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Fredy López Arévalo, revista Jovel.
La derrota del PVEM fue rotunda en Chiapas. En un sexenio, el Verde perdió la hegemonía lograda en las elecciones del 2012, cuando ganó la gubernatura Manuel Velasco Coello.
En las elecciones del 2012, se registró una participación ciudadana de 67 por ciento.
Velasco Coello habría obtenido una ventaja de 48 puntos frente a su más cercana contendiente, la candidata de los partidos de la Revolución Democrática (PRD), del Trabajo (PT) y Movimiento Ciudadano, María Elena Orantes, primera mujer que contiende por el Ejecutivo estatal, quien obtuvo el 20 por ciento de los votos.
En las votaciones del domingo 1 de julio, el PVEM ganó 28 presidencias municipales y cinco diputaciones por mayoría relativa en el Congreso local.
Morena ganó la gubernatura, los principales municipios de Chiapas (Tuxtla Gutiérrez, Tapachula, San Cristóbal de Las Casas, Comitán, y Ocosingo), se hizo de 13 de 24 diputaciones de mayoría relativa en el Congreso local, y ganó 11 de las 13 diputaciones federales y dos escaños en el Senado de la República por el principio de mayoría relativa.
Es decir, el pueblo de Chiapas castigó el mal gobierno de Manuel Velasco Coello, el despilfarro, el abuso del poder, la altísima corrupción, la falta de empleos y oportunidades y el retroceso económico en todos los órdenes, que han provocado mayor pobreza y desesperanza entre los chiapanecos.
Pero Velasco Coello apostó su mermado capital político a la candidatura de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), presidente electo de México, y sus más allegados colaboradores, como Eduardo Ramírez Aguilar y Sasil de León Villard, hoy senadores elector por MORENA.
