Manuel Zepeda Ramos
Como si la Rosa de los vientos los guiara desde los cuatro puntos cardinales donde habitan, llegaron a la CDMX para participar en el Festival Internacional “La región más transparente” -en tácito homenaje a Carlos Fuentes y a uno de su primeros escritos que lo inmortalizó-; festival, digo, adonde llegaron a grabar obras inéditas de compositores mexicanos. Ya no se separaron. Y no solo eso, sino que decidieron seguir en la línea de instrumentar obras en Guitarra de los compositores mexicanos.
Hablo del Cuarteto de México.
Anoche, a cupo lleno, se presentó en la espléndida galería Domínguez y Buis por vez primera en Xalapa como cuarteto, ya que sus integrantes lo han hecho como grandes solistas que también son de la guitarra clásica, en esta ciudad capital de Veracruz que es, desde hace muchos años, uno de los bastiones de la promoción de la cultura y de la música en México, con grandes solistas de la guitarra clásica como Alfonso Moreno y Rafael Jiménez que han conquistado importantes premios internacionales para orgullo de Xalapa.
El Cuarteto de México, no es la excepción.
Entre sus cuatro integrantes suman más de 80 premios y distinciones en importantes concursos nacionales e internacionales.
Antonio Laguna, Arody García, Carlos Viramontes y Daniel Olmos, son sus nombres, originarios de la CDMX, Durango, Torreón y Morelia, respectivamente. Todos formados en grandes escuelas de música: la superior de música del INBA; en la Universidad Autónoma de Coahuila -dos de ellos-, y en el Conservatorio de las Rosas en Morelia, también respectivamente.
Son todos músicos jóvenes, alegres, que gozan lo que tocan y con un tremendo dominio de sus instrumentos.
Sin duda, fue un placer escucharlos. En cada una de sus interpretaciones, el público, embebido con su talento, le regalaba largos y sonoros aplausos que subrayaban su gusto por escucharlos.
Empezaron con Johann Sebastian Bach: preludio y fuga en Do mayor, a partir de un arreglo de Antonio Laguna.
Siguieron con una composición de Julio César Oliva, nacido en 1947: tres ofrendas a Santa Cecilia; una composición para cuarteto de guitarras de Antonio Laguna: Fantasía, con influencias de huapango en alguno de sus movimientos de este espléndido compositor y arreglista integrante del cuarteto que posee fuerte ascendencia veracruzana.
Le siguió una composición de Marco Aurelio Alvírez (1972-2020): Francachelas sonoras mexicanas; para terminar el concierto con dos piezas: una de Paulo Bellinati (1950): Bailao de Gude y otra de Andrew York (1958): Quiccon.
El público los ovacionó fuerte e ininterrumpidamente, hasta que accedieron a tocar un ancore y allí vino la gran sorpresa de la noche: Anunciaron que tocarían una suite colombiana de Julio Albarracín Montaña: Porro.
Atrás de ellos estaban colocadas cuatro guitarras fabricadas por el xalapeño Rafael Vásquez en exhibición. Los cuatro músicos se dirigieron adonde estaban las guitarras, al mismo tiempo, para tomar las cuatro guitarras del gran laudero, dejar las suyas para regresar a sus sillas. allí, anunciaron la pieza colombiana ya señalada y la tocaron espléndidamente con el sonido extraordinario que tienen las guitarras de Rafael Vásquez.
El público enloqueció con un aplauso, yo incluido, que parecía que nunca acabaría.
Así, el Cuarteto de México homenajeó al gran laudero Rafael Vásquez, que ya fabrica espléndidas guitarras en Xalapa.
El Cuarteto de México nos ofreció una noche inolvidable desde la galería Domínguez y Buis, de Xalapa.
Mañana será la clausura en el auditorio del ISMEV, a las cinco de la tarde. Estará a cargo del gran guitarrista, el maestro Alfredo Sánchez. También participará el maestro Brandon García.
Allá nos vemos.