Elementos de la Guardia Nacional disolvieron el pasado sábado 12 de octubre a una caravana de 2,000 migrantes. En su mayoría haitianos, cubanos, cameruneses, hondureños y salvadoreños. Planeaban hacer escala en la Ciudad de México para pedir ayuda al presidente Andrés Manuel López Obrador, consignó el diario El Economista. La marcha partió desde Tapachula, Chiapas.
Se trata del primer movimiento masivo de viajeros indocumentados, desde que el Gobierno mexicano desplegó en junio un gran operativo de seguridad para contenerlos, conforme al pedido del presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Agentes de la Guardia Nacional y la Policía Federal se apostaron sobre la carretera costera de Chiapas para frenarlos.
Irineo Mújica, vocero de la organización Pueblo Sin Fronteras, dijo que los agentes rodearon la marcha, forzando a los indocumentados a correr a los lados de la carretera e internarse en la maleza, pero fueron perseguidos por los uniformados. La caravana apenas había caminado unos 20 kilómetros cuando los sorprendió una fuerte lluvia. Algunos viajeros agotados se entregaron.
El activista Luis García Villagrán, uno de los organizadores, dijo que insistirán en dialogar con López Obrador. Agregó también que miles de personas que llevan meses varadas en la frontera sur, debido a la estrategia de seguridad del Gobierno mexicano, tras los acuerdos con Trump.
