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Jóvenes observan beneficios y vicios en el programa de becas “construyendo el futuro”

Jóvenes observan beneficios y vicios en el programa de becas “construyendo el futuro”
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Esteban León

Cientos de chiapanecos han expresado que el programa de Jovenes Construyendo el futuro, implementado por el presidente de México Andrés Manuel López Obrador, ha apoyado a miles de jóvenes que no han logrado encontrar un trabajo en el estado, apoyando así a la economía de sus familias.

Sin embargo, otro sector de la población ha argumentado que desde que inició este programa, diversas empresas han bajado el monto que pagan mensualmente, en algunas ocasiones pagando menos de lo que apoyan con el programa.

“He tratado de meter solicitudes de trabajo en diversos trabajos, sin embargo, en todos ellos pagan 1500 pesos quincenales, menos de lo que se gana el programa. A inicios del año pasado, había trabajado en una empresa donde me pagan 2200 quincenales, en menos de un año, recortaron casi en un 50% el salario, lo cual no es posible.” Comento Augusto Borraz, becario de programa.

La problemática no radica solamente en la disminución del salario, también en el abuso de las empresas al aprovechar la mano de obra de los becarios, haciendo así que dichas empresas se generen ahorros al tener a los participantes de Jóvenes Construyendo el Futuro.

De acuerdo al estudio Aprendices del Siglo XXI, ¿un modelo para América Latina y El Caribe? del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), las empresas tienen un aumento de productividad con la presencia de becarios, aunque estos no sustituyan a su personal, lo que se traduce en ganancias; es decir la relación costo-beneficio depende en gran medida de la cantidad de tiempo que el aprendiz dedica directamente a funciones productivas.

Según una evaluación del Programa Registrados de Aprendices, las empresas que participan en esta iniciativa, obtienen un ingreso sustancialmente mayor, que las empresas que no están inscritas en el proyecto; no obstante los becarios cubren una jornada de ocho horas, ganando hasta 70% menos que un trabajador normal.

Lo que pasa con México y otros países de América Latina –explica Laura Ripani, coautora de Aprendices del Siglo XXI– es que si las empresas les otorgan un pago a los becarios, por

legislación, eso ya implica una relación laboral, situación que no les conviene. Por eso, en los países donde se establece un pago de parte del sector privado, se han hecho legislaciones especiales que permiten el cofinanciamiento de las compañías sin que se genere una relación contractual, situación que en el país mexicano no se da.

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