- Presenta Eduardo Ramírez su libro “Plan Chiapas Transformador 2024”
- Compromiso cumplido
Manuel Ruiseñor Liévano
¿Qué es la historia? Búsqueda, indagación y encuentro. Un tema fundamental de las ciencias sociales respecto del cual el propio presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha sostenido, citando a Cicerón, que es la gran maestra de la vida; un sostén para darnos identidad. En ese entendido, no sólo México sino Chiapas tienen historia de la cual aprender.
Agregaba el hombre que está por concluir su presidencia de la república, que para entender mejor lo que somos los mexicanos, hay dos pilares los cuales nos confieren rasgos esenciales al ser mexicano: la cultura que heredamos del México profundo, de las civilizaciones prehispánicas, y los procesos de la Independencia, Reforma y Revolución.
En otro momento, la gran periodista que fue Oriana Falacci, en el prólogo de su libro “Entrevista con la historia”, preguntaba: “¿La historia está hecha por todos o por unos cuántos? ¿Depende de leyes universales o solamente de algunos individuos? Y agregaba que se trataba de un antiguo dilema que nadie ha resuelto ni resolverá nunca”. Eduardo Ramírez Aguilar, sabe de la historia: la ama porque la conoce y entiende su valor primordial en el reto de tender los hilos del hoy hacia el mañana.
El pasado sábado 11 de mayo de este agitado 2024, en una sede de la máxima casa de estudios de Chiapas, área de Humanidades, dejó ese claro mensaje a los chiapanecos durante la presentación de su libro “Plan Chiapas Transformador 2024”.
Vale aquí la pena recordar una cuestión de relevancia para el hoy, cuando el pasado 8 de enero de este año, Eduardo Ramírez, siendo aún presidente de la Junta de Coordinación Política (Jucopo) del Senado de la República, anunció en las redes sociales que estaba escribiendo una obra cuyo objetivo residía en emular lo que en su momento hizo Joaquín Miguel Gutiérrez con El Plan de Chiapas Libre. Un documento histórico donde el prócer liberal planteó la Federación de Chiapas a México, la Independencia de México y otros puntos que sirvieron como base, para generar las condiciones de una vida republicana en México.
En ese entonces, el hoy aspirante el gobierno del estado, habló de que 200 años después; es decir, en el Chiapas mexicano, “deseaba hacer un planteamiento sobre los problemas, el diagnóstico de cómo viven las familias chiapanecas, para entregar un documento de lectura ágil, rápida y de gran entendimiento”. El caso es que ha honrado su palabra y en ese sentido se le reconoce una virtud que no es usual en la clase política de aquí, de allá o acullá.
En su obra, Ramírez Aguilar ajusta al reloj del presente la idea del Plan Chiapas de Joaquín Miguel Gutiérrez. Lo hace sabedor del valor que entraña rescatar lo mejor de nuestro ayer. Me parece que esa es la motivación que tuvo para escribir el “Plan Chiapas Transformador 2024”: trazar una singular hoja de ruta que dé luz al camino a seguir en lo que será, según lo establece la Constitución Política del Estado Libre y Soberano de Chiapas, el Plan Estatal de Desarrollo 2024-2030.
Sin duda, es un documento que amerita diversas lecturas. Una de ellas, es la que revela el perfil de un político serio, responsable, conocedor y amante de las raíces profundas de Chiapas. La otra, se expresa en relación con el profesional de la política y las leyes, que es el hombre de Comitán de Domínguez, en pro de un Chiapas más justo y próspero.
El sábado pasado, quienes asistimos al acto, pudimos dar testimonio de un compromiso cumplido. Una obra que consigna los ejes rectores para la transformación profunda de Chiapas, relacionados con temas capitales como educación, gobernanza, economía, infraestructura de comunicaciones y turismo, entre otros. Una propuesta que leeremos con el detenimiento que merece pensar en los retos que entraña erigir el segundo piso de la cuarta transformación en el estado.
Es innegable para el Chiapas de hoy y para el que se avecina inexorablemente, que la base de nuestro futuro tenga como condición sine que non, la construcción de un proyecto incluyente, equitativo e igualador de oportunidades entre todos los chiapanecos.
De esa forma y a nuestro parecer así lo ha entendido Eduardo Ramírez Aguilar, es posible abrir cauce a un Chiapas de unidad, reconciliación, seguridad, paz social, gobernabilidad, en aras del crecimiento económico y el bienestar social. Un Chiapas como aquél que soñó y defendió, aún a costa de su vida, Belisario Domínguez, el héroe civil más grande de esta nación, que además fue ejemplar gobernante de su natal Comitán con el ejercicio de una gestión transparente y rendidora de cuentas a la ciudadanía.
Dijo un ex gobernador de Chiapas con gran acierto, “el hombre no vale por lo que sabe, ni por lo que tiene, sino por lo que sirve”. La tarde del pasado sábado 11 de mayo en el bello espacio de La Higuera de la UNACH, pudimos atestiguar que Eduardo Ramírez vale por su palabra cumplida en la tarea del diseño de su Plan Transformador de Chiapas. A ello se comprometió al inicio del año y ese es el documento, la obra que presentó a la academia e inteligencia de Chiapas. Histórico Plan, compromiso cumplido.
Vale la pena reconocer las intervenciones de los presentadores de la obra que acompañaron a Eduardo Ramírez, la doctora en historia por la UNAM, Amanda Úrsula Torres y el doctor en Ciencias de la Información, Sarelly Martínez. Ambas ponencias son esclarecedoras.
El mensaje del acto del sábado en la Universidad Autónoma de Chiapas, es contundente: en Chiapas se está inaugurando una nueva forma de hacer política. Política con sustento en la historia, en el diagnóstico de la realidad; política profesional con base en la democracia participativa. Política sin revanchismos y en pro de la unidad y reconciliación; política respetuosa de lo que ha funcionado pero con el entendimiento de que debe cambiarse lo que no ha servido. Así lo puntualizó el candidato al gobierno del estado. Un personaje que tiene el deber de hacer historia en Chiapas y está llamado a cumplirlo.