Sr. López
El primo Danielito, ese del que usted sabe tenía el cociente de inteligencia de un caracol de jardín, fue escogido para dar el mensaje de fin de curso de la Secundaria en que tenía seis años tratando de terminarla. Nunca se supo a quién se le ocurrió semejante cosa pero él estaba muy dispuesto y pidió a Pepe, el más impresentable primo que tenerse puedapero inteligentísimo, que le diera alguna idea para su discurso. Y Pepe, le dijo: -La mejor idea es que no vayas ese día -sí fue, otro día le cuento… ¡qué vergüenza!
De veras, en buen plan, sin ironía ni mala intención: ¡que alguien se apiade de la Presidenta!… digo, no se vale, no es correcto ni de caballeros, verla ir rumbo a las insondables profundidades del ridículo y dejarla hacer el papelón. No sean así (reclamos fraternos dirigidos muy respetuosamente al hato de acémilas que componen el personal a las órdenes de la señora del segundo piso, y también a los aguerridos aguiluchos dirigentes de Morena; digo, mucho “¡presidenta!, ¡presidenta!”, y a la hora buena nadie se tienta el corazón).
Se hace el caritativo exhorto, por las declaraciones deayer de la madrugadora dama, respecto del informe preliminar emitido por la misión de observación electoral de la Organización de Estados Americanos(OEA), que el pasado 1 de junio, atestiguó las elecciones del Poder Judicial (“elecciones” porque hayque llamarlas de alguna manera, concierto de acordeón se oye sesgado, tendencioso, pues… y uno sería incapaz).
A ver, señora, cómo está eso de que la OEA se guarde sus opiniones; quién le dijo que solo debían supervisar que los comicios se desarrollaron en paz o si hubo problemas; o eso otro de que la OEA “mandó a unos observadores”, que “ya quieren opinar” sobre el sistema que decidieron los mexicanos para elegir a su Poder Judicial.
¡Dioses!, qué les costaba hacerle una tarjetita informativa para que la bastonera de Palacio se enterara de qué iba la cosa… pero no, la dejan sola ysin red en el trapecio.
La OEA no mandó unos observadores, el INE le solicitó que los mandara, como ha hecho desde 1994. No vinieron a ver lo requetebien que nos comportamos los del peladaje (en paz y sin problemas), sino a observar todo el proceso y elaborar un informe, como corresponde a la Sección de Observación Electoral de la OEA, responsable del servicio de observación y cooperación técnica electoral para los países miembros. Y no envía misiones sino a pedido de los países, no andan de metiches.
La misión de observación de la OEA que vino, estuvo compuesta por 16 comisionados de una decena de países, encabezados no por un amigo de Trump, ni un nieto de Pinochet, sino por un señor de izquierda de toda la vida (su vida), el chileno Heraldo Muñoz, exministro de Relaciones Exteriores y Gobierno, en los gobiernos de Michel Bachelet y Ricardo Lagos, respectivamente.
El informe preliminar se difundió el viernes ya en la tardecita, así que nuestras altas autoridades lo estuvieron rumiando todo el fin de semana y claro, se comprende que lo dicho por la misión de la OEA le haya caído en pandorga al transformador gobierno, para hablar claro, que le haya licuado la materia sólida en intestino grueso (se entiende).
Si a usted le interesa saber por qué esa reacción diarreica, puede leer en informe en https://www.oas.org/fpdb/press/2025_MEXICO_MOE_Elecciones_Judiciales_Informe_Preliminart_ESP.pdf; relata todo desde la iniciativa, el cómo se hizo la reforma constitucional, todo, todo, hasta la jornada acordeonista. Y no califica nada, pero no esconde nada.
La misión menciona a detalle que en esos comicios se eligió a ministros de la Suprema Corte, magistraturas de la Sala Superior y Regionales del Tribunal Electoral, integrantes del Tribunal de Disciplina Judicial, magistraturas de circuito y jueces de distrito, y que el proceso de los comicios fue “sumamente complejo y polarizante” con “múltiples vacíos”.
También expresa su “preocupación” por el “bajo nivel” de votantes, ese 13% al que habrían de descontarse los votos nulos e inválidos que nos dejan en un elector por cada diez tenochcas, diez y pico millones de votantes de más de cien millones en la lista nominal. Yseñala que “este proceso se llevó a cabo en un plazo muy breve y en un contexto político complejo, caracterizado por una fuerte polarización y un alto nivel de litigiosidad”.
La misión de observadores de la OEA, señora Presidenta, dice que “la ciudadanía y las instituciones mexicanas deberán evaluar si el modelo actual de selección de autoridades judiciales a través del voto popular, que no tiene precedentes a nivel mundial, contribuye a fortalecer los principios fundamentales de la administración de justicia; o si, por el contrario, acaba debilitando la transparencia, imparcialidad, eficacia e independencia del Poder Judicial”.
Fíjese bien, abuelita de Palacio: que la ciudadanía y las instituciones mexicanas evaluemos si le seguimos con esto que “no tiene precedentes a nivel mundial”.No opinaron sobre “el sistema que decidieron los mexicanos para elegir a su Poder Judicial”, nos sugieren evaluar si le seguimos con el despelote.
La misión entrevistó a funcionarios de la Suprema Corte, de Relaciones Exteriores, Secretaría de Gobernación, Fiscalía General de la República y del INE; a la presidenta de la Sala Superior del Tribunal Electoral federal, el presidente del Senado (¡qué pena con las visitas!), los comités de evaluación de las candidaturas, algunos candidatos y candidatas y representantes de organizaciones de la sociedad civil que solicitaron ser escuchados.
No mironearon nada más los comicios, no, hicieron su chamba. Y la conclusión es:
“(…) la misión no recomienda que este modelo de selección de jueces se replique para otros países de la región”.
Tal vez la Presidenta esperaba felicitaciones… no, lo mal hecho está mal y si la intención es mala, es pésimo.
Pueden marear a sus más fieles cuatroteros, pero no a todo un país -sí a uno de cada diez, eso sí-, pero no se puede engañar al mundo.