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El velo del templo / La Feria

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Sr. López

 

Tío Emilio no era médico. Jamás pisó la escuela de medicina y era quien diagnosticaba, recetaba y curaba a toda la familia (los del lado materno-toluqueño). El tío, nomás viendo a alguien, sabía con certeza si estaba enfermo, de qué y cómo debía atenderse; a veces lo mandaba con un especialista (y decía cuál, con nombre y dirección). No era ciencia infusa, no, sino que trabajó en el hospital general desde los 12 años (de afanador), hasta que se retiró a los casi 70 (cuando ya ayudaba en cirugías). Le preguntaba uno cómo sabía tanto y decía siempre lo mismo: -Fuera tonto… después de tanto mirar.

 

No hay un político en este nuestro risueño país, que crea en las encuestas. Ni uno. Y entre los que formamos parte del optimista peladaje nacional, algunos no creemos en ellas (quién sabe cuántos, habría que hacer una encuesta), pero curiosamente, los medios de información las publican con la seguridad con que Moisés entregó los diez mandamientos a los judíos, bajando del Monte Sinaí (con la diferencia, claro, de que a él se lOs dio Dios en persona… y no es lo mismo).

 

Se ha implantado en esta campaña presidencial, gracias a las encuestas que se publican, la idea de que en esta vuelta, al Pejesús no le gana nadie, que es como Superman, pero inmune a la kriptonita. Está bien.

 

Una encuesta según el diccionario, es el conjunto de preguntas tipificadas dirigidas a una muestra representativa de grupos sociales, para averiguar estados de opinión o conocer otras cuestiones que les afectan.

 

Ayer salió la encuesta de Consulta Mitofsky (Roy Campos) sobre la elección presidencial. Los resultados que presenta son:

 

“Preferencia efectiva”: san Pejesús bendito, 44.5% de preferencia electoral; don C.Anaya, 28%; Meade, 19.8% (y los independientes, doña Margarita y el Bronco con el 3.7% y el 4% respectivamente; ahora ya sabemos que la doñita se bajó del carrusel, bueno, pero la encuesta se hizo entre el 11 y el 18 de mayo, y don Roy no es adivino). Aparte está la “Preferencia bruta”, con otros porcentajes: Pejeremías, 32.6%; C.Anaya, 20.5% y Meade 14.5% (y los independientes, con porcentajes minúsculos).

 

Uno, lego en los misterios de la demoscopia, tiene que leerse completa la encuesta en el portal de Mitofsky, para entender algo y entonces se entera que se hizo con una muestra de mil tenochcas, de los que 268, no la respondieron (o sea: los datos corresponden a las preferencias de 732 cívicos connacionales, aunque el listado electoral sea de casi 86 millones de ciudadanos; esto es: lo que dijo el 0.00085% de los electores, indica por dónde sopla el aire para el 1 de julio… ¡acabáramos!). También se entera que un 53.9% de las personas a las que se les propuso responder la encuesta, la rechazaron, lo que se puede traducir sin torcer las cosas en lo siguiente: le preguntaron a 1,539 aguiluchos si le entraban al sondeo, respondieron 732. Sería más lógico decir que al 47.56% de los electores les importa un pito el tema (… mmm, eso no vende).

 

CNN en español, publicó el 22 de marzo pasado: “según la encuesta ‘México: política, sociedad y cambio’, hecha por el Grupo de Economistas y Asociados (GEA) e Investigaciones Sociales Aplicadas (ISA) solo el 27% de los encuestados creen que las próximas elecciones serán limpias y el 46% dice que habrá fraude electoral en los comicios del 1 de julio”. ¡Ajajá!… es casi exacto con el 47.56% que mandó a volar a don Campos de Mitofsky.

 

Sin ánimo de calumniar ni de andar en tribunales, el del teclado le hace saber que el lunes 13 de junio de 2016, SDP Noticias publicó nota firmada por Manuel García, en la que Federico Berrueto director de Gabinete de Comunicación Estratégica (GCE), acusó a Consulta Mitofsky de corrupción en sus encuestas. Si es o no cierto, es cosa que ignora este López, pero don Berrueto dijo:

 

“De una vez por todas, para empezar, que los encuestadores den la cara, que expliquen por qué las encuestas son erráticas. Que se olviden un poquito del dinero y se comprometan con el oficio (…) Además de problemas técnicos y metodológicos, el problema que estamos viviendo ahora es de falta de integridad. Lo que más nos debe ocupar es resolver eso”.

 

Puso de ejemplo Berrueto el caso sucedido en la elección de Alcalde de Ciudad Juárez en 2016:

 

“El candidato independiente a presidente municipal Armando Cabada pidió una encuesta a GCE. Se aplicó el 8 de abril con los siguientes resultados: 43% el independiente; 16% el PRI, y 14% el PAN. La elección la ganó Cabada con 43%”.

 

Peeero, Consulta Mitofsky, de Roy Campos, hizo su encuesta entre el 16 y el 18 de abril (publicada en el diario digital Tiempo de Chihuahua), con los siguientes resultados: PRI, 37.7%; PAN, 22.8% y el candidato independiente, Cabada, salió con el 5% (un errorcito de 38 puntos). Dice Berrueto (según la nota citada arriba):

 

“Estas no son fallas técnicas. Este es un problema de integridad. Es una encuesta falsa. O el encuestador se puso en manos de un campero que le dio información falsa o los datos se alteraron de manera deliberada”… dice Berrueto, quien remató de pecho: “Mitofsky hace encuestas que ‘son un factor de incertidumbre y de engaño deliberado’”.

 

Don Berrueto no muerde rebozo: “Los medios están jugando un papel perverso al utilizar como un instrumento de posicionamiento instrumentos que no son precisos. Esta tarea no es sólo entre encuestadores, también debe incorporar a los medios, porque los medios están propiciando este tipo de crisis. Este es un tema muy serio. Es cuando el medio se deja utilizar o cuando el medio, por no pagar la encuesta, publica la pagada por alguien más. Esa práctica es la que tiene que frenarse”.

 

El actual rejuego de cifras, ratifica varias cosas, unas muy sabidas y otras muy feas, posibles todas por otra verdad muy mexicana: a una inmensa cantidad de ciudadanos les importa un pito la política, desconfían de los políticos y no esperan nada de los partidos. Por eso se pueden hacer tantas cosas no muy derechas, sin que arda Troya ni se rasgue el velo del templo.

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