* La movilización será el 13 de septiembre en la capital del estado, para sensibilizar sobre la crisis de violencia y desplazamiento en la entidad.
Daniela Alfaro
El sacerdote Miguel Cardona Valdivia, de la parroquia Nuestra Señora del Sagrado Corazón, ha lanzado duras críticas al presidente Andrés Manuel López Obrador por su manejo de la violencia en el estado. En un video viral de su reciente homilía, Cardona cuestionó la estrategia de seguridad del gobierno, “abrazos no balazos”, y ha instado a las autoridades a reconocer su incapacidad para enfrentar la crisis.
El sacerdote también desmintió rumores de secuestro que surgieron tras su homilía, agradeciendo el apoyo recibido y asegurando que se encuentra bien y en ejercicio de sus funciones. Cardona criticó al presidente por desestimar los reportes de violencia como propaganda en su contra y acusó al gobierno de desviar la atención de la gravedad de la situación.
Cardona alertó sobre el impacto devastador de la violencia en Chiapas, que ha provocado desplazamientos forzados y una crisis humanitaria. En su sermón, también cuestionó la efectividad de las fuerzas armadas, sugiriendo que su presencia parece más simbólica que útil frente a la creciente violencia.
En respuesta a la crisis, la Iglesia Católica en Chiapas ha convocado a una peregrinación por la paz que se llevará a cabo el 13 de septiembre en Tuxtla Gutiérrez. La movilización, organizada por las tres diócesis del estado, comenzará a las 9:30 a.m. en la Central de Abastos. El sacerdote Marcelo Pérez Pérez, párroco de la Iglesia de Guadalupe en San Cristóbal, emitió un comunicado en el que hizo un llamado a la participación ciudadana, destacando la necesidad de unidad y paz.
Subrayó que la peregrinación busca atraer la atención sobre la grave situación de violencia y desplazamiento en la región, y subraya la preocupación de la Iglesia por la falta de acción efectiva de las autoridades. También mencionó que la convocatoria a la paz se presenta como una oportunidad para que los ciudadanos se unan sin importar afiliaciones políticas o religiosas, en un esfuerzo común por enfrentar la crisis que afecta al estado.