* Han emitido una carta abierta en La Jornada, refutando las acusaciones de corrupción y tráfico de influencias en su contra.
Andrés y Gonzalo López Beltrán, hijos del presidente Andrés Manuel López Obrador, han respondido públicamente a las acusaciones de corrupción que han enfrentado en los últimos años. En una carta abierta publicada por el periódico La Jornada, los hermanos rechazan las imputaciones de tráfico de influencias y vínculos con el narcotráfico, calificándolas como parte de una “campaña de difamación” sin pruebas que busca debilitar la credibilidad y fuerza moral de su padre.
La carta detalla seis casos específicos en los que han sido señalados por medios como The New York Times, Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad, Latinus y El Universal. Los López Beltrán aseguran que ninguna de estas acusaciones ha sido respaldada con evidencia. En la misiva, critican a la prensa y a figuras de la oposición, como Xóchitl Gálvez, por difundir estas supuestas calumnias. También defienden su sustento económico, afirmando que proviene de negocios privados, como un rancho de cacao y madera en Tabasco y una marca de chocolate.
En su defensa, los hijos del presidente detallan su participación en diversos proyectos gubernamentales. En el caso de la construcción de un malecón en Villahermosa, Tabasco, niegan cualquier influencia indebida y afirman que todas las irregularidades detectadas fueron solventadas. También rechazan haber beneficiado a la empresa Romedic, propiedad de un amigo, con contratos gubernamentales, asegurando que no tienen injerencia en decisiones de este tipo.
La carta aborda asimismo la participación de Gonzalo López Beltrán en la construcción del Tren Maya, asegurando que su papel fue meramente asesor honorífico sin recibir remuneración. Niegan haber recibido dinero del narcotráfico y solicitan una disculpa pública del The New York Times por insinuar lo contrario.
Los López Beltrán subrayan que han optado por romper su silencio ahora, cerca del final del sexenio de su padre, para responder a las calumnias con la verdad y defender su honor. “Todo tiene un límite. Creemos que la bajeza ha reinado en los últimos tiempos y se ha convertido en estrategia política. Esto no puede tolerarse”, concluyen.
