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En el cuello / La Feria

En el cuello / La Feria
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Sr. López

Tía Chula (Cleta, cómo quería que le dijéramos), allá en Autlán, era una devota y fiel católica, que nunca se casó y tenía cuatro hijos, cada uno con su propio papá, y cuando encargó el quinto, al salir de misa, el cura párroco que bien la conocía, le dijo: -Chula, usted tan cristiana, otra vez esperando –y la tía, tan fresca contestó: -Padre, no revuelva mi fe con mis calzones -¡ah!, bueno.

En su discurso de antier, en uno de los patios de Palacio Nacional, la señora del segundo piso, se aseguró de dejar muy en claro ante sus 300 invitados,que es leal y devota al Señor de los Abrazos, su mentor y luz que la ilumina.

Ni quien diga nada, cada quien es muy libre de hincarse ante el ídolo de su preferencia. Pero como va corre el riesgo de sobreactuarse.

Un ejemplo, cuando dijo: “Quedó en el pasado la oscura noche neoliberal” y agregó que su gobierno da continuidad al del su antecesor (ya lo sospechábamos), porque “separó el poder político del poder económico”.

De eso de que ha salido el sol y la noche neoliberal ya pasó, le tengo noticias a la señora del bastón de juguete: el no vive en Palenque, es neoliberal, a su modo, pero neoliberal, muy alejado de todo lo que pueda significar ser de izquierda (excepto en el discurso).

A brocha gorda el neoliberalismo nació por ahí de 1938, como una economía social de mercado que evolucionó al neoliberalismo que plantea lo menos posible de Estado y buscar la eficiencia económica y el crecimiento a través de la iniciativa privada y el libre mercado. Muy a brocha gorda.

El socialismo, la izquierda, sea lo que sea, plantea que el Estado, el gobierno, conduce la economía, interviene con regulaciones en la iniciativa privada, implanta altos impuestos a los más ricos, instala monopolios del Estado y amplía los servicios públicos (salud, educación, todos), ¡ah!, y controla el comercio.

Por si la dama de Palacio no lo sabe, es una aspiración del neoliberalismo del mejor cuño, la austeridad fiscal justificada por la estabilidad económica y eso exactamente hizo el Señor de los Abrazos; pudo impulsar una reforma fiscal que es ya casi impostergable, pero no lo hizo y los beneficiados fueron esos cochinos capitalistas panzones que no tienen llenadera. También redujo y asfixió los servicios públicos, en particular los de salud.

Solo siendo un neoliberal recalcitrante de espantar a Milei, se podía ser indiferente a los estragos de la pandemia del Covid-19, y el “mejor presidente que ha tenido México”, impuso una mezquindad fiscal inaceptable en esa emergencia nacional: 0.7% del PIB de apoyo a las personas y 0.4% a las microempresas. Solo Uganda lo hizo peor. Y eso es neoliberalismo pero del que ni los neoliberales son capaces.

La supuesta reducción de la pobreza la sostienen básicamente con el aumento al salario mínimo (que pagan las empresas), sin ni mencionar la contracción salarial sufrida por el resto de los trabajadores, aparte de que es de risa loca hablar de menor pobreza sin crecimiento económico: 0.81% anual, menos de la mitad que con Peña Nieto… menos pobres con menos dinero… cosa más rara.

Otra cosa que los izquierdistas y en general los enemigos del neoliberalismo, impulsan, es la mayor inversión pública posible. Pero el visitante frecuente a Badiraguato, redujo el gasto público en inversión a un promedio anual del 2.8% del PIB, con Peña Nieto fue el 3.6%, con Calderón, el 3.8%. Neoliberalismo al extremo.

Otro modo de ver la inversión pública es por cabeza, per cápita que le dicen: en el primer gobierno transformador, el promedio anual fue de 6,911 pesos; con Peña Nieto 8,764, con Calderón, 8,689 pesos. Neoliberalismo duro.

No digamos más que es un neoliberal el que no vive en Palenque. Rosa Albina Garavito Elías, economistaseria, izquierdista, perredista, diputada y senadora, lo define así: “El obradorismo es una combinación del priismo clásico y la economía neoclásica. El priismo clásico incluye autoritarismo presidencialista hegemonista, clientelismo y la relación de complicidad con los militares. El obradorismo es otro tipo de priismo neoliberal”. Esto sí, como anillo al dedo:priismo neoliberal.

Dejemos eso. La señora en su discurso en Palacio dijo lo de que se “separó el poder político del poder económico”. ¡Vaya!, ahí estaban invitados algunos de los más importantes representantes del poder económico, muy sonrientes y aplaudiendo: Carlos Slim, padre e hijo; Germán Larrea, Grupo México; Francisco Cervantes, presidente del Consejo Coordinador Empresarial; Rodrigo Herrera, Genomma Lab; Daniel Chávez, Grupo Vidanta; Olegario Vázquez Aldir, Grupo Ángeles; Manuel Arroyo, Grupo Lauman;Gina Díez Barroso Azcárraga, Diarq Holding; y Jesús Padilla Zenteno, Grupo CISA.

¿Sabe usted por qué estaban ahí los empresarios más petacones?, porque en el sexenio del de Macuspana, ganaron dinero a espuertas; solo la riqueza de los cinco más acaudalados de México creció durante elgobierno de primero los pobres, un promedio del 226.6%…

Y de los banqueros, el admirado por la señora Sheinbaum declaró el 20 de julio de 2024: “Los banqueros, me da hasta pena decirlo, pero en el gobierno nuestro, el año pasado, este año, es cuando más ganancias han tenido los bancos en toda la historia de México”, Es del todo cierto, la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, informó que la banca privada en ese malhadado sexenio transformador, ganó 68% más que en el sexenio de Peña Nieto. Por eso, antes, en abril de 2024 al terminar la 87 Convención Bancaria, la muy morenista y obradorista, Patricia Armendáriz, tuiteó muy feliz: “quedó evidente (sic) la gran alianza entre la banca y el gobierno”. Pues sí… los pobres primero pero que no anden de igualados, alianza, no.

La señora del bastón de juguete después de decretar el divorcio política-empresa, agregó que para su gobierno: “sumar más personas del sector empresarial será benéfico”.

Ya vamos entendiendo, todo es cuento, sus creencias nada tienen que ver con la canija realidad y menos con el Trump bufándole en el cuello.

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