Juan Carlos Cal y Mayor
Hace algunos años el entonces líder de la oposición, López Obrador, afirmó que la forma de hacer fraudes electorales por parte de los priístas se había modernizado. Que ya no compraban votos como antes (aunque en realidad esa práctica sigue siendo común), sino que se hacía a través del clientelismo con los programas sociales. No se equivocaba. Tan es así que esa práctica sigue vigente bajo el mandato de la 4t y muchos priístas nunca la dejaron. Ahora lo replican otros partidos. Obviamente eso es factible en los estratos sociales más pobres donde la necesidad y la ignorancia de la gente es caldo de cultivo propicio para ello.
Es ahí donde el populismo se siente a sus anchas. El igualitarismo concibe el desarrollo social a partir de la redistribución de la riqueza y lo hace a través de subsidios y programas sociales. Al mismo tiempo les es redituable electoralmente. Este gobierno es tan populista como el de Salinas o como el del PRI de los años setentas, solo que ya sabemos en que acabó esa historia. Aún así, el asistencialismo se mantuvo vigente durante los sucesivos gobiernos durante el neoliberalismo.
EL MISMO ASISTENCIALISMO
Desde el inicio del gobierno apuntaron directamente a ese propósito. Crearon una red a nivel nacional con los llamados Servidores de la Nación muy bien pagados con dinero del erario para operar la estructura electoral de Morena a través de los programas de gobierno. Los mismos que realizan y controlan los padrones, son lo que luego cambian de cachucha y reparten los panfletos de Morena.
Entre adultos mayores, jóvenes construyendo el futuro, las becas Benito Juárez, el programa sembrando vida, entre otros, la entrega de apoyos se hace ahora directamente en efectivo mediante las tarjetas del bienestar. SI faltaba más se construyeron más dos mil sucursales del banco del Bienestar y ahora hasta las cadenas comerciales reciben pagos y trasferencias operando pagos mediante estas tarjetas que pasan a ser de débito. De ahí que el presidente se ufana de ya tener más de 22 millones de beneficiarios directos, todos ellos votantes, que no quieren por nada perder esos apoyos.
Independientemente de las simpatías que de por si tiene el presidente, ahora ya cuentan con toda esa base social para operar en las elecciones locales. Son los logros de la 4t. Porque si volteamos a las llamadas bases de Morena, lo que vamos a encontrar es una disputa encarnizada por el poder. Quieren chamba en el gobierno y no hacen trabajo de base.
EN CONTRASTE
Si nos vamos a los resultados de esta administración la cosa cambia. La delincuencia organizada se ha empoderado porque la estrategia de abrazos y no balazos les ha permitido actuar a sus anchas. Las ejecuciones están a la orden del día. Los más de 100 mil homicidios dolosos ha superado con mucho a las administraciones pasadas. El desabasto de medicinas en el sistema de salud sigue irresuelto después de más de tres años. La economía está por los suelos. El poder adquisitivo es nulo. La inflación se ha disparado. El aumento al salario mínimo ha quedado rebasado. La pandemia ha dejado un saldo enorme de muertos. Hay 4 millones de nuevos pobres. Las expectativas de crecimiento económico son nulas. Se han eliminado importantes programas sociales para imprimirles el nuevo rostro de esta administración. Toda la inversión en infraestructura se ha centrado en los grandes proyectos del presidente. El sector privado nunca hecho a andar el programa nacional de infraestructura dos veces anunciado de la mano del presidente. Se han frenado inversiones ante la falta de certidumbre jurídica y económica. La contrarreforma eléctrica amenaza también las inversiones y apunta a disparar los costos de consumo en la cadena de producción. Eso de que el Oxxo y otras cadenas comerciales pague más, impactará en los precios de los productos finales. Es la tormenta perfecta.
PROBRAR LA MAQUINARIA
Ahora el presidente quiere medir el impacto entre los pros y contras. Por eso la importancia de la revocación de mandato que les servirá para medir el pulso y afeitar la maquinaria electoral. Medirá a la clientela cautiva y la simpatía de ciertos sectores que se mantienen religiosamente fieles al presidente. Vienen también elecciones locales para gobernador donde la oposición parece haberse puesto de acuerdo, pero para perder. Los gobernadores están prestos para entregar sus plazas a cambio de alguna embajada que además es garantía de impunidad cobijada por la 4t. A pesar de todas las adversidades, imprevistos y los daños autoinfligidos, la 4t aún respira. No son iguales dicen, pero salieron igualitos y quizá peores.