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Filosofía del chisme a la intriga / Al Sur con Montalvo

Filosofía del chisme a la intriga / Al Sur con Montalvo
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Guillermo Ochoa-Montalvo

Querida Ana Karen, 

En esta carta deseo hablarte de dos temas sin saber por cuál empezar. Por una parte, reflexionar sobre los efectos nocivos del chisme y por la otra, del MUNDO DE SOFÍA, esa novela sobre la historia de la filosofía de Jostein Gaarder. Dos temas en apariencia diferentes; pero ya llegarás a tus propias conclusiones.

Cuando llegué a vivir a un lugar, lo primero en advertirme fue: “ten cuidado; aquí el deporte favorito es el chisme”. Por doquier que viaje y viví en el país, el chisme era imperante; como siempre, me alejé de los rumores sin darles importancia. 

Debes saber algo interesante; en nuestras vidas lo que menos aflora es la verdad absoluta, quizá porque esta se encuentra muy lejos de nuestra propia conciencia. Lo común es la mentira, las verdades a medias, el chisme y el rumor -que son sus vehículos-, el engaño y lo peor de todos ellos: la intriga.

La MENTIRA, tarde o temprano, se descubre. Cae por su propio peso, porque quien lanza una mentira desencadena otra serie de mentiras para sostener las primera. Para ello, el mentiroso debe gozar de una prodigiosa memoria; pero aún así, en algún momento resulta insostenible al caer en contradicciones, al descubrir otras evidencias de verdad o al confrontar a los actores que en ella están involucrados. La mentira no siempre tiene la finalidad de lastimar a otros ni tiene afán de maldad necesariamente. Las mentiras piadosas, las medias verdades y la noble mentira son ejemplos claros de ello. A su vez, el famoso conflicto entre Kant y Condorcet sobre si hay derecho a mentir puede ser otro gran ejemplo.Desde las “mentiras piadosas” hasta aquellas con el fin de simular lo que no se es o de disimular lo que en realidad somos, la mentira pasa por mucho matices morales que podrían ser atenuantes o agravantes.

Las VERDADES A MEDIAS muy frecuentes entre políticos, vendedores, profesionales del marketing, y otros, suelen tener un efecto más persuasivo o disuasivo porque parten de una verdad inobjetable que al ser aderezada por alguna mentira, se convierte en algo verosímil, aunque no verdadero. Los discursos oficiales están plagadas de estas verdades a medias cuya eficiencia consiste en crear percepciones colectivas que al divulgarse terminan por creerse religiosamente. 

¿Recuerdas la frase de Joseph Göbbels, «una mentira repetida mil veces se convierte en una verdad»?, pues esa es la táctica empleada por la gente común, servidores públicos, gobernantes, políticos, empresarios, mercadólogos y cualquier otro, que a través del chisme, el rumor, la publicidad, propaganda y el “correo de voz” difunden a gran velocidad. Ahora, se pueden viralizar en cuestión segundos gracias a  la tecnología y las redes sociales al publicar “memes”, banners de gran impacto, comentarios, videos y demás herramientas al alcance de cualquiera. ¡Aaaah!, ¡cuidado con la inteligencia artificial! Y con esas aplicaciones donde hasta un niño puede manipular las imágenes cambiando escenarios, colocando gente a modo, e incluso, puedes cambiarle los rasgos de su cara sin mayor problema. Esas son mentiras a medias.

Las medias verdades suelen tener consecuencias mortales como lo sucedido durante la pandemia del COVID donde la retórica se sirve de argumentos científicos (recuérdese a un médico afirmando: “no pasa nada si no usan mascarilla y mil ejemplos similares. “Nuestros servicios de salud son de mayor excelencia que los de Dinamarca”). Esta manipulación suele crear confusión, dividir opiniones de forma grave, polarizar a la sociedad, entre muchos efectos más.

El ENGAÑO y la mentira son cosas distintas. Mentir es un contenido falaz que se expresa lingüísticamente con conciencia de su falsedad, y engañar es la forma o conducta, el “hacer creer” mediante acciones (disfraz, simulación, etc.) Mientras que la mentira quedaría reservada al ámbito estrictamente humano, en tanto un sistema de conciencia y lenguaje complejo y muy desarrollado, el engaño tiene más amplitud y pudiera apreciarse también en otros animales mediante mimetismo, camuflaje, premeditación, etc.

En el siglo I d.C. Aulo Gelio, en su célebre Noches Áticas, incorpora una diferenciación entre mentir y decir mentiras( mentiri mendacium dicere). Mientras que la primera alude a un escenario consciente de falsear lo verdadero, mendacium dicere apela a una inconsciencia, imprudencia, error o, incluso, imaginación. Mentiri Mendacium serían claras alusiones a una capacidad creativa humana pero con diferente grado de consciencia. En este caso, un ejemplo sería <<ellos ven vanidad y adivinación mentirosa. dicen: ‘así dice Jehovah’, pero Jehovah no los ha enviado. ¡con todo, esperan que él confirme las palabras de ellos>>.

El tema de la mentira y el engaño ha sido ampliamente por los filósofos Aulo Gelio a Michel de Montaigne. El escritor Óscar Wilde escribía desesperado por una vuelta al arte de la mentira, la verdadera estructura sólida de una sociedad civilizada.

Cuando analizamos las relaciones sociales acudimos a la mentira como manifestación de lo inmoral y desagradable. Seríamos entonces todos seres inmorales y desagradables porque mentimos. Pero algo sucede cuando rascamos un poco la superficie y lo que parecía una nuez resulta en una ciruela manchada de arcilla. 

Menciona un autor: “Debido a que construimos la realidad, todo es realizable, incluso lo no real, y siempre querremos ver lo que queremos ver, haciendo el sesgo de confirmación, entre otros, de las suyas. Por eso es distinto mentir de engañar, porque ambas suponen crear algo que no es real, pero mientras que engañar supone practicar dicha negación sabiendo de su carácter fraudulento, mentir es tener la esperanza de que podrá realizarse porque se cree. Situaciones sociales parecidas pueden ser los malentendidos o las presuposiciones, donde todos mienten (se ha creado una alternativa a lo real o sucedido) pero en el engaño no existe ánimo de dañar a nadie. (animus nocendi).”

INTRIGA

A diferencia de todas las anteriores, según el diccionario: LA INTRIGA ES LA ACTIVIDAD SECRETA Y COMPLICADA DESTINADA A HACER TRIUNFAR O FRACASAR A UNA PERSONA O COSA. La intriga nace de la manipulación consciente y dolosa de la verdad sin importar el mal que puedan crear a los demás.

Cuando las personas nos relacionamos tenemos diferencias comunicativas, nuestros sistemas de creencias son desiguales, y dentro de esos sistemas individuales relativizamos con nosotros mismos. Resulta que toleramos la hipocresía, y cuando hablamos de nuestras mentiras o las de nuestros cercanos resultan más verdaderas que las pronunciadas por nuestros enemigos o desconocidos. Y no es ni bueno ni malo, somos así. Pero, ¿cómo sabemos si alguien nos miente? Se requeriría de un análisis de más variables para saber captar los emblemas comunicativos que nos llevan a semejante sentencia. Estamos, al parecer, solos frente a la intriga. Pero la intriga, como creación alternativa a lo real, dice mucho más de nosotros que la verdad blanca, eterna, inmutable e inalienable. Puede que estar solos frente a la mentira sea una oportunidad honesta de estar solos frente a nosotros mismos. Al final, la intriga destruye relaciones humanas, atomiza a comunidades, genera enemistades, crea situaciones confusas, conflictivas y de enormes enredos.

Entonces, Ana Karen, ¿podemos afirmar que la mentira es inherente al ser humano?, sí. Pero no así las verdades a medias ni el engaño pues estas son construcciones deliberadas con propósitos nobles o perversos; en cambio, la intriga siempre conlleva propósitos perversos. 

Procurar hablar con la verdad de frente siempre será una cuestión de amor.

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