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El mezcal y la cultura en México

El mezcal y la cultura en México
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Manuel Ruiseñor Liévano

Historia, cultura y economía, son una tríada de factores que se agrupan en torno a una de las bebidas espirituosas de mayor repunte en el gusto social de aquí, allá y acullá, y, por consiguiente, parte sustantiva de los aportes que la humanidad le reconoce a nuestro querido México.

Hablamos del mezcal, un elixir cuyo origen se remonta tiempos prehispánicos y cuya ingesta estuvo originalmente relacionada con usos ceremoniales en los llamados pueblos originarios.

Cuestiones estas, entre otras, que nos fueron compartidas a. quienes tuvimos el deleite —dicho sea esto sin hipérbole—, de acudir a la presentación del libro “Habemus mezcal”, debido a la pluma y, especialmente, a la sabiduría de un personaje que a nuestro parecer debe ser considerado el “Gurú” universal de esa bebida que sabe a humo, a tierra, a verdad, así como al placer mismo de la existencia. Nos referimos al agrónomo de Chapingo, Jorge Quiroz. Un mexicano orgulloso del poder de los frutos terrestres.

Todo esto en el marco de una velada efectuada en el Centro Social “Francisco I Madero” de la capital chiapaneca, debida al gran respeto que tiene por las tradiciones y su puesta al día, Ernesto León Espinosa, quien supo aglutinar los esfuerzos de instituciones como el CONECULTA Chiapas, el Museo del Café y a esforzados cuanto entusiastas productores chiapanecos de Pox (Posh) y Comiteco y de mezcal, quienes en amena degustación encendieron el alma y sentimiento de la nutrida concurrencia en torno a la celebración de la cultura, que es la vida misma.

León Espinosa, otro personaje, hay que decirlo, cuyo impulso y defensa de la producción del campo se ha destacado por medio de la Unión Estatal de la Pequeña Propiedad del Estado de Chiapas. De ahí que no sorprenda su entusiasmo en torno a los frutos de la tierra.

Correspondió al historiador y editor Carlos Román García comentar la obra, por medio de una disertación en verdad acuciosa y documentada en los archivos históricos, a efecto de contribuir, junto al autor de la obra referida, al conocimiento del universo del mezcal.

Quienes allí estuvimos para aprender y saborear ese elixir divino y casi inmemorial debido a la planta del agave y su cocción o tatema, mejor conocido como mezcal, nos fuimos en verdad iluminados, pero especialmente conscientes de que la producción mezcal,, comiteco o pox de maíz es, además puerta al bienestar comunitario y alternativa económica de rendimiento considerable, una manera de reencontrarnos e identificarnos con muestra esencia y las raíces que nos han formado como sociedad.

Bienvenidas sean estas iniciativas culturales, sociales y económicas, porque desde ese espacio de aprecio por lo que nos cohesiona, somos orgullosamente más mexicanos y, por ende chiapanecos.

No sobra subrayar que el libro seguirá un itinerario de presentaciones en San Cristóbal de Las Casas y Comitán, hasta donde sabemos. Además de que puede adquirirse en el CONECULTA Chiapas, en beneficio de la Fundación CHAPINGO por decisión de su autor, Jorge Quiroz, como una forma de apoyar la investigación sobre la riqueza botánica de México.

Una razón con valor agregado, en aprecio de la enorme riqueza cultural de nuestro país. Enhorabuena.

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