Envejecer con salud, un programa que pone al centro las necesidades de los adultos mayores
Uno de los fenómenos relacionados con la transición demográfica es el rápido incremento de la población en edades avanzadas. México, como parte de los países en plena transición demográfica, experimenta un intenso y acelerado proceso de envejecimiento poblacional, transitamos de una población joven a una más envejecida, de acuerdo con las proyecciones del Consejo Nacional de Población (CONAPO), sin embargo, para el año 2050 esta composición se verá profundamente alterada, ya que se prevé que la proporción de jóvenes será mayor a la de adultos mayores. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo Nueva Edición, del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, para el segundo trimestre de 2022 residían en México 17 millones 958,707 personas de 60 años y más; es decir, 14% de la población total del país. Al respecto, la académica de la Escuela Nacional de Trabajo Social (ENTS) de la UNAM, Guadalupe Cañongo León, considera que esas cifras nos colocan oficialmente como un país envejecido, así mismo la profesora del Centro de Investigación y Estudios de Trabajo Social en Gerontología (CIETSGe) de la ENTS puntualiza que como sociedad hemos invisibilizado, subestimado y discriminado a las personas mayores.
Hoy en día la expectativa de vida de los mexicanos es de 72 a 74 años, mientras que para las mexicanas es de 76 a 77 años, aunque esta longevidad depende de diversos factores. El envejecimiento es un proceso gradual y continuo de cambio natural que se inicia en la edad adulta temprana, a partir de los 30 años el proceso biológico del cuerpo empieza a generar cambios, dependiendo el metabolismo de las personas y se podría decir que empieza un proceso de envejecimiento, donde muchas funciones del cuerpo comienzan a disminuir gradualmente y aunque no hay una edad determinada que convierta al individuo en un anciano o en una persona de edad avanzada, tradicionalmente, la edad de 65 años se considera como el comienzo de la vejez. Pero el motivo de esta consideración no se fundamenta en la biología, sino en la historia. Hace muchos años, la edad de 65 años fue elegida como la edad de jubilación en Alemania, el primer país en establecer un plan de jubilación; en 1965, en Estados Unidos, la edad de 65 años fue designada como la edad elegible para el seguro de Medicare a partir de esto, muchos países fueron adoptando la edad para considerar un retiro laboral. El cálculo de edad real y el proceso de envejecimiento –por decirlo de alguna manera– se debe considerar mas por el tema biológico y el detrimento de la salud integral –física y mental– de cada personas, aunque hoy en día se consideran tres tipos de edades: La edad cronológica se fundamenta únicamente en el paso del tiempo (expresada en años), esta edad tiene poco sentido en términos de salud; sin embargo, la probabilidad de desarrollar un problema de salud aumenta a medida que las personas envejecen y la principal causa de pérdida funcional durante la vejez son los problemas de salud, más que el envejecimiento normal, dado que esta contribuye a predecir muchos problemas de salud, se emplea en el campo legal y en el económico; la Edad biológica se refiere a las modificaciones que experimenta el organismo y que se presentan, generalmente, con el paso de los años; dado que estos cambios afectan a algunas personas antes que a otras, algunas personas son viejas desde el punto de vista biológico a los 65 años mientras que otras no lo son hasta transcurrida una década o más. Sin embargo, la mayoría de las diferencias notables en la edad aparente entre personas de edad cronológica similar son causadas por el estilo de vida, los hábitos y los efectos sutiles de ciertas enfermedades en lugar de por las diferencias en el envejecimiento real; en el caso de la Edad psicológica se refiere a cómo se comportan y se sienten las personas; por ejemplo, una persona de 80 años que trabaja, o desarrolla proyectos, espera con ilusión acontecimientos futuros y participa en muchas actividades, es considerada una persona joven psicológicamente, esto influye directamente en su salud y por ende a su edad biológica.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) la vejez es una etapa que conlleva un descenso gradual de las capacidades físicas y mentales, ya que a lo largo del tiempo se acumulan una gran variedad de daños moleculares y celulares. En este sentido, a partir de una cierta edad, es frecuente que la salud se debilite, aumentando la vulnerabilidad y la fragilidad de los más mayores. Desafortunadamente, para una gran mayoría de personas, pensar en envejecimiento y vejez es sinónimo de dependencia, de enfermedades físicas y mentales y de manera equivocada se llega a creer que representan una carga social por su dimensión numérica, lo cual no esta más alejado de la realidad, cuando vemos que la atención a este sector poblacional puede ser una oportunidad de abrazar su sabiduría y experiencia; pero el desafío radica en la atención y planeación de las condiciones necesarias para que este sector poblacional deje de representar un impacto en los sistemas económicos y sanitarios, volviéndose un potencial para el sistema educativo y laboral; pero para ello, debemos centrarnos y prepararnos para poder poner las bases y las herramientas a un envejecimiento saludable, tomando acciones preventivas en vez de curativas que estén asociadas intrínsecamente a nuestro sistema sanitario atendiendo las principales causas de morbilidad y mortalidad como son la enfermedades no transmisibles, tales como diabetes, cardiacas y cáncer; afectaciones que son resultado de estilos de vida inadecuados que vienen desde la juventud y cobran su factura al transitar los años.
El envejecimiento saludable es un proceso continuo de optimización de oportunidades para mantener y mejorar la salud física y mental, la independencia y la calidad de vida a lo largo de la vida. Una realidad es que las personas mayores sanas e independientes contribuyen al bienestar de la familia y la comunidad, por lo que constituye un mito presentarlas como receptoras pasivas de servicios sociales o de salud; sin embargo, en los actuales momentos, el número de personas mayores aumenta exponencialmente en coyunturas socioeconómicas complejas e inciertas y sólo las intervenciones oportunas permitirán potenciar la contribución de este grupo al desarrollo social y prevenir que se conviertan en un factor de crisis para la estructura sanitaria y de la seguridad social de las Américas, como lo menciona la OPS/OMS, ante ello su propuesta de proyecto expuesto en 2021 “La Década del Envejecimiento Saludable” que ofrece la oportunidad de aunar a los gobiernos, la sociedad civil, los organismos internacionales, los profesionales, las instituciones académicas, los medios de comunicación y el sector privado en torno a diez años de acción concertada, catalizadora y de colaboración para mejorar las vidas de las personas mayores, sus familias y las comunidades en las que viven, uniéndose como parte de los objetivos de la agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible: todos los países y partes interesadas se han comprometido a no dejar a nadie desatendido y se han propuesto garantizar que todas las personas puedan realizar su potencial con dignidad e igualdad y en un entorno saludable.
Se requiere una propuesta de acción de todos los niveles y todos los sectores, ya que todos vamos a convertirnos en una población que envejece afectando a casi todos los aspectos de la sociedad; la respuesta se requiere de manera urgente, concentrándonos sobre el Envejecimiento Saludable y la paliación de sus enfermedades no transmisibles, ya que muchos de ellos no tienen siquiera acceso a los recursos básicos necesarios para una vida plena y digna y muchos menos si se enfrentan a enfermedades y a numerosos obstáculos que les impiden participar plenamente en la sociedad, que los pone en la encrucijada de comer o medicarse, entrando en un circulo vicioso de desigualdad, exclusión social, dependencia y asistencia total.
Es por ello, que RedSalud Internacional desarrolla el programa “Envejecer con salud” que busca apoyar a las personas en exclusión sanitaria, sobre todo haciendo énfasis al apoyo de adultos mayores y jubilados, que por sus necesidades específicas en esta etapa demandan mayor atención, congratulándonos de esta acción, al establecer la primera farmacia incluyente de adultos mayores y jubilados, consolidando el Fondo Solidario de Medicamentos para este sector con el objetivo de que en un futuro no muy lejano no tengan que decidir entre comer o medicarse; donde pretendemos generar la red más grande de atención a nivel nacional de y para adultos mayores que nos ayuden a fortalecer nuestro trabajo social y que nos permita llegar a cada rincón de México, para contribuir con nuestros recursos al bienestar social y al progreso de los adultos mayores y jubilados. Tanto si perteneces a una organización civil, institución, escuela, empresa o de manera personal, si estás interesado en colaborar no dudes en contactarnos al correo afilia-t@rsalud.com.mx o al whatsapp 2222388473.