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Juana y Miguel, amor a la tabasqueña / De Primera Mano

Juana y Miguel, amor a la tabasqueña / De Primera Mano
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Rodulfo Reyes 

Juana y Miguel, que viven en la ampliación del periférico por el rumbo del hospital Juan Graham, celebraron en grande el sábado sus 48 años de casados. Refrendaron su amor con un convivio familiar, en el que repitieron el vals y ella volvió a tirar el ramo.

            Hace casi medio siglo que se conocieron, él vivía del lado de la carretera y ella del otro lado del río.

            –Juana y Miguel se cruzaron y de esa unión nació una gran familia –exclamó un sobrino de ellos, que interrumpió al grupo musical para soltar un discurso.

            El padrino de presentación fue llamando uno a uno a los hijos de sus tíos, incluidos sus nietos. Los ojos de Juana se enturbiaron cuando el animador pidió que se mostrara una foto del retoño que estuvo poco tiempo en esta vida.

            Los invitados –pura familia, vecinos y uno que otro colado– ya habían atacado un sancochado de pavo criollo, servido con vaporoso arroz guisado con las vísceras del ave y tortillas a mano recién hechas.

            Refrescos embotellados de tres litros, agua fresca de jamaica, cerveza y hielo en abundancia completaban el menú.

            El calor endemoniado ni mella hizo cuando la cantante cuerpo de uva del desafinado conjunto se arrancó con Tiempo de vals, de Chayanne.

            Los personajes de la historia, que eran nombrados en el micrófono los novios, volvieron a bailar y fueron llamados a la pista los hijos, nietos, tíos, sobrinos y hasta los infiltrados como este cronista.

            Luego la desposada llamó a las mujeres para el ritual del ramo, pero a falta del artefacto que atrapa la siguiente dama en matrimoniarse, según la costumbre, solo se cumplió con la danza.

            Canciones de Leo Dan y Marco Antonio Solís a la hora de la comida, y antes algunas tandas completas de los éxitos más movidos de Chico Che, completaron la alegría de Juana y Miguel.

            El caballero, que nunca soltó la cerveza de cuartito que le acompañó desde la hora que se sambutió el guajolote, tenía la mirada porcina de un hombre feliz, en paz.

            La costumbre repetir la ceremonia nupcial la tienen desde el año siguiente a que escucharon la epístola de Melchor Ocampo. El evento fue creciendo conforme los hijos hacían su propia vida y empezaron a cooperar para agrandar la pachanga.

            La música en vivo empezó hasta que la sangre de su sangre tuvo sus propios medios para devolverles algo a sus viejos que ahora ya caminan lento.

            Ah, este año no llegaron ciertos hermanos del novio porque como se cambiaron de partido –dejaron el PRD, que era el instituto político de la familia, por irse a Morena–, se encuentran distanciados.

Pero las rencillas se quedan solo en dejarse de hablar y se presentan en años electorales: en 2019 que Juana y Miguel cumplan 49 años de feliz matrimonio, ya estarán de nuevo todos, contentos, tomándose la foto familiar y trasmitiendo en vivo por Facebook live.

HOMENAJE A GONZALEZ PEDRERO

El gobierno de Arturo Núñez Jiménez rindió un homenaje al ex mandatario Enrique González Pedrero con un documental sobre su vida. La presentación del filme biográfico fue en el Centro de Vinculación y Enseñanza (CIVE) de la UJAT, el fin de semana, y en él el propio ex jefe del Ejecutivo narra de viva voz parte de su carrera. Ex rectores de la universidad, académicos y ex funcionarios también aportaron sus conocimientos sobre su administración. El trabajo detalla la vida de González Pedrero, sus obras y anécdotas, y cuenta la influencia cultural de su esposa Julieta Campos. La producción fue de Gloria Alicia Aparicio Bastar, y la dirección de Emilio Cárdenas Elorduy.

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