+ Ley y orden social por imagen y voto…
+Indemnización por suspensión de obras…
+ Austeridad mal entendida del Faraón…
+ La farsa y quebranto en la “rifa del avión”…
Ruperto Portela Alvarado
MÉXICO, EL PAÍS DE PEJELANDIA…
Tuxtla Gutiérrez, Chiapas.- Dice el estadunidense, escritor, pensador y doctor en economía TOMÁS SOWELL, que: “Es tan fácil estar equivocado y persistir en el error, cuando los costos de estar equivocado, los pagan otros”. Nada más acertado para señalar al creador de la “Cuarta Transformación” y acomodarlo a la investidura del “Mesías” que todo lo paga con dinero ajeno.
Parece que en poco tiempo (21 meses) que al PRI le costó 71 años y al PAN solo dos sexenios, a ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR solo le bastaron escasos dos años para llenar de hartazgo a los mexicanos; porque, aunque lo quiera esconder con su sonrisa sarcástica y la negación, la realidad le desmiente. Su sonrisa nerviosa que muestra en las conferencias mañaneras, parecen más de preocupación que de satisfacción por lo que está haciendo.
Hoy tenemos que darnos cuenta de que “este gobierno de Morena es un fracaso” y que va de picada, aunque le quieran echar la culpa al pasado y ahora a la pandemia del Covid-19. Los hechos de imposición, ocurrencias y caprichos, han llevado en estos 21 meses de administración federal al derroche del presupuesto, al pago millonario de errores como la cancelación de la construcción del Aeropuerto de Texcoco que costó en la venganza “amlomiopía” más de 220 mil millones de pesos, aun con los daños ecológicos ya ocasionados.
Es también una “bola cantada” el anunciado fracaso de las obras faraónicas del “Tren Maya” con el que devastarán no solo el sistema arbolario de la región sino también por la extracción de material pétreo –que me dicen—será de 50 millones de pies cúbicos; la “Refinería Dos Bocas” que aseguran, no tienen ningún futuro y el “Aeropuerto Felipe Ángeles Santa Lucía” que han sentenciado los especialistas en aeronáutica que no es funcional.
No podrán negar los defensores oficiosos que el Presidente ha cambiado la seguridad ciudadana, la ley y el orden social por los índices de aceptación a su imagen personal, el gobierno y los próximos votos en las elecciones próximas del 2021 y el 2024. Aplausos y aceptación que paga con millonario presupuesto de la federación a través de los programas sociales a más de 22 millones de mexicanos que presume son “votos cautivos”. Aclaro, no promueve una cruzada contra la pobreza como lo intentó ENRIQUE PEÑA NIETO, sino que es una campaña electoral descarada para sostenerse en el poder y el dinero de su devoción.
Por ese millonario gasto en programas sociales se entiende mal la llamada “austeridad republicana o franciscana”; porque “austeridad no significa no gastar o reducir el presupuesto a las instituciones gubernamentales; sino hacer lo más con lo menos, pero con lo necesario”. Los recortes en educación, salud, por ejemplo, han sido actos criminales contra la población y sobre todo a los niños en su preparación académica y los niños con cáncer a los que se les negó el medicamento y tratamiento.
No se puede profesar una “austeridad republicana” cuando se dispone de 600 millones de pesos para la compra de dos estadios de béisbol y otros mil millones para promover el “rey de los deportes” cuando tenemos 57% de mexicanos en pobreza que en esa misma referencia Chiapas tiene 78%. Es más, con la pandemia se prevé un aumento de 10 millones más de pobres que se suman a la pobreza existente.
La propia contradicción y confusión del Presidente que en reiteradas ocasiones ha dicho: “tenemos el dinero necesario”, pero en los hechos, anda desesperado por obtener recursos como el aumento a la tarifa de servicio eléctrico de CFE; el impuesto especial a la gasolina y el kilogramo de gas doméstico. Pretende extinguir 34 fideicomisos para obtener 250 mil millones de pesos; cambiar la ley para disponer a su antojo del presupuesto federal y comprar medicinas en el extranjero, en una actitud sospechosa. Pero también se gastó el 50% del Fondo de Estabilidad Económica (150 mil millones de pesos), que nadie sabe en qué, porque no hubo explicación alguna.
Un error que tiene fondo y poca seriedad en el resultado, es la rifa fraudulenta de un avión presidencial que “no se va a rifar”. Entendido que los premios a ganadores serán cien de 200 millones de pesos cada uno. Son 6 millones de cachitos con precio de 500 pesos, que si se vendieran todos, se obtendrían 3 mil millones de pesos, que solo para el pago de los premiados se utilizarían 2 mil millones; 6% de comisión a los vendedores y los gastos de operación hecho por la Lotería Nacional, mermaría considerablemente las supuestas ganancias.
Con esos datos, ¿cuánto le quedaría al gobierno de la 4T para la compra de medicinas, implementos y equipo médico o el pago del avión de los que se deben todavía 140 millones de dólares? Pues que cada quien haga sus cuentas, porque hasta donde se sabe, solo se ha vendido 63.8% de los cachitos, que ha obligado al Presidente aplicar la “genial idea” de disponer de 500 millones de pesos para regalar los cachitos al sistema hospitalario mexicano, “para que quienes se saquen los premios, lo inviertan en medicamentos”.
Pregunto: ¿qué no sería mejor invertir ese monto directamente en medicinas, como también los 2 mil millones de pesos que le entregó durante una mañanera el Fiscal ALEJANDRO GERTZ MANERO al Presidente, que pertenecen al INFONAVIT y los trabajadores afiliados y no al gobierno? Esa es la disyuntiva, hacerle ver a “Su Majestad”, que está equivocado.
ESTE GOBIERNO ES UN DESASTRE…
Si no lo quieren ver así, allá ustedes. El tiempo le dará la razón a quien la tenga, pero hoy la realidad es que “No Vamos Bien”, contra todo lo que dice don ANDRÉS MANUEL. Las cosas iban mal y la pandemia la vino a empeorar. El país es un desastre en todos sentidos: salud, educación, empleo, economía, inseguridad, violencia, muertes y una errática administración que no entienden.
Estamos metidos en una pulverización social; un divisionismo promovido por el Presidente desde su púlpito de Palacio Nacional y una amalgama de mentiras, traición y robo. La corrupción es institucional y se ha metido hasta el tuétano de esta administración de la “honestidad valiente” y el “combate a la corrupción”, que ha resultado una falacia.
En muertos por la violencia y la delincuencia organizada, solo en el primer año 2019 de este gobierno, se han sumado más de 34 mil asesinatos y agregamos casi 20 mil en lo que va de 2020. El país es un caos, está prendido y no hay cómo apagarlo. En 2019, 476 policías fueron asesinados. En ese mismo año, hubieron mil 009 feminicidios y de enero a junio se han contabilizado 489, que significa 9.2% más, comparado con el mismo período de 2019. Y en lo que va de este gobierno la estadística señala 74 mil desaparecidos, que provocan descontento y manifestaciones.
En este año 2020, se han lamentado los asesinatos de tres jóvenes entre 17 y 19 años, deportistas que jugaban fútbol y era prospectos a ligas superiores de este deporte. Ha desaparecido el estado de derecho y la nula aplicación de la ley a los infractores con decisiones adversas como la de “abrazos, no balazos”; “los delincuentes también son seres humanos”; “hay que acusarlos con su mamá” y la orden expresa del Presidente para liberar al “Chapito”OVIDIO GUZMÁN o el saludo del Ejecutivo Federal a la mamá del CHAMPO GUZMÁN, que significa sinónimo de “tratos en lo oscurito” de este gobierno con la delincuencia organizada.
Estamos en las manos de los delincuentes o el resquebrajamiento del Estado de Derecho y la aplicación de la ley. El caso de EMILIO LOZOYA AUSTIN y ROSARIO ROBLES BERLANGA son ejemplos de aplicación de la ley a modo y selectiva; pero también la ausencia de autoridad y clara irresponsabilidad en el caso de la toma de las oficinas de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH); el conflicto de los productores de Chihuahua que tomaron la presa “La Boquilla” en exigencia de agua para sus cultivos y ahora la confrontación con ejidatarios de Morelos, por el reinicio de la “Termoeléctrica Huesca”, de la que hay siete amparos en contra de su construcción.
Debemos rematar con la orden del Presidente de aplicar “donativos económicos voluntarios” –obligatorios— de los empleados federales, desde subdirectores, directores, subsecretarios, secretarios y el mismo Presidente, que se harán de manera directa a sus salarios, que van desde los 10 a 25%, según el rango laboral; así como la compra obligada de cachitos para la “rifa del avión presidencial”. El tema es largo de contar y hasta aquí, solo una parte de la forma insolente, soberbia y trepadora de la forma de obtener y gastar el dinero, de manera indiscriminada, sin control, reglas y derroche…
Se acabó el mecate… Y ES TODO…
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MIEMBRO DE LA ASOCIACIÓN DE COLUMNISTAS CHIAPANECOS. A. C.
