Sr. López
Tío Rubén (nota importante: tío político), era dueño de varias empresas y de más dinero del que es creíbletener, que por su vileza, era detestado por cuantos lo conocieron, en especial sus muchos y hambreados empleados que, odiándolo, cada año iban a su magna fiesta de cumpleaños, le aplaudían, le echaban porrasy hacían cola para darle el abrazo: pagaba una quincena extra al que iba y al que no, lo despedía… ¡viva, viva don Rubén! Segunda nota importante: al morir, no hubo velorio, rosarios, misa ni entierro, la por fin viuda, tía Herminia, donó el cuerpo a la Escuela de Medicina. Menos merecía.
El sábado pasado fue la autocelebración de doña Sheinbaum, en el Zócalo de la capital nacional, retacado de acarreados pagados al contado para vitorearla con la excusa de celebrar los siete años de la cuatroté. ¡Viva, viva!… ¡presidenta, presidenta!…
La señora del segundo piso, sigue los dictados del Pejestorio, para reinstalar en el país la hegemonía de un solo partido, copiando (mal), las prácticas de aquél priismo imperial, irrepetible por muchas razones. Podrán, eso sí, imponerse usando todos los recursos del Estado, hoy a su entera disposición, pero al precio de hacer cada vez más difícil ocultar el verdadero rostro de este régimen esperpéntico.
Ese viejo PRI sí fue la dictadura perfecta, es largo de explicar, pero quédese con que una dictadura no necesariamente tiene aterrorizada a la población nicampos de exterminio. Una dictadura es cualquier régimen que acapara el poder e impone sus decisiones sin límites.
Claro que hay de dictaduras a dictaduras, las hay totalitarias, que prohíben los partidos políticos, cancelan las elecciones, desaparecen la prensa libre,encarcelan o ejecutan a los opositores con la población bajo permanente delación y espionaje… hágase de cuenta Cuba.
Hay dictaduras menos burdas, las autoritarias, que aparentan por todos los medios ser regímenes democráticos, pero que en los hechos imponen la voluntad del gobernante o de su grupo, amañanreformas constitucionales y legales, capturan los poderes legislativo y judicial, anulan o controlan los órganos de control y no rinden cuentas ni de dinero ni de comicios.
En esas dictaduras, las autoritarias, para neutralizar a los políticos opositores se recurre de preferencia al soborno y en caso necesario al amago, la coerción, la amenaza, la persecución, sin descartar la violencia y hasta el asesinato como recurso último que no prefieren no por buenecitos, ni porque la sangre mancha mucho, sino porque quita el maquillaje democrático
A diferencia de las dictaduras totalitarias en las que el dominio absoluto lo garantiza el terror, en las dictaduras autoritarias se recurre a la corrupción como infalible elemento de cohesión del grupo político, y aparte corrompen opositores, fuerzas armadas y pero-por-supuesto, a la prensa.
El actual gobierno federal de este nuestro risueño país no va rumbo a ser una dictadura autoritaria: ya lo es y llena todos los requisitos. No es alarmismo ni calumnia, eso son y el último resquicio que queda, del que no han podido asegurar del todo su control, son las elecciones que siguen siendo libres pero para impedir cuentas raras de votos y resoluciones de burladel tribunal electoral, deben ser masivas y eso… eso es cosa de nosotros los del peladaje.
Lo de las concentraciones masivas para autoalabanza y mostrar la fuerza política del régimen, en México no consigue ni lo uno ni lo otro: setenta años de priismo dejaron al tenochca simplex, cauterizado. La señora del segundo piso debiera arrumbar esa burda manera de autoafirmarse, ella no nació en Macuspana, está más leída… que lo piense.
Ni Fox ni Calderón, hicieron concentraciones masivas de esas, ni una; Peña Nieto, tampoco. Piénsele Presidenta, por qué será que desecharon esa estrategia del priismo más rancio.
En primer lugar porque es algo que se hacía en el siglo pasado, está demodé, se ve mal; y en segundo lugar porque nunca falta un desalmado memorioso que caiga en cuenta de la clase de batracios de la historia que tenían afición a organizarse celebraciones masivas para alabanza propia y aplastar el ánimo de sus opositores o de cualquiera que tuviera malos pensamientos. Para que la señora de Palacio vea que es de buena fe la cosa, se le ofrece sin costo, una breve lista de canallas muy aplaudidos y vitoreados en “zocalazos” como el del sábado:
Por supuesto, Panchito Franco, el temido dictador de España, que se le menciona en primer lugar porque cada año celebraba su movimiento, así como usted hizo el sábado. Luego entre muchedumbres inmensas, Mussolini, el fascista (él sí). Otro, Fito Hitler, que se las organizaba en grande, déjese del Zócalo, busque en Google ‘Zeppelinfeld’ (Campo Zepelin), en Nuremberg (cabían sin apreturas 200 mil vociferantes como los de usted, doñita).
También hacían esos desfiguros masivos, Mao Tse-Tung, el horripilante dictador de China. En Corea del Norte, los infames Kim Il-sung, papá, y Kim Jong-un, hijo (el gordito pelado a rape). En Irak el impresentable Saddam Hussein.
Y al final le menciono a Iósif Vissariónovich Dzhugashvili, conocido como José Stalin, en confianza su mami le decía Sosó (Pepe, en georgiano, su lengua de nacimiento): ese tipo que tal vez sea quien más gente ha matado en la historia se daba verdaderos baños de masas con una diferencia sobre todos los anteriores, a él, el pueblo ruso lo idolatraba, por lo que sea, pero hasta los que salían del Gulag, lo veneraban.
Deje esas cosas, doñita, no se distraiga, mire, el viernes en la LIII Asamblea Plenaria de la Conferencia Nacional de Procuración de Justicia, por primera vez estuvo un extranjero, sí, un tal Mark Coolidge Johnson -encargado de negocios de la embajada yanqui-, que a la Fiscal General y los 32 fiscales estatales, les dijo-ordenó: “es necesario desmantelar organizaciones criminales y no sólo perseguir delitos individuales”… ¡qué importa!, dirá la señora, lo del Zócalo fue un exitazo… eso es vivir de ilusiones, un espejismo.