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Escenario I / Código Nucú

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César Trujillo

En la antesala de los comicios 2021, las posibles alianzas y pactos entre los diferentes institutos políticos empiezan a correr por redes sociales. Algunas se mueven como simple rumor de pasillo. Otras se muestran en fotografías que azuzan especulaciones y se nutren del cantar de las sirenas que muchas veces enloquece a unos y provoca malestar a otros. 

Hablemos hoy de las negociaciones que vienen trabajando los partidos Revolucionario Institucional, de la Revolución Democrática y Acción Nacional en Chiapas, y donde se pueden tener tres lecturas probables. Tres escenarios posibles que cambiarían el comportamiento de los electores y el rumbo de las cosas.

Empecemos señalando la más favorable para los tres colores en estos momentos: la alianza que busca poner en jaque al partido en el poder, al movimiento del presidente López Obrador, y que permitiría mantener o incrementar a las tres fuerzas, tanto los municipios que hoy gobiernan en la entidad como los espacios en el Legislativo. 

De darse esta alianza, los tres colores podrían sumar esfuerzos y obtener buenos números que les permitirían llegar más fortalecidos al 24. Creo que lo tienen claro y hasta parece fácil, pero no lo es. Por algo señalaba Reyes Heroles que en política la línea recta casi nunca es la más cercana entre dos puntos. Y es aquí donde surgen algunos pequeños inconvenientes de intereses de grupo e, incluso, particulares que hacen tambalear este pacto.

Son varias las voces dentro del Revolucionario Institucional que apuntalan dicha alianza con un “pero” entre la búsqueda de la aprobación para que ésta se lleve a cabo. Y ese detalle podría detonar a los otros dos escenarios que menciono y que complicaría un poco más las cosas. Esto ha lanzado una moneda en el aire que podría quitar al PRI de esa alianza. Nada favorable para algunos.

¿Cómo sería, entonces, un segundo escenario para estos tres partidos y qué podría romper dichas pláticas que van entre un 60 y 70 por ciento de avance? Es muy simple. El segundo escenario coloca al PAN y al PRD caminando juntos como aliados (lo hicieron en 2018), y al PRI solo o, quizá, con algún otro color que quiera sumarse. 

La causa deriva de la incomodidad y los intereses de algunos grupos de priistas con la figura de Willy Ochoa que quiere ser el alcalde de Tuxtla Gutiérrez. A eso súmele los otros municipios grandes. Esto es un secreto a voces. Quizá por ello el propio Willy se está blindando y mantiene ya apalabrada con el líder de Acción Nacional en Chiapas, Carlos Palomeque Archila, una pluri para la diputación federal. La lectura es más que simple. Si el ahijado de Beltrones pacta con el PAN, azul sería su corazón. 

Y bueno, un tercer escenario sería que ese 60 o 70 por ciento de avances en las pláticas se caiga por completo y cada instituto político llegue a caminar solo. Este escenario es sumamente desfavorable para los tres colores. Sobre todo para el PAN y el PRD que en estos tiempos enfrentan una crisis interna derivada de los errores que en el pasado cometieron las cúpulas en el centro del país. No olvidemos el Pacto por México que propuso el PRI y que ambos avalaron sin chistar, alejándose de sus causas e ideología, y que es un fantasma que aún los persigue.

Es aquí donde los tres líderes deberán mostrar su capacidad para tejer en beneficio de sus partidos y su militancia, y no por enconos personales o por posturas de grupos. Aquí encaja la capacidad de negociar. Porque probablemente si el PRI decide abandonar este pacto en Chiapas, Willy Ochoa siga siendo abanderado a la Presidencia Municipal de Tuxtla Gutiérrez por el PAN y el PRD, partidos que saben que el priista tiene el capital político y económico para dar batalla contra quien le pongan, aunque en caso de perder estaría protegido con la curul federal blanquiazul. 

Si el PRI decide ir solo tendría que definir quién sería su candidato o candidata a la alcaldía coneja. Y aquí salta el nombre mismo de Emilio Salazar, a quien vimos en una fotografía no hace mucho junto a Alejandro Moreno Cárdenas y a quien el Partido Verde Ecologista de México podría perder. E incluso surgen los nombres de la regidora Adriana Guillén, Manuel Sobrino e Iván Sánchez, este último quien ha logrado recuperar la estructura y presencia del tricolor en la capital gracias al trabajo a ras de suelo que trae con las bases. 

Por el PAN, el mismo Paco Rojas podría retornar al azul que por años abanderó y junto a él aparece el nombre de María Mandiola, una mujer que ha sabido moverse en las turbias aguas de la política aldeana y el mismo Juan Carlos Cal y Mayor. En el caso del PRD tendría que presentar sus propias cartas que saldrían de una de las cinco corrientes y que seguramente serían trabajadas con el liderazgo de Samuel Castellanos, brazo derecho de mi camarada y secretario general del amarillo, César Espinosa. 

Cierto es que no hay nada escrito aún. Menos cuando se trata de política. Si algo aprendimos en el 2018 es que las alianzas se rompen por intereses políticos en cuestión de horas o minutos. Vimos, lo recuerdo bien, el manoseo de las alianzas y pactos que sembraron una enorme incertidumbre y que le pasaron factura a las aspiraciones de Roberto Albores Gleason cuyo grave error, sigo diciendo, fue sentirse gobernador antes de tiempo, y probó, en carne propia, la miel de la traición con las promesas vertidas por el entonces gobernador Manuel Velasco y operadas por Enoc Hernández.

Así aunque muchos hoy ya se lamen los bigotes creyendo tener pactado un espacio en esta alianza deberían analizar los escenarios que se vienen. Ya hablaremos de los otros pactos, las otras alianzas y los otros institutos. Cada partido tiene sus propios pros y contra, sus propias complicaciones, sus propios estatutos. Cada alianza también. Hay que tratar de verlas todas para empezar a razonar el voto y ver a quién le dejaremos el rumbo de nuestros municipios y las voces en el Congreso. Es lo justo. Lo que nos toca.

#Manjar En las redes sociales se difundió una nota del Diario de Chiapas que exhibe tres cheques entregados a Rosemberg Hernández Díaz, extesorero y cuñado del alcalde de Ocozocoautla, Alfonso Estrada Pérez. Resulta que sumados los tres dan la cantidad de 470 mil 760 pesos y están con fecha del 24 de diciembre de 2018. Dicha cantidad se le dio a título personal y el ayuntamiento no ha explicado el cómo y el por qué entregó esos cheques al cuñado del edil que ahora es suspirante a la presidencia municipal de Coita y que preside, desde el 13 de septiembre del 2020, en ese mismo municipio, la AC Proyecto Amigo Revolucionario Número Siete. Es aquí donde la Auditoría Superior del Estado debería tomar cartas en el asunto e investigar los posibles actos de corrupción dentro de dicho ayuntamiento y someter a una auditoría el periodo del extesorero. En una de esas encontramos otro huésped para El Amate. Ojo aquí. #NoALosCorruptos  “Ahuyentemos el tiempo, amor, / que ya no exista; / esos minutos largos que desfilan pesados / cuando no estás conmigo / y estás en todas partes / sin estar pero estando. / Me dolés en el cuerpo, / me acariciás el pelo / y no estás /y estás cerca, / te siento levantarte / desde el aire llenarme / pero estoy sola, amor, / y este estarte viendo / sin que estés, / me hace sentirme a veces / como una leona herida, / me retuerzo / doy vueltas / te busco / y no estás / y estás / allí / tan cerca.” Gioconda Belli. #ElPoema // La recomendación de hoy: el libro Consomé de piraña de Antonio León y el disco What’s Going On de Marvin Gaye. // Recuerde: no compre mascotas, mejor adopte. // Si no tiene nada mejor que hacer, póngase a leer.  

* Miembro de la Asociación de Columnistas Chiapanecos.

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