*Activistas e intelectuales analizaron en Chiapas los efectos de las reformas constitucionales en los pueblos indígenas, las limitaciones de los gobiernos progresistas en América Latina y el uso de la historia oficial como mecanismo de dominación, durante un semillero convocado por el EZLN.
Redacción
Las consecuencias adversas de las reformas constitucionales para los pueblos originarios, el avance de gobiernos de ultraderecha tras el desgaste del progresismo latinoamericano y la utilización de la historia oficial como herramienta para invisibilizar a las comunidades fueron algunos de los ejes de análisis en el semillero “De pirámides, de Historias, de Amores y Desamores”, organizado por el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) en Chiapas.
Desde el 26 de diciembre, más de mil asistentes provenientes de comunidades zapatistas y de distintos países se congregaron en el CIDECI-Unitierra, en San Cristóbal de Las Casas, para escuchar reflexiones sobre el papel de las “pirámides” del poder, la manipulación de los relatos históricos, el sistema económico, los malos gobiernos, las leyes y el aparato judicial, así como las resistencias sociales, las izquierdas, el progresismo, los derechos humanos, el feminismo y las expresiones artísticas.
Tras la apertura encabezada por el Subcomandante Moisés y el Capitán Marcos, participó el economista y académico de la UNAM, Carlos Aguirre Rojas, quien sostuvo que los gobiernos progresistas de la región no lograron contener a sus propias élites económicas, lo que —afirmó— ha favorecido el retorno de proyectos políticos de corte “fascista”. Señaló que en países como México, Venezuela, Brasil, Argentina, Bolivia y Chile, los gobiernos de izquierda no modificaron la estructura capitalista, que se mantuvo e incluso se fortaleció a costa de las clases populares y de los pueblos indígenas.
Aguirre subrayó que el análisis de los problemas sociales debe partir “desde abajo y desde la izquierda”, retomando la visión zapatista de construir alternativas desde lo colectivo y lo común.
En su intervención, la abogada Bárbara Zamora advirtió que las reformas constitucionales impulsadas en las últimas décadas —en materia agraria, minera, energética, de amparo e inversión extranjera— han resultado dañinas para las comunidades indígenas, al servir como sustento legal para el despojo de territorios y la explotación de los recursos naturales. Apuntó que, aunque muchas reformas aparentan ampliar derechos, en realidad buscan concentrar poder y eliminar garantías previamente reconocidas.
Por su parte, Eduardo Almeida y Tamara San Miguel, integrantes del Nodo de Derechos Humanos y del Enlace Urbano de Dignidad (Nodho), afirmaron que los derechos, en la práctica, no existen como tales, sino que se expresan como concesiones o amenazas encubiertas bajo figuras institucionales. Como ejemplo, mencionaron la militarización del país y la forma en que se administra tanto la asistencia social como la violencia.
El semillero continuará este 29 de diciembre y concluirá este martes, en el marco de las actividades conmemorativas por el 32 aniversario del levantamiento armado del EZLN en Chiapas y del inicio de la llamada “guerra contra el olvido”.
Fotos: Luis Enrique Aguilar / Desinformémonos