en la aún joven democracia mexicana, al considerar la concurrencia de procesos locales y federales, así como la cuantía y representación de los cargos en disputa y el tamaño del padrón electoral.
Claro está, sin soslayar la importancia de su resultado en términos de al menos dos lecturas posibles: o la continuidad y el afianzamiento del proyecto de nación en el poder o bien su ruptura,acaso como una suerte de resistencia o regresión.
Más allá de esto, que es fundamental y que de una u otra forma se reproduce en las escenas de cada entidad federativa, vamos a enfocarnos al caso de Chiapas y de la propuesta enarbolada por el aspirante de la coalición encabezada por MORENA.
Sucede que en Chiapas está aconteciendo un fenómeno cultural y social, cada vez más intenso,que está marcando no sólo una forma inédita de hacer política, sino también una manera diferente de desplegar la acariciada democracia participativa, más allá de todo discurso o tilde ideológico al uso.
Expliquemos por qué. Primero, porque Eduardo Ramírez hace política con sustento en el conocimiento de la historia, la civilización y el aprendizaje de sus lecciones esenciales; segundo, porque hace política con base en el diagnóstico de la realidad, pero especialmente con los aportes sociales derivados de su conversación con los diferentes sectores de la economía, sociedad y cultura de Chiapas (“Diálogos por la Transformación de Chiapas”), una expresión directa y con mayor alcance en el reto de recolectar las demandas y los aportes ciudadanos.
Hace Ramírez Aguilar política sin revanchismos, humanista y señaladamente dirigida hacia la unidad y reconciliación de los chiapanecos, a la cohesión social y a la gobernanza; política respetuosa de lo que ha funcionado y con el entendimiento de cambiar lo que no ha servido. Política-política que,de modo inédito en ese territorio, tan a menudo cooptado por el ego y la ignorancia de la clase en el poder, el hombre nacido en Comitán ha puesto como estandarte de su convocatoria un llamado inmemorial de los pueblos originarios de Chiapas: jam ach’ulel /abre tu conciencia.
Y lo ha venido haciendo desde el inicio de su trabajo proselitista, el cual precisamente tuvo como punto de partida los pueblos y comunidades indígenas. Eduardo Ramírez Aguilar, no ha dejado de replicar su llamado a efecto de que la ciudadanía chiapaneca abra su conciencia, abra su mirada, abra su corazón. Nadie antes, como se dijo en la presentación del libro de Eduardo Ramírez, “Chiapas Plan Transformador 2024”, nadie, al interior de la clase política de este país, había empleado como estandarte de su convocatoria a la unidad, una expresión surgida del México profundo de los pueblos originarios. Una convicción sobre el voto razonado.
Ramírez Aguilar lo hace para abrir una nueva etapa en la historia de esta Chiapas tan olvidado y con tantos desafíos por vencer. Tiene el propósito de revalorar, reivindicar, actualizar y proyectar desde el sur intenso del país, la memoria y el legado de los pueblos originarios. Inclusión y respeto a la identidad plural de la tierra chiapaneca.
A unos días de la elección, el mensaje del aspirante a gobernar Chiapas es contundente: abre tu conciencia, abre tu corazón; piensa bonito, piensa sencillo, piénsalo bien a dónde vas a poner tu ser, tu familia, tu hoy y tu mañana.
Haz caminar tu memoria pero adelanta tu mirada; no olvides los grandes momentos que juntos a lo largo del tiempo hemos construido unidos y reconciliados.
Piensa en los que ya se fueron y en los que quedamos y en los que con el futuro irán llegando. Piensa, chiapaneca y chiapaneco en el Chiapas que amas y que quieres que siga cambiando, para bien de todos, tu familia, tus amigos, tus vecinos.
En suma, el mensaje de la nueva ERA que propone el candidato al gobierno de Chiapas por MORENA y aliados, es el de no dejar a nadie fuera, porque en Chiapas todos caben como confirmación de una historia en común más poderosa en la unidad y la paz.
