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El tañer de las campanas / Al Sur con Montalvo

El tañer de las campanas / Al Sur con Montalvo
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Guillermo Ochoa-Montalvo

Querida Ana Karen, 

Católicos o no, el tañer de las campanas está grabado en nuestra memoria auditiva desde pequeños. Desde mi habitación, en la colonia Condesa de la Ciudad de México, me despertaban las campanas de la Iglesia de “Nuestra Señora del Carmen”, La Sabatina, a las 6 de la mañana llamando a misa. Para mí, era el llamado para acudir al Kínder y después a la primaria hasta cambiarnos de casa, lejos de la iglesia.

En esa iglesia fui bautizado por el padre José, compañero de mi padre en el seminario de Tulancingo. Aunque mi cédula de bautismo dice Gustavo de Santo Domingo por hacer nacido un 4 de agosto, mantuve el nombre del registro civil. Esta sacerdote fue excomulgado al casarse en Acapulco con una “mujer pública”, así le llamaron en los periódicos. 

Regresando al tema de las campanas. El tañido de una sola campana anticipaba el repique de todas las campanas tocadas al mismo tiempo llamando a misa o a alguna celebración religiosa. Dependía del bandeo de las campanas, para saber si se trataba de anuncios de la iglesia; alguna emergencia, la celebración de un luto, la misa, o la hora del ángelus al atardecer. La Misa de Gallo nos anunciaba el inicio de la Navidad y entonces, las campanas hacían sonar con sus badajos, lo que para mí, eran como voces celestiales.

¡Pobres de los campaneros, sacristanes, tañedores, ostiarios o quien se encargue de subir hasta el campanario para hacerlas repicar! Muchos terminan afectados de tinitus, sordos o sufriendo de nervios, le comento a la pequeña María. Pero, Vero, su mamá, me actualiza precisando que en muchas iglesias, las campanas ya se activan de forma electrónica, digital y ahora, hasta por la inteligencia artificial programando desde una consola las horas y el tipo sonoro para cada ocasión. “Avances de la tecnología”, comenta María.

Desde su casa, María y Vero, escuchan las campanas de la iglesia de Santo Domingo en Comitán; a mí, me toca escuchar las campanas de la iglesia de Jesusito cada día alrededor de las 7 de la mañana. Durante algunas celebraciones especiales como la de Santo Domingo, patrono de Comitán, se crea un concierto con el repicar de las campanas de los 9 Barrios: La Pila, Cruz Grande, Santo Domingo de Guzmán, Jesusito, San José, Yalchivol, Guadalupe y El Calvario.

En alguna ocasión FRANCISCO NUCAMENDI, que en Paz Descanse, me habló del PROYECTO “LAS CAMPANAS DE COMITÁN, TAN, tAN” producido por NuKaf-Radio y dirigido por él con la colaboración de varias amigas y amigos.

El Nuka, como lo conocía coloquialmente la comunidad comiteca, me comentó que ninguna campana tiene el mismo sonido, porque cada una se fundía de diferente manera. Además, la calidad del bronce, el proceso de fundición, las dimensiones de la campana, el tipo de badajo, la altura a la que se colocaba en los campanarios y el tipo de construcción de los campanarios, determinaban el sonido final de las campanas. Algunas de estas campanas datan del Siglo XIX e ignoro si existan algunas de siglos anteriores. Son varias las campanas que se conservan destruidas  en las propias iglesias.

“Las campanas de Comitán, tAN, TAN” es un proyecto audiovisual e inventario sonoro-visual que busca preservar y documentar el patrimonio cultural y sonoro de las campanas de Comitán de Domínguez, Chiapas, para ello, se creó un registro detallado de las campanas de la región, incluyendo sus características sonoras y visuales. El proyecto explica el proceso artesanal de su fabricación con bronce y estaño que incluye la preparación de moldes de tierra y la fundición del metal. 

Francisco Nucamendi explicó a la prensa el motivo de su proyecto de esta manera: “De niño fuicampanero de mi barrio, San Sebastián. De ahí que, en 2005 acompañado de amigas y amigos aficionados al sonido, subimos al campanario de San Sebastián y nos dimos cuenta que la campana volteadora de mi infancia había desaparecido. Fue entonces cuando pensé que sería conveniente generar un inventario de las campanas de Comitán y así surgió este proyecto. Desde 2005 dándole vueltas a cómo realizar el inventario hasta que en 2010, lo metimos al PECDA, donde fue seleccionado debido a su innovación, pues es un inventario sonoro-visual, que al menos en Comitán y pienso que en Chiapas, nunca antes se ha realizado. Las campanas de Comitán, tAN, TAN es un proyecto audiovisual que registra, conserva y difunde sonido, imagen y texto de las campanas de los nueve templos históricos de Comitán”.

Les recomiendo ver y escuchar el tañer de las campanas de Comitán dándole clic a este documental.

Ese día, Francisco Nucamendi me habló de muchas otras campanas del país. La primera campana de América Latina en la Nueva España se fundió en 1521 y se conserva en la iglesia del ex-convento de la comunidad de Atlihuetzía en Tlaxcala. La historia de las campanas es apasionante como el de sus leyendas y hechos sorprendentes. 

Me narró la leyenda de la CAMPANA DE AGUA de Chiapa de Corzo, si no me equivoco. Esa campana se hundió en el río y se dice que, desde el fondo, a pesar de estar sumergida, sigue sonando. La gente, asegura que pueden escuchar sus repiques, especialmente en noches de luna llena o a medianoche, por lo que los oyentes se consideran afortunados ya que se dice que el sonido tiene una conexión con lo espiritual o lo místico. 

Otro relato que me compartió fue el de la trágica muerte de un joven campanero que ayudaba a Don Polo cuando una campana de la torre de la Catedral Metropolitana lo golpeó fatalmente. La campana fue condenada al silencio en1943 y se le conoció como la CAMPANA CASTIGADA. Los canónigos de la Catedral decidieron castigar a la campana retirándole el badajo, amarrándola y pintándole una cruz roja. Se le condenó a un silencio que duraría 10 años, pero que se extendió por más de 50. En el año 2000 fue perdonada durante el Año del Jubileo con un ritual de “indulgencia” y volvió a sonar, pero ostenta una cruz roja pintada en ella como recordatorio de la tragedia. Fue el cardenal Norberto Rivera y el rector José de Jesús Aguilar quienes realizaron el ritual de perdón, y la campana volvió a sonar.

Por el Nuka, supe que la Catedral Metropolitana de la ciudad de México cuenta con 35 campanas y como se acostumbra en todo el país, muchas de ellas tienen nombre propio “Jorobeta”; “la Sonaja”; “la Acalambrada” e incluso, “La Slim” por Carlos Slim quien la donó en el año 2000.

Como sea, Ana Karen, el sonido de las campanas nos acompañan cada día, y al despertarnos con ellas, agradecemos con su tañer, saber que seguimos vivos y esa, es la más grande cuestión de amor.

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