Home Cultura El teatro como expresión poética y decisión política

El teatro como expresión poética y decisión política

El teatro como expresión poética y decisión política
0
  • En el marco del Día Mundial del Teatro, la investigadora y galardonada en artes escénicas, Yoloxóchitl García Santamaría, apunta que “el mérito de la teatralidad en Chiapas lo tienen los creadores independientes”

Mar Dientz

“¿Dónde están los teatros que en México fueron? ¿Dónde el que fue el primer teatro de América? Y los que quedan, ¿en qué estado se encuentran? Semivacíos, siempre en entredicho, bajo diversas espadas de Damocles que por turnos va inventando el capricho sexenal, convertidos en hoteles de paso por la inepta política cultural que ha reducido la vida de los repertorios a la estéril superproducción de eventos que nunca reconstruirán el teatro nacional”.

Lo anterior fue parte del discurso del destacado diplomático Ignacio Mariscal, quien defendiera las artes en 1901, en alegato tras el acto vandálico que se perpetrara contra la cultura incipiente del siglo XX. 

Si bien es cierto que la propuesta inicial de la dramaturgia mexicana no se igualaba respecto a los temas didácticos y sincréticos heredados de la escuela europea, es pertinente hablar de un teatro mexicano fundador de su propia teatralidad, el cual evolucionó con temas afines a la identidad cultural, experimental y de vanguardia.

Cada 27 de marzo se conmemora el Día Mundial del Teatro, una fecha particularmente especial para la escena mexicana y su gran transformación en el alba del siglo XX, donde las obras de denuncia y crítica social respondían al llamado de fungir como un teatro del pueblo al servicio del pueblo. Un ejemplo de ello fue el significativo teatro de revista, cuyos autores solían ser periodistas que entretenían con sátira mordaz el desempeño de ciertas figuras públicas de la época.

El teatro, pues, reproduce una situación, ofrece al lector-espectador una experiencia estética al recrear el ser y quehacer del individuo en su estado multifacético, una radiografía de su complejidad y traumas adheridos, un acercamiento a su versátil naturaleza, un roce con el ángel y la bestia cuando la corporalidad se fusiona con las luces y sombras adulteradas por la iluminación y la escenografía.

No obstante, también veremos que el teatro es un arma de doble filo en materia política cuando retrata las injusticias que vive una nación violentada como la nuestra. Basta recordar la declaración que en su momento hiciera el padre del teatro mexicano Rodolfo Usigli: “En México todo es política, la política es el clima, el aire”, palabras que aplica para bien de unos y desgracia de tantos.

En resumen, no podría concebirse el género dramático de nuestros días sin evocar al México posrevolucionario, considerado el gran aleccionador después de erigir el fondo y la forma teatral al crear conciencia social en los escenarios. 

Así pues, en torno al Día Mundial del Teatro sobran motivos para abordar este arte que se realiza en Chiapas, y para ello hemos entrevistado a la reconocida especialista en artes escénicas, Yoloxóchitl García Santamaría, quien generosamente nos ha compartido sus impresiones al respecto.

Yoloxóchitl García Santamaría es Doctora en Literatura Hispanoamericana por la BUAP. Maestra en Artes Escénicas por la Universidad Veracruzana y Licenciada en Literatura Dramática y Teatro por la UNAM. En 2022, obtuvo el Premio a la Investigación en Poéticas Teatrales Mexicanas Contemporáneas otorgado por el CITRU. Asimismo, en 2016, obtuvo el Premio Juan Cervera de Investigación sobre teatro para la infancia y la juventud, otorgado por la ASSITEJ-España. Actualmente es docente en el Centro de Estudios para el Arte y la Cultura de la UNACH.

En tu experiencia como docente e investigadora en la entidad, ¿cuál es tu percepción del teatro en Chiapas?

Considero que el teatro en Chiapas actual es consecuencia de un movimiento que se fue gestando alrededor de hace doce años, a partir del trabajo de creadores escénicos independientes que han construido un puente sólido entre sus propuestas y los espectadores, pues he sido testigo de que cada vez hay más espacios llenos y con un público constante. Por otro lado, desde el área de la investigación me llena de gusto que hay premios importantes a nivel nacional hacia jóvenes dramaturgas y dramaturgos del estado. Las obras premiadas además ofrecen una diversidad de temáticas donde la inclusión, la diversidad y problemáticas sociales se exponen, recuperando el lado político del teatro sin descuidar la poética interna en cada obra. 

En la enseñanza del teatro los desafíos son recurrentes, ¿qué podrías compartirnos desde tu postura?  

Desde mi labor docente los desafíos más frecuentes con los que me he encontrado son, por un lado, el poco espacio que se le da al teatro dentro de los diseños curriculares. Por ejemplo, en el contexto chiapaneco, apenas hace dos años se echó a andar una licenciatura en Teatro en la Unicach. Desde 2015trabajo para la Unach, universidad que le da cabida a las expresiones artísticascomo un área complementaria, sin asumir la necesidad de una profesionalización en teatro. Entonces, licenciaturas como Lengua y Literatura Hispanoamericanas o Danza se vuelven una vía de conexión para el teatro, una vía indirecta que sigue viéndose como un complemento.  En consecuencia, no hay formación teatral profesional, eso hace que a veces se reduzca el diálogo o las redes entre docentes que se dediquen al teatro en nivel superior y, por lo tanto, se reducen las posibilidades de hacer investigación teatral en conjunto.

Para incentivar la dramaturgia en Chiapas no basta rediseñar la agenda cultural o saturar la cartelera, ¿cuál es tu visión al respecto?

Percibo una dramaturgia de calidad a través de autores como Damaris Disner, Roxana Carbaja, Ulises Soto y Daniel Falconi; sin embargo, considero que hace falta el espacio y la difusión desde las políticas culturales del estado. Por otra parte, en cuanto a la enseñanza de la dramaturgia, la problemática también tiene que ver con las posibilidades de acceso a talleres, diplomados y encuentros especializados en dicha área. 

¿Qué podríamos entender por teatro en el contexto actual?

De manera personal el teatro es una forma de expresión poética, pero también una decisión política. Desde esta perspectiva está ligada con la sociedad desde la cual se produce, lo que implica asumir responsabilidad ética y social. Y, aunque el teatro que a mí me interesa es el que denuncia, visibiliza y exige justicia, el teatro no debería ser una ilustración realista, sino una posibilidad para ofrecer mundos más esperanzadores a través de discursos escénicos corporales, visuales y sonoros. 

En México se vive un escenario transgresor y violento generado sustancialmente por los temas de migración y narcotráfico. ¿Vemos estos conflictos sociales tratados en la literatura o reflejados en escena? 

A nivel global me atrevería a decir que sí. Cada vez son más las personas que inevitablemente tratan estos temas en la literatura y en el teatro. Incluso en Chiapas, obras como la de Coyotes sedientos de Roxana Carbajal se interesa por temas complejos como el feminicidio, o Daniel Falconi que recupera la memoria de las personas trans en una sociedad violenta; asimismo, Ulises Soto en Casting para un hermano nos habla de migración de niñas y niños no acompañados en la frontera sur. He mencionado obras que han sido publicadas recientemente, pero hay más creadores que también accionan a través del teatro y ponen en escena temas sociales que nos duelen, por eso desde el inicio insisto en que el mérito del teatro en Chiapas lo tienen los creadores independientes, entre ellos cabe destacar a Joan Alexis Robles y Manuel Jiménez. 

Comparte para nuestros lectores un mensaje especial para conmemorar las artes escénicas.

Para concluir me gustaría remitirme a Petrona de la Cruz, quien en su obra Dulces y amargos sueños menciona que, desde que conoció el teatro, su “camino tiene menos espinas, mucho más flores”.

LEAVE YOUR COMMENT

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *