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En Chiapas a descolonizar el pensamiento pero sobre todo a fortalecer nuestra identidad (II)

En Chiapas a descolonizar el pensamiento pero sobre todo a fortalecer nuestra identidad (II)
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Antonio Cruz Coutiño

Colonialismo y decolonialidad

Pero de lo que se trata, es de destacar la parte auténtica e indiscutible de esta historia. 

Redescubrir y poner al día nuestro conocimiento sobre estas ideas contemporáneas, relacionadas con la experiencia colonial de América, África y Asia. Los colonialismos, los neocolonialismos, el colonialismo interno, por ejemplo, y hasta las teorías poscoloniales. Y de frente a ellos: los varios procesos de descolonización, igual que la decolonialidad conceptual hoy en auge, de donde deriva la descolonización intelectual o del pensamiento, la descolonización de la conciencia individual y colectiva, la descolonización del poder, de los saberes y conocimientos. Igual que la del mismísimo ser social.

En donde, como en una especie de paréntesis, debería incluirse la cuestión que duele hasta la médula a todos en el país: la altísima demanda de cocacola y demás refrescos azucarados, y sus repercusiones médicas y sanitarias en Chiapas. Consumo que llega entre los pueblos indígenas de Los Altos a más de 800 litros por persona al año. De modo que tal descolonización, podría iniciarse aquí, como gran política, o política central de Estado.

Abatir el consumo de bebidas embotelladas en general —bebidas energéticas y estimulantesincluidas—, y la desmedida demanda de alimentos chatarra y ultra procesados. O, combatir la sustitución de la leche materna por fórmulas industriales, el reemplazo y abandono de la medicina tradicional, la adopción de anglicismos y eventos culturales exóticos y… ya no se diga la renuncia a las lenguas originarias y, en consecuencia, la pérdida de tantísimos saberes asociados.

De modo que, es atendible la sugerencia de los colegas lectores, profesores y académicos,ocupados en la divulgación de estas ideas y su conceptualización. Volver a los orígenes del análisis y la crítica social de izquierda. Al último tercio del siglo pasado. A Aníbal Quijano, a Walter Mignolo, a Enrique Dussel y a García Canclini, quienes parten del marxismo y la sociología de la cultura, de la teoría de la dependencia y de la pedagogía del oprimido, del pensamiento feminista y demás empeños sociológicos.

En donde se encuentran las lecturas de nuestros maestros: Carlos Mariátegui, Franz Fanon, González Casanova, Fernando Cardoso, Enzo Faletto, Paulo Freire, María Lugones y Laura Segato, entre otros. E incluso el propio y antiquísimo, aunque más bien inveterado Fray Bartolomé de Las Casas.  

Estudio y comprensión de nuestra identidad

De donde deriva la relevancia de la polémica, ahora estimulada no sólo por los medios de comunicación sino también por las redes digitales. Polémica que, como planteaban originalmente sus iniciadores, abriría el debate en la academia y en los medios.

Aunque hoy asumimos que ningún valor ni beneficio reporta a los chiapanecos, encausar estas reflexiones hacia la modificación de los símbolos que forman parte de nuestra identidad o pertenencia. Llámense emblemas, estandartes, leyendas, mitos, himnos o cualquier elemento del patrimonio cultural. Y conste que nos referimos a los chiapanecos todos, en tanto que ciudadanos del centro o de la periferia: citadinos, lugareños, indígenas o campesinos.

De modo que más bien, con base en aquellas ideas, deberíamos redescubrir y poner al día,nuestro conocimiento sobre:

a) Quiénes somos y cuáles son los elementos nodales de nuestra identidad sociocultural general, abstracta. Seamos del Norte de Chiapas, de la Meseta Comiteca, de la Frailesca o del Soconusco. b) Estudiar y comprender la integración multiétnica y sociodemográfica de la entidad. c) Advertir y ponderar el estado que guarda su pluriculturalidad. d) Reconocer y eliminar las lacras ideológicas, conductuales y sociolingüísticas de nuestra convivencia: estereotipos, discriminación, racismo, homofobia, misoginia y xenofobia.

Y, con base en este sustrato: hurgar, conocer y reconocer nuestros orígenes, geografía e historia. Redescubrir, fortalecer y divulgar nuestra identidad sociocultural, o al menos sus rasgos vertebrales. Razones por las que, bien haríamos al desempolvar y asumir como propios, los hitos históricos substanciales de nuestro devenir.

Hitos históricos y lecturas básicas

La rebeldía y entereza inicial del pueblo chiapaneca, asociada a Chiapilla, Acala, Chiapa, Suchiapa y Villaflores. La disminución demográfica perenne de los zoques de las regiones Mezcalapa y Norte, provocada por su explotación extrema ante la producción de cochinilla, y el trágico desplome de la población del Soconusco y la desaparición de sus pueblos por las bárbaras exacciones de cacao a mediados de la época colonial. 

Los varios levantamientos indígenas y en especial la revuelta tseltal de principios del siglo XVIII.La participación de Chiapas en las guerras de Reforma y en contra del dominio francés y las invasiones norteamericanas. La participación de los tsotsiles chamulas liderados por Juan Pérez Chixtot durante las hostilidades de Tuxtla y San Cristóbal, y las movilizaciones y batallas asociadas al traslado de los poderes.

Las tres vertientes del levantamiento estatal en contra de la Revolución nacional: los pinedistas liderados por Alberto Pineda Ogarrio, los mapaches o villistas dirigidos por Tiburcio Fernández Ruiz, y los zapatistas agazapados, regidos por Rafael Calymayor. El desalojo brutal de las fincas y pueblos de Los Cuxtepeques y La Frailesca, durante las afrentas en contra de la Revolución, ylas varias asonadas y crímenes de Estado, cometidos en contra de la población de Tapachula y en general del Soconusco.

La movilización social vinculada al tiempo de los quemasantos, o de la “campaña de desfanatización religiosa”. El último disturbio asociado a la Revolución, sucedido en la propia Tuxtla Gutiérrez, 1955: la revuelta de los Pollinos, liderada por Artemio Rojas Mandujano, y, ni duda cabe que también, la verdaderamente significativa irrupción y afrenta del EZLN y pueblos y comunidades de Chiapas de 1994, en contra del gobierno federal, y todas sus implicaciones contemporáneas.

Así que, colegas, camaradas, ante el interés del Estado, gobiernos, estudiosos, intelectuales y agentes de la comunicación social, debe promoverse cuanto antes, el conocimiento y la comprensión de las razones, factores y componentes de nuestra identidad sociocultural y… comenzar por la revisión y lectura de textos de etnología local, antropología, cultura e identidades. O geografía antigua y moderna, e historia regional, como en las obras de los cronistas novohispanos: Bernal Díaz del Castillo, fray Francisco Jiménez, Antonio de Remesal, Joseph Acosta y tantos otros. 

O leer los estudios de los historiadores de la tierra: Manuel B. Trens, Castañón Gamboa, Casahonda Castillo y López Gutiérrez, por ejemplo, o a tantos otros estudiosos contemporáneos, entre ellos a nuestros maestros Thomas Benjamin, Esponda Jimeno, Jan de Vos o García de León.

Conclusiones

1. Estamos en absoluto de acuerdo con las ideas, los conceptos y las estrategias que impulsen la descolonización del pensamiento individual y colectivo de los chiapanecos, aunque no con la idea de circunscribir y menos limitar todo esto, a la alteración o modificación de los símbolos que forman parte de nuestra identidad o pertenencia sociocultural, desde hace 497 años.

2. Creemos que debe definirse en el ámbito de los gobiernos —particularmente en educación, universidades y cultura—, una política transversal de Estado, para inducir la descolonización intelectual. Aunque también la descolonización del propio poder y de la autoridad; de los saberesy conocimientos, e incluso de los consumos culturales y alimentarios. 

3. Debemos hurgar, conocer y reconocer nuestros orígenes geográficos e históricos. Igual que promover el conocimiento, comprensión y divulgación de las razones, factores y componentes de nuestra identidad sociocultural. Reconocer y eliminar también, las lacras ideológicas, conductuales y sociolingüísticas de nuestra convivencia: estereotipos, discriminación, racismo, homofobia, misoginia y xenofobia.

4. Habría que impulsar, igual, desde el Estado, la descolonización de las prácticas administrativas, educativas, médicas y hospitalarias, en especial en el caso de escuelas, clínicas, hospitales y presidencias municipales de los pueblos rurales e indígenas, y… 

5. Que por vida suya, los gobiernos contraten como asesores, a gente que los oriente en la gestión de estos asuntos escabrosos, descolonizadores e identitarios. A profesionales que amen y conozcan la geografía, la gente y la cultura de Chiapas. A historiadores, sociólogos o antropólogos que les ayuden.

Gracias, colegas. Gracias por su atención.

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