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Indolencia en Educación / Código Nucú

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César Trujillo
 

No se equivocaba Mario Moreno “Cantinflas” cuando en El ministro y yo (1975) criticaba el engorroso comportamiento y los sesgos que toma la burocracia, en muchas ocasiones, en México.

Señalaba, con santo y seña, esta absurda actuación de “poder” que ejercían detrás de un escritorio algunos funcionarios, así como personal de medio pelo, y que iba en menoscabo de las necesidades y tiempos que a la sociedad apremiaba.

Hoy, las denuncias por inconsistencias, el aletargamiento de la tramitología, el desganado trato y el desconocimiento de los cambios, que muchos hemos padecido para obtener una respuesta o lograr cubrir un requisito, es un común denominador en nuestro país: desde hace ya varios años, incluso.

Charlando con algunas personas, e intercambiando dudas con otras, me he topado con las ingentes y burdas trabas con las que tropiezan, por ejemplo, los recién egresados de las universidades particulares en cuanto al tema de su proceso de titulación, o bien, con aquellos que ya tienen un postgrado concluido y que no pueden cerrar del todo.

Y esto deriva de un sencillo paso que no comprendo por qué no implementan las dependencias estatales y que tiene que ver con voluntad política. Tan sólo eso.

Se trata de la comunicación institucional al interior, y no hablo de boletines, ojo, sino de que cada trabajador, de cada dependencia, esté al tanto de los cambios que se den en ella y pueda explicar, u orientar, a quienes así lo requieran sin problema alguno. Simple, ¿no?

Porque si usted llega a preguntar, y he  sido testigo de ello, nadie sabe nada, nadie explica nada y traen a quien requiere de información como una pelota de goma rebotando de un lado a otro. Hay excepciones, claro que las hay, pero esas son muy pocas.

¿Y por qué digo esto? Porque existe un nuevo proceso en línea que la Secretaría de Educación del estado de Chiapas va a implementar. Repito va a. Al menos eso es lo que le han comentado a los egresados que han acudido a indagar sobre su titulación, y nada más, y a recursos humanos de las universidades.

¿Cuál es el objetivo de este cambio? “Agilizar” el trámite administrativo para su obtención (la del título). Hasta ahí, todo me parece perfecto y hasta loable. Sin embargo, es un proceso que aún está en prueba y la desinformación pulula entre pasillos.

Al ser un proceso novedoso conlleva a una serie de pasos establecidos que están puliéndose o que no se quieren soltar aún, vaya usted a saber.

Es, en sí, un mecanismo nuevo pues. Pero ni la secretaria de Educación, Rosa Aidé Domínguez Ochoa, se ha dignado de informar a los egresados de las diversas carreras y posgrados sobre los pros y contras de este proceso. Como funcionaria tiene esa obligación, le guste o no. Repito: voluntad política, saber qué y cómo hacer las cosas.

Sé que existe manejo de tiempos para obtener un documento oficial, (porque conociendo a la burocracia esta puede ser una ruta de escape para responder a esta columna). Entiendo, también, que aún no está en marcha como tal. Pero ya se usa como pretexto, excusa o como “panacea” para anunciar lo que viene y muchos burócratas de ese espacio ni comprenden de qué se trata.

Como funcionarios de educación, deje les digo, están obligados a dar respuesta a los llamados de quienes requieren un documento que los avale como profesionistas titulados y que es un requisito en muchos de los puestos laborales.

La Secretaría de Educación puede emitir una declaración formal o liberar un documento oficial donde explique qué status tiene este nuevo sistema de títulos electrónicos que sería de gran ayuda a las universidades privadas para que se evite más confusión y se frenen más supuestos, de esos que en nada abonan a la paz social que está trabajando el gobernador Rutilio Escandón Cadenas.

No es pedirle peras al olmo, señora secretaria. Es simple cortesía institucional que desde su puesto se explique que los títulos sí serán expedidos a los profesionistas y posgraduados. Que, quizá, no en el tiempo pensado por los cambios que están en puerta, pero que sí van a cumplir con ello.

Es simple. No se trata de un tema complejo. Se trata de mostrar que la Cuarta Transformación se ocupa no sólo de los grandes cambios, sino de sembrar las bases desde abajo. Pequeños cambios logran grades cosas, señora. Tan simple como eso.

Recuerden a Cantinflas: “aunque ustedes también son pueblo, se olvidan de los que están ahí afuera, de los que esperan, de los que hacen cola, que también son pueblo; y que ellos dependen de ustedes pero ustedes también depende de ellos porque ellos al pagar sus impuestos, sus contribuciones, están pagando los sueldos de todos ustedes. Sus vacaciones, sus servicios médicos y sus jubilaciones. En otras palabras, todos necesitamos de todos”.

 

#MANJAR.- Que alguien le diga al presidente municipal de Ocozocoautla, Alfonso Estrada, que los tres poderes son el Ejecutivo, Legislativo y Judicial y no estatal, federal y municipal, como señaló en su entrevista de hace unos días para un medio en Cintalapa mostrando nerviosismo. Sigue derrochando estulticia y tropezando con su lengua, mostrando que ya llegó y se niega a prepararse. Que no sean gachos sus asesores y su misma coordinación de medios, ¡ayúdenlo! Háganle paro. #ParFavar // “No podemos cambiar, no podemos alejarnos de lo que somos hasta que aceptamos lo que somos. Entonces el cambio parece llegar casi desapercibido”. Carl Rogers. #LaFrase // La recomendación de hoy es el libro Suave es la noche de F. Scott Fitzgerald y el disco Hail to the Thief  de Radiohead. // Recuerde: no compre mascotas, mejor adopte. // Si no tiene nada mejor qué hacer, póngase a leer.

 

* Miembro de la Asociación de Columnistas Chiapanecos.

 

Contacto directo al 961-167-8136

 

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