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Estamos solos / Código Nucú

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César Trujillo

Quienes nos dedicamos al oficio de informar estamos solos. Acuerpados sólo por el gremio, pero solos al fin. A las autoridades nunca les ha importado brindarnos protección. Todo lo justifican con panfletos de solidaridad, con compromisos grabados al aire donde prometen justicia cuando la tragedia ya nos alcanzó. A la par de esto, la sociedad nos acusa de todo: nos exige pluralidad, trasparencia y veracidad, y nos fustiga con calificativos con los que hemos aprendido hasta bromear, tomando en cuenta que cuando nosotros requerimos su respaldo nos dan la espalda.

Sí, estamos solos. Nadie sabe lo complicado que es hacerse de un tiempo por las tardes para tratar un tema desde casa, la oficina o en un café. No conocen las horas de lectura que esto lleva, la documentación para acuerpar lo que decimos, los datos duros y el análisis vertido desde una óptica que es personal y que, en el caso de esta columna, muestra mi punto de vista y nada más. Sin embargo, no se empachan en llamarnos chayoteros, peinadores, prianistas y un sinnúmero más de señalamientos cuando no comparten lo escrito, o bien, sólo porque no comulgan con la lectura que tenemos de un tema.

Sí, sí estamos solos. Ni siquiera los dueños de los medios de comunicación en Chiapas salen a manifestarse o suspenden por un día las labores de sus empresas para solidarizarse con el gremio, con el dolor enfundado desde la indefensión en la que nos encontramos. Ni siquiera ellos, los beneficiados con nuestro trabajo, los que reciben canonjías gubernamentales, los que han explotado a los compañeros por años, a los que les mal pagan, a los que no les dan (en muchos de los casos) ni seguridad social, tienen ese gesto de solidaridad, pero eso sí exigen libertad de expresión cuando ellos son los primeros que la violentan.

Sí, sí estamos solos. Porque en el colmo de toda esta desesperanza vemos que a uno que otro “compañero” del mismo gremio (y esto es más que lamentable) le es más importante exhibir que un compañero colaboraba con algún político, que difundía información de alguna dependencia o ayuntamiento, que percibía un sueldo oficial, que elevar la voz para exigir justicia ante la tragedia. Sobre todo como si ellos fuesen un dechado de virtud, como si no conociéramos de dónde y de qué forma han conseguido mucho de lo que presumen y que es el génesis de su hipocresía.

Sí, sí estamos solos. Y no nos queda más que seguir elevando la voz, denunciando las injusticias, las irregularidades, la falta de gobernabilidad que nos aplasta desde la frivolidad e indiferencia de nuestras autoridades para los que somos tan sólo una cifra más. No nos queda más que mantenernos firmes y en la trinchera, respaldándonos entre nosotros, haciendo un lado las diferencias porque de otro modo todo será más difícil.

Sí, sí estamos solos. Pero ni esta atmósfera de violencia, que lleva ya más de dos décadas, podrá callar las voces de mis compañeros, de los que salen día a día a conseguir la noticia, de los que son agredidos por las organizaciones sociales o los sindicatos cuando cubren las noticias, de todos los que somos acusados de “prensa vendida” sin entender que los que se venden son otros: los dueños, los que cobran grandes cantidades, los que traicionan a la sociedad y desinforman.

Sí, sí estamos solos frente a la apatía del gobierno, frente al crimen que crece y que nos sentencia a lo que quiere sabiéndose todopoderoso; estamos condenados, como dijimos alguna vez con Mario Gómez en una charla vía telefónica, a seguir haciendo periodismo como un método de resistencia, a seguir opinando desde la columna en la que vertimos nuestros puntos de vista, a seguir denunciando, pese a las condiciones en las que nos movemos, en la que nos han relegado.

Sí, sí estamos solos y nos duele. Pero seguiremos apostándole a lo que Lawrence Wrigth señalaba como el carácter sagrado del periodismo: la obtención de la verdad, aunque nos hagamos los sordos a tanto descrédito, a tanto señalamiento.

Pd: Mi reconocimiento a doña Paty de Amech y a Héctor Montesinos, dos activistas que ayer marcharon para exigir justicia con el gremio de periodistas.

Manjar

El undécimo Festival Internacional de Escritores Carruaje de Pájaros 2018 llegó a su fin. Los cuatro días en diferentes sedes han sido una experiencia de la que muchos nos hemos llenado en las diferentes voces, las diferentes maneras de ser y estar, de escribir, de compartir la palabra. Nos queda un cúmulo de emociones, de sentimientos encontrados, de la nostalgia tras saber que nuestros hermanos han partido nuevamente a casa. Gracias a Fernando Trejo, director general del Colectivo de Arte y Cultura Carruaje de Pájaros, por su generosidad y compromiso. Gracias a todos por esta gran fiesta. Nos toparemos pronto, muy pronto, porque la poesía es la casa de todos nosotros. #GraciasTotales // “Vivir sin filosofar es, propiamente, tener los ojos cerrados, sin tratar de abrirlos jamás”. René Descartes  #LaFrase // La recomendación de hoy es el libro Otras voces, otros ámbitos de Truman Capote y el disco Ænima de Tool. // Recuerde: no compre mascotas, mejor adopte. // Si no tiene nada mejor qué hacer, póngase a leer.

                              

* Miembro de la Asociación de Columnistas Chiapanecos.

Contacto directo al 961-167-8136

Twitter: @C_T1

Mail: palabrasdeotro@gmail.com

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