1. Home
  2. Columnas
  3. En llamas / La Feria

En llamas / La Feria

En llamas / La Feria
0

Sr. López

Hace mucho le conté de cuando allá en Autlán a principios del siglo pasado, se incendió la casa de tío Rubén y los vecinos fueron a querer ayudarle -en aquellos tiempos, obviamente, no había bomberos-, y los despachó con los muy malos modos que siempretuvo: -¡Fuera!… ¡fuera!… ¡metiches!… ¡entrometidos!…¡lo de mi casa lo arreglo yo! –se quedó sin casa.Rigurosamente cierto.

En su momento o en algún momento, el imperio más importante del mundo fue el español, principal potencia europea indiscutiblemente, eso sí… en su momento. Y del Imperio español, el principal virreinatosin ninguna duda, era la Nueva España (que no colonia).

Sí, México (cuando se llamaba Nueva España), era talvez o fue en algún punto, el país más rico del mundo, con las consideraciones del caso y sin patrioterismo nostálgico. La Nueva España generaba riqueza suficiente para sufragar todos los gastos del virreinato, mandar dinero a la Corona y mantener otros territorios deficitarios del reino, como el Caribe, Florida yFilipinas.

Por algo llamaban a la Nueva España, la joya de la Corona. Producía el 60% de toda la plata del mundo. La Nueva España mantuvo segura comunicación interna con el Camino Real Tierra Adentro, entonces la más larga ruta comercial terrestre del mundo (de la Ciudad de México a Santa Fe, 2,560 kilómetros); y del Golfo de México a Acapulco, aparte de las rutas interiores entre provincias. La Nueva España fue causa directísima de la primera globalización económica de la historia, al sostener el intercambiocomercial entre Asia y Europa.

… y nos independizamos.

Pasamos a ser orgullosamente mexicanos, a gritar a los cuatro vientos ¡como México no hay dos! (y sí, no hay), a proclamar altivamente nuestra soberanía y 27 años después, perdimos más de la mitad del territorio nacional, que vendimos, que malbaratamos. ¡Viva México!

Ya éramos independientes, ya no había que mandar dinero a Madrid, ya no teníamos que mantener otros países. Quebramos.

Por supuesto hay muchos matices y circunstancias anejas a cómo le hicimos para volvernos solemnemente pobres, pero no hay espacio. Y de ninguna manera este junta palabras idealiza el virreinato pero es imposible pasar por alto que con todos sus no pocos defectos, éramos un país de mucho respeto, muy respetado. Éramos.

Dicen que Bismarck dijo (no es cierto), que España era el país más fuerte del mundo porque los españoles llevaban siglos intentando destruirlo y no lo habían conseguido. Aplica a nuestro penoso caso; no lo hemos logrado… ahí, pian pianito.

Luego en gallardo ejercicio de nuestra soberanía e independencia, nos dedicamos a tirar sangre y a dejar que el bandolerismo asolara el país. Pero no hay mal que dure cien años. En 1929 entramos en varas, se impuso un peculiar régimen de dictadura sexenal, pero en pocas décadas, el país renació, se creó infraestructura, se asperjó el territorio con escuelas, universidades y hospitales, la expectativa de vida se más que duplicó, se consiguió un crecimiento económico sostenido y el mundo habló del “milagro mexicano”.

Y a fines de los años 70 del siglo pasado, ¡lotería!: México nadaba en petróleo, cuando el petróleo era el oro negro. Quebramos.

No mucho después, a principios de los años 90, el vilipendiado Salinas de Gortari, al que ya le hará justicia el tiempo, consiguió el Tratado de Libre Comercio (hoy T-MEC); y luego, su sucesor Zedillo, aceptó la apertura política del país que era condición del tratado; hubo alternancia política, se reconocieron los derechos humanos en la Constitución, se crearon órganos autónomos para controlar al gobierno; el Congreso dejó de ser sirviente del Ejecutivo, la Suprema Corte defendía la Constitución.

Y ahora somos el principal socio comercial del imperio yanqui. Antes del tratado, México exportaba anualmente poco menos de 52 mil millones de dólares;el año pasado exportamos 617,100 millones de dólares y con los EEUU tenemos saldo a favor, le vendemos más de lo que le compramos, el año pasado, arriba de 157 mil millones de dólares.

… y llegó la cuarta transformación.

Regresamos el país 50 años atrás, a los tiempos del priismo imperial ya decadente. Regresamos al régimen de partido único. Se eliminaron los órganos autónomos que controlaban al gobierno. Se recapturó al Congreso. Se desapareció al Poder Judicial.Regresamos a la presidencia hegemónica. ¡Ah!, y muy importante: estamos con un bandolerismo peor que el de mediados del siglo XIX, porque ahora es crimen organizado que cobra impuestos, financia campañas políticas, pone y quita autoridades. Y en consonancia con el retorno al siglo XIX, perdimos territorio, porque sobre más del 30% no hay pleno dominio del Estado, o sea, si ya habíamos perdido más del 50%, nos queda por ahí del 20% de lo que originalmente éramos. ¡Viva México!

Ayer, la Presidenta de la república, en Querétaro, en un evento de su partido, remedo de la conmemoración de la Promulgación de la Constitución de 1917, en su discurso hizo unas arengas patrióticas: “Este 108 aniversario de nuestra Constitución queremos declarar, y que se oiga fuerte y lejos (¡qué original!),que cualquier intención de afectar nuestro derecho de ser un pueblo libre, un país independiente, una tierra soberana se topará con un pueblo valiente, que sabe luchar para defender sus derechos y a su patria”.

¡Áchis!, ¿tan mal estamos?… ha de ser, porque antes dijo: “Podrán amenazarnos con cometer cualquier atropello, jamás permitimos -sic- que se viole nuestra soberanía y pisoteen la dignidad de nuestro pueblo y de nuestra patria. Cooperación, sí;  subordinación, no. Colaboración, sí, sometimiento, no”.

Estaba desatada la señora, también dijo: “Nada de injerencismos, ni de clasismos, sí a la defensa de nuestras libertades, sí a la defensa de la democracia, sí a la defensa de la patria”. ¡La marcha de Zacatecas!

Presidenta: nadie está queriendo avasallarnos, en serio. Usted no lo sabe, pero estamos tiznando al vecino porque nuestra casa está en llamas.

LEAVE YOUR COMMENT

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *