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“Feliz, feliz, feliz, feliz…” / Artículo Único

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Angel Mario Ksheratto

 

¿Quiénes son los FELICES del “pueblo feliz” en el imaginario narcisista de AMLO?

¿Los familiares de las miles de mujeres asesinadas?

¿Los familiares de miles de hombres muertos por el crimen organizado?

¿Los familiares de niños y niñas que ha muerto por balas perdidas?

¿Las amas de casa que desde diciembre del año pasado pagan 60 pesos por un kilo de pollo?

¿Los miles de trabajadores despedidos por la “austeridad”?

¿Los millones de mexicanos agraviados por la liberación y perdón de criminales de “cuello blanco”?

¿Los miles de obreros desempleados?

¿Los nativos del sureste a quienes afectarán su medio ambiente por la construcción del Tren Maya?

¿Los chiapanecos que exigen cárcel para el exgobernador Velasco y AMLO lo protege y promueve para cargos públicos?

¿Los militantes verdaderos de la verdadera izquierda que fueron víctimas del fraude del 88, dirigido por Manuel Bartlett, hoy mano derecha del presidente?

¿Los millones de pobres a los que pretende mantener contentos con migajas?

¿La familia de decenas de periodistas y defensores de los derechos humanos asesinados?

¿Los deportistas a quienes ha retirado apoyo institucional?

¿Los intelectuales y promotores culturales a los que deja sin fondos públicos para realizar su trabajo?

¿Los millones de pacientes a quienes se les está limitando los medicamentos?

¿Los miles de maestros a quienes se les quiere imponer una “reforma” educativa, revolcada de la de Peña Nieto?

¿Los cientos de policías federales a quienes se les despoja de sus derechos laborales para integrarlos a la Guardia Nacional?

¿Las decenas de mujeres violadas, para quienes no hay indicios de justicia?

¿Las familias de cientos de secuestrados y secuestradas?

¿Los millones de campesinos a los que se les limitan, reducen o retiran subsidios para la producción?

¿Los trabajadores informales a los que los ayuntamientos criminalizan y persiguen?

¿Los millones de ciudadanos vejados, asaltados, golpeados y desaparecidos por los cuerpos de policía?

¿Los millones de mexicanos apaleados por la violencia e inseguridad?

¿Los inversionistas que están en riesgo por las medidas erráticas en materia de economía?

¿Los empresarios a los que mantiene bajo permanente asedio por el solo hecho de ser empresarios?

Yo no veo a nadie de los arriba mencionados, muertos de risa, derivada de la felicidad. ¿Y usted?

Quizá los únicos sonrientes, sean aquellos que se están beneficiando con ésta administración y que son, por cierto, agentes del pasado corrupto; gente que ha sido claramente evidenciada por sus actos de corrupción y que hoy, gozan del perdón plenipotenciario del presidente López.

Hace unos días —casi al mismo tiempo en que López Obrador decretaba la felicidad nacional—, un grupo de mujeres externó su rabia por la impunidad y corrupción en las policías, los ministerios públicos y jueces, que nada han hecho para frenar la cada vez más creciente ola de feminicidios. Nadie ahí, estaba feliz. Estaban indignadas, molestas, enojadas. Nadie, insisto, nadie estaba feliz.

La visión del presidente López —como todo lo demás—, es errática, tergiversada. Alejada totalmente de la realidad. En éste país, el único feliz, es él. Él y la manada —pequeña manada— de oportunistas que han decepcionado al país entero.

 

Transitorio

Veo tristeza; decepción. Frustración. Impotencia. Arrepentimiento.

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