El reciente feminicidio de Yuri Cristel a manos de su pareja sentimental ha encendido nuevamente las alarmas sobre la violencia estructural que enfrentan las mujeres en México. Pero más allá de las cifras, este crimen pone en el centro una exigencia urgente: los hombres deben asumir su responsabilidad histórica para erradicar el machismo y detener la violencia feminicida.
“No somos propiedad de nadie, no somos objetos que se adquieren al iniciar una relación. Tenemos derecho a decidir sobre nuestras vidas, a ser tratadas como iguales. Los hombres tienen que dejar de voltear hacia otro lado. Deben dar un paso al frente y enfrentar un sistema que los ha privilegiado históricamente, pero que hoy mata a miles de mujeres”, señaló Alejandra Soriano, feminista y ex diputada local, tras conocerse el caso.
“Yuri Cristel fue asesinada en su propia casa, en pleno día, por alguien que decía amarla. No fue un asalto ni un crimen aleatorio: fue una expresión brutal de la violencia de género que sigue arraigada en los hogares y relaciones afectivas.”
Cita la exlegisladora que las cifras globales confirman que los hogares se han convertido en uno de los lugares más peligrosos para las mujeres. De acuerdo con la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), en 2023 más de 51,000 mujeres y niñas fueron asesinadas por sus parejas u otros miembros de su familia en todo el mundo. Esto equivale a 140 mujeres asesinadas cada día, o una mujer cada diez minutos. Además, el 60% de las mujeres víctimas de homicidio intencional fueron asesinadas por personas cercanas, principalmente hombres con los que tenían un vínculo familiar o sentimental.
Alejandra Soriano advierte que, si bien la indignación social es fundamental, también debe traducirse en acciones personales y colectivas. “No podemos seguir solapando a los violentadores, aunque sean parte de nuestras familias. Erradicar la violencia feminicida es una responsabilidad compartida. La impunidad es violencia institucional, y la indiferencia también lo es”.
La exdiputada llamó a los gobiernos federal y estatal a dejar de improvisar en la atención a la violencia contra las mujeres y a destinar los recursos suficientes para su prevención y erradicación, con políticas públicas con perspectiva de género, derechos humanos e interculturalidad. “No se puede seguir simulando. Ya no caben los discursos sin acciones concretas. Se necesita voluntad política real y funcionarios con compromiso y experiencia”, sostuvo.
Finalmente, Soriano subrayó que la lucha feminista no puede ser una carga exclusiva de las mujeres. “Este no es un problema de las feministas: es un problema de país, de sociedad. Si los hombres no se suman activamente, si no revisan su comportamiento, si no se enfrentan al sistema que los forma como agresores, nada cambiará”.
El feminicidio de Yuri Cristel no es un caso aislado. Es parte de una epidemia que exige un cambio profundo. “Los hombres tienen una deuda con la vida, la libertad y la dignidad de las mujeres. Ya no hay excusas. Es tiempo de actuar”, concluye.
