Guillermo Ochoa-Montalvo
Querida Ana Karen,
Me pregunta Amanda, —¿Qué opinas de la iniciativa sobre la nueva Ley en Materia de Telecomunicaciones y Radiodifusión que envió al senado la señora Claudia Sheinbaum y que ahora ha frenado tras el escándalo y las protestas generalizadas?
—Amanda, quisiera omitir mi opinión sobre una ley oscura como han sido la mayoría donde la portada anuncia un acto legítimo de “defensa de la soberanía nacional” que todos aplaudimos ante las ofensas de Trump utilizando los medios nacionales de telecomunicaciones; sin embargo, las letras pequeñas del decreto son para pensarse.
—Exacto. A eso me refería. Trump carece de todo derecho para difundir en México a través de Televisa esa campaña contra la “inmigración ilegal” donde la secretaria de Seguridad Nacional de EE.UU., Kristi Noem, transmite un mensaje del presidente Trump al mundo diciendo: “Si consideras ingresar ilegalmente a Estados Unidos, ni lo pienses”. La protesta de la Presidenta Sheinbaum era plausible al calificar el mensaje de intromisión y discriminatorio. En lo personal, el artículo 210 de la iniciativa de ley, menciona que quienes tengan concesiones de radio, televisión o audio en el país, sean entes públicos o privados, “no podrán transmitir propaganda política, ideológica, comercial o de cualquier tipo de gobiernos o entidades extranjeras, con excepción de la promoción turística o cultural”. Hasta aquí, todo está bien.
—Es correcto, Amanda; el argumento para evitar la intrusión de gobiernos extranjeros en los asuntos nacionales es válido. Sin embargo, cuando se habla de las atribuciones de la nueva “AGENCIA DE TRANSFORMACIÓN DIGITAL EN EL GOBIERNO” cuya misión es reducir la cantidad de trámites que un ciudadano tiene que presentar ante una ventanilla. La idea es elemental: ¿por qué el gobierno requiere un documento que el mismo gobierno genera?
—Y lo peor, ¿por qué regular los contenidos de los ciudadanos que se expresan a través de las redes sociales con la prerrogativa de bloquearlos, censurarlos y hasta multarlos. En este punto poco claro, es donde saltaron los ciudadanos que se sintieron afectados en su libertad de expresión.
—Por su parte, Amanda, las televisoras más poderosas en México protestaron contra el artículo 71 de la iniciativa de ley donde se indica que ninguna concesión, junto con sus derechos, servicios, accesorios y bienes, “se podrá ceder, gravar, dar en prenda o fideicomiso, hipotecar o enajenar total o parcialmente… a ningún gobierno o estado extranjero”. Este punto me parece controversial.
—Pues este punto, a mí, me parece congruente, porque las concesiones de telecomunicaciones y radiodifusión se entregan únicamente a personas o empresas mexicanas, según lo establecido en la Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión y esto, se mantiene en la nueva iniciativa de ley de Sheinbaum. La participación de inversión extranjera en las concesiones se permite bajo los términos de la Constitución y la Ley de Inversión Extranjera
EL LADO OSCURO
—Amanda, a mí me parece oscuro este texto del artículo 185 en el cual se afirma que será la Secretaría de Gobernación la encargada de “vigilar y supervisar que la publicidad que se transmita mediante servicios de radiodifusión, de televisión o audio, restringidos y en plataformas digitales, no contravengan las disposiciones previstas en el artículo 210”.
—Otro texto confuso refiere a la clasificación del espectro radioeléctrico en tres tipos: determinado, libre y protegido. Por tanto, se elimina el cuarto tipo presente en la todavía vigente ley de telecomunicaciones, que lleva por nombre “espectro reservado” y se refiere a “aquel cuyo uso se encuentre en proceso de planeación”.
—Creo que el texto más controvertido a los artículos del séptimo capítulo, en sus artículos del 159 al 161.
sobre colaboración con la justicia. Aquí se detallan las obligaciones de los concesionarios de telecomunicaciones para colaborar con las autoridades en la identificación de suscriptores de servicios de telecomunicación, la localización geográfica de equipos terminales y la conservación de registros de comunicaciones. En resumen, la iniciativa señala que los concesionarios están obligados a entregar información, siempre y cuando las autoridades presenten un “mandamiento por escrito, fundado y motivado”.
—Sí, pero ese agregado en que los prestadores de servicios deben conservar registros incluso de “mensajes instantáneos”, ya no solo de cortos, multimedia o avanzados como lo marca la ley actual; eso fue la causa de tanta protesta. La presidenta aclaró que no es la intención censurar a una plataforma digital como Facebook, YouTube, etcétera. Sin embargo, su iniciativa daba claras muestras de un control exagerado sobre las plataformas creándose un enredo con las redes.
—Como sea, Amanda, la señora Sheinbaum frenó la Ley de Telecomunicaciones tras la polémica por el artículo que permitía al Gobierno bloquear las plataformas digitales. De esta manera, la presidenta pidió a los legisladores abrir un periodo de análisis de la nueva ley con funcionarios y especialistas. Al frenar la ley afirmó que no pretende censurar la libertad de expresión. Así que esta Ley entrará a discusión el 30 de abril en sesiones extraordinarias del senado.
—Y bueno, si esta nueva Agencia de Transformación Digital y Telecomunicaciones (ATDT) comandada por Pepe Merino, podrá “bloquear temporalmente” una plataforma digital “en los casos en que sea procedente por incumplimiento a disposiciones u obligaciones previstas en las respectivas normativas que les sean aplicables”, el tema seguirá en el aire hasta que se aclare en qué términos quedará la última versión de esta ley.
Amanda, te comparto las palabras textuales de la mandataria al frenar temporalmente la ley: “Siempre hemos estado en contra de la censura, entonces ese artículo en particular tiene que modificarse para quedar claro, o eliminarse”. “Ese no es el objetivo de la ley. Si crea confusión y se piensa que es para censurar, ese nunca ha sido el objetivo, y en todo caso que se quite el artículo, se modifique la redacción, para que quede absolutamente claro que el Gobierno de México no va a censurar absolutamente a nadie, y menos lo que se publique en plataformas digitales, sobre ese artículo que han armado un escándalo tremendo”.
Al final Amanda, recordemos que la libertad de expresión siempre será una cuestión de amor.
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