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Entender a Chiapas

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“La victoria tiene muchos padres; la derrota es huérfana”

Napoleón Bonparte

Manuel Ruiseñor Liévano

Entender al Chiapas de hoy, es entender lo que entraña el bono millonario de confianza que la ciudadanía le extendió a Eduardo Ramírez Aguilar, al elegirlo como gobernador del estado para el periodo 2024-2031. Hablamos del respaldo histórico que recibió en las urnas el pasado domingo 2 de junio, en proporción 8 de cada 10 ciudadanos.

Entender el presente de Chiapas es sopesar la significación que entraña el hecho de que el hombre de Comitán fue el candidato de MORENA que más votos obtuvo en las 8 elecciones estatales a gobernador, incluyendo la jefatura de gobierno de la CDMX.

Entender a esta tierra milenaria, voluntaria y soberanamente mexicana desde hace casi 200 años, es comprender el momento que se vive y el cual exige la madurez democrática y política, necesarias para procesar la victoria electoral sin triunfalismos y en la dimensión histórica justa. Pero también implica aceptar la derrota por parte de los perdedores.

Entender a Chiapas es, especialmente, restañar las heridas, reconciliar a los adversarios que no enemigos; es unir, incluir y comenzar a marcar el nuevo ritmo del gobierno mediante diálogo y respeto, a efecto de transitar en la mayor armonía camino a la consolidación de un cambio de régimen, iniciado hace cerca de 6 años. De ahí el encuentro que sostuvo el virtual gobernador electo con las candidatas de MC y de la alianza PAN-PRI-PRD.

Entender a Chiapas , es lo que ha hecho justamente Eduardo Ramírez Aguilar desde hace más de una década en la cual inició la ruta que lo llevaría a ser el conductor del destino de esta tierra por donde comienza la patria.

Es desplegar un proceso terso de transición donde no haya espacio ni para confrontaciones o sumisiones y mucho menos rupturas, ante el reto de poner en marcha una propuesta de desarrollo social y crecimiento económico, acorde al nuevo liderazgo político y humano que tiene Chiapas.

En pocas palabras, el reto que tiene ante sí el próximo líder de los chiapanecos –y lo sabe perfectamente porque se preparó como nadie para cumplir su sueño de gobernar a Chiapas–, es ejercer el poder con responsabilidad, humanismo y efectividad y hacerlo con resultados tangibles que comiencen a sacar al estado de los últimos lugares en el escalafón del desarrollo y la justicia social.

Y es que Chiapas, ha estado detenida, rezagada, olvidada y esa condición es inmerecida en razón y correspondencia con su pasado de grandeza, la fuerza de su diversidad cultural, sus recursos naturales y, especialmente, por sus valores y capital humano.

Después de la jornada cívica del domingo pasado y sus resultados, los retos que tiene ante sí Eduardo Ramírez son mayúsculos, nada más que a diferencia de cualquier gobierno que le precede tiene a su favor, como ya subrayamos, un bono millonario que lo mandata, el cual se aprecia fortalecido por un Plan que concentra un diagnóstico de la realidad de Chiapas y que despliega sus propuestas en temas centrales como seguridad, salud, educación, medio ambiente, economía, turismo.

Nada fácil de convertir en realidad palpable en una entidad federativa como la nuestra, que prácticamente no ha crecido en las últimas tres décadas y que exige, como nunca antes, un gobierno de resultados.

Señaladamente tiene Eduardo Ramírez Aguilar en su haber, la voz y la propuesta de todos los sectores económicos, productivos, sociales, culturales, expresada en los llamados “Diálogos por la Transformación” cuya organización, desde la sociedad civil, hizo efectivo un auténtico ejercicio de democracia participativa, acaso sin precedente en Chiapas. Un vasto coloquio que también considera los aportes de las “Reflexiones sobre la Descolonización del Pensamiento”, cuyo objetivo es entender la necesidad de romper paradigmas en el análisis de la cultura y sus diversas expresiones en la sociedad chiapaneca.

Eduardo Ramírez Aguilar entiende a Chiapas, lo conoce y tiene propuesta, se dice fácil de un tirón, pero a todo esto habría que considerar que en este territorio estamos siendo testigos y debemos entender y ser protagonistas de una nueva manera de hacer política.

Un modelo que está llamado a marcar un antes y un después en la descompuesta clase política chiapaneca y en la participación ciudadana, ésta última condición esencial para una democracia de calidad. Por el momento, se vienen días intensos de reflexión y trabajo para el equipo del virtual gobernador de Chiapas, cuyo mensaje al pueblo es claro: Jam Ach ´Ulel , abre tu conciencia.

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