Gobierno califica de manipulada la marcha de la Generación Z y vincula a actores internacionales
* Autoridades aseguran que la movilización juvenil estaría impulsada por cuentas, influencers y grupos de derecha, aunque los promotores niegan injerencia política
El Gobierno federal presentó un análisis sobre la marcha convocada por jóvenes autodenominados Generación Z, en el que sostiene que la movilización habría sido manipulada por una red de cuentas coordinadas, influencers, políticos opositores y organizaciones internacionales vinculadas a la derecha, entre ellas Atlas Network y menciones al empresario Ricardo Salinas Pliego.
Durante la conferencia matutina, el coordinador de Infodemia, Miguel Ángel Elorza, calificó la protesta como parte de una “estrategia digital articulada” que habría incluido bots y cuentas recién creadas para amplificar mensajes contra el Gobierno. Según el informe, la campaña habría movilizado recursos por más de 90 millones de pesos en apenas mes y medio.
El rastreo de Infodemia indica que la protesta comenzó a gestarse tras un reportaje de Azteca Noticias el 3 de octubre, seguido de críticas al Gobierno por parte del influencer Carlos Bello, que luego fueron compartidas por Salinas Pliego. Desde entonces surgieron múltiples cuentas en TikTok, Instagram y Facebook que difundieron mensajes de convocatoria y críticas al Ejecutivo, algunas con participación de administradores extranjeros. Tras el asesinato del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo, la narrativa cambió hacia demandas de seguridad y homenaje al edil fallecido.
Entre los supuestos impulsores de la marcha, el informe menciona a figuras políticas y empresariales como Vicente Fox y Claudio X. González, así como legisladores del PAN y PRI. No obstante, los organizadores del movimiento han insistido en que se trata de una convocatoria apartidista, inspirada en movimientos juveniles internacionales, y niegan financiamiento externo o injerencia política.
La presidenta Claudia Sheinbaum llamó a los jóvenes a “no dejarse manipular” y cuestionó la autenticidad del movimiento, mientras las autoridades capitalinas reforzaron la seguridad en Palacio Nacional y el Centro Histórico de cara a la manifestación prevista para el 15 de noviembre. La crítica apunta a que el Gobierno intenta desacreditar la movilización juvenil, enfocándose más en los supuestos vínculos externos que en el descontento ciudadano que la origina.