Por Manuel Ruiseñor Liévano
Hace 485 años, se fundó la primera imprenta en México y a pesar de que el sector de las artes gráficas ha enfrentado momentos complejos, sigue avanzando y está presente en prácticamente todas las esferas de la actividad social. Desde las primeras horas de vida del ser humano. “Desde el nacimiento hay un acta de nacimiento impresa y está en momentos para recordar a través de las fotografías y estamos en todos lados, en las paradas del camión vas a ver una publicación, el camión si no trae su número de matrícula no va a poder circular”, afirma con razón Marco Antonio Nuño, presidente de la Cámara Nacional de la Industria de Artes Gráficas (Canagraf).
De tal modo, que desde aquellos ayeres la industria editorial sigue siendo un bastión para el desarrollo de diversas actividades, en particular, la relacionada con la cultura escrita desde la pluralidad y la difusión irrestricta de las ideas. Las artes gráficas son un baluarte para reforzar el derecho de publicación y de expresión del conocimiento y difusión del pensamiento.
En Chiapas, las imprentas han sufrido una transformación acorde a la evolución tecnológica, y hoy, la oferta del sector privado de las artes gráficas, se ha modernizado y la competencia es mayor dado el auge de la impresión digital y su inmediatez. De estas micro, pequeñas y medianas empresas, viven miles de familias chiapanecas que enfrentan entre sí una severa competencia por el liderazgo del mercado, cuyo efecto se refleja en mejores precios en la demanda de sus servicios.
A todo esto, debe subrayarse que el gobierno estatal cuenta con un organismo público llamado Talleres Gráficos de Chiapas, cuyo objetivo y funcionamiento debería reorientarse para fortalecer las culturas, las artes, la ciencia y la tecnología, a través de la producción de uno de los más poderosos instrumentos que ha tenido la humanidad para la propagación del conocimiento. Estamos hablando del libro, aquél que surgió en 1440 con la imprenta de Gutemberg.
No obstante, en las últimas décadas, los Talleres Gráficos de Chiapas se han convertido en una competencia severa y sin mayor propósito contra el sector privado de las artes gráficas, dado a que por su dimensión, planta instalada, número de trabajadores y por las solicitudes directas que recibe del poder ejecutivo del estado, es también factor regulador de los precios de mercado, convirtiéndose así en una forma de competencia nada saludable para el desarrollo de las artes gráficas. La maquila de trabajos que podrían hacer pequeñas imprentas se ve por igual afectada y es que no se puede soslayar que, en atención a la realidad económica del estado, el mejor cliente al que pueden aspirar los impresores sigue siendo el propio gobierno.
JUSTIFICACIÓN
En razón de tal panorama, urge poner en el centro de las políticas culturales no sólo a las bibliotecas y a las librerías, sino a la empresa editorial que tiene el gobierno (Talleres Gráficos de Chiapas) y dotarla de los presupuestos suficientes para que la cultura escrita esté en todos lados. Es una tarea urgente para los responsables de la cultura, la economía, la educación y la hacienda pública, tanto del poder legislativo como del poder ejecutivo. No podemos soslayar que la violencia tiene un freno en la cultura.
El objetivo es multiplicar a los lectores autónomos, críticos, capaces de participar en la toma de decisiones sociales. Y en esa tarea, indudablemente, tienen que colaborar intensamente, gobierno, industria editorial, lectores y ciudadanos en general.
Se trata de construir políticas públicas en torno al libro, al fomento a la lectura y del alimento del idioma y sus variantes, que en Chiapas son diversas y ricas. El libro, a no dudarlo, es un detonante del desarrollo de la cultura en la sociedad. Es el eje central.
La industria editorial enfrenta, con la irrupción de las redes sociales y los formatos digitales, una profunda transformación; la demanda de contenidos digitales ha provocado un cambio no sólo tecnológico, sino cultural y de hábitos de lectura. Las industrias culturales y de esparcimiento son parte estratégica de las economías, y Chiapas no debe ser la excepción, generando recursos y cientos de empleos directos e indirectos que muevan a toda una cadena industrial a una tarea que alimenta el espíritu y provee conocimiento a la población.
AMIGAS Y AMIGOS DE LOS “DIÁLOGOS POR LA TRANSFORMACIÓN DE CHIAPAS y del FORO “VOCES POR LA CULTURA”:
Hoy por hoy, las industrias culturales y, sobre todo, la industria editorial, es una industria indispensable que es espejo del avance de la sociedad en cuanto a cultura y educación. Junto con las autoridades, por medio de ferias, actividades académicas, premios, reconocimientos y campañas de fomento de la lectura, debemos buscar que la industria editorial avance, crezca y se consolide, con la finalidad de impulsar una población lectora, educada, que cuestione y tome decisiones en su acontecer. Con el fomento a la producción editorial y a la lectura en bibliotecas y librerías, se debe fortalecer la difusión y promoción de contenidos.
Para que los Talleres Gráficos de Chiapas apoyen determinantemente ese cometido, debe ser una empresa pública fuerte, moderna y rentable. En razón de lo anterior, se proponen a debate las siguientes líneas de acción a efecto de reorientar los criterios de operación de los Talleres Gráficos de Chiapas y de ese modo fortalecer al sector de las artes gráficas en su conjunto, en una marco de actuación donde todos los protagonistas sean ganadores.
PROPUESTAS
1.- Orientar el trabajo de la empresa oficial hacia la producción exclusiva de libros necesarios en la educación, las culturas, las artes, la ciencia y la tecnología en el estado. (Los lectores de libros son escasos y la mejor manera de promover la lectura es con una oferta editorial amplia, plural, al alcance de un público más numeroso y en todos los espacios del estado, en todos los medios y en todos los recintos).
2.- Acorde a los nuevos lineamientos, modificar el estatuto legal que rige a la empresa (Decreto de Creación, publicado en el Periódico Oficial del estado), sus reglas de operación y administración.
3.- Ajustar, ampliar y en su caso vender maquinaria que no se requiera para la edición de libros. Por ejemplo, aquellos destinadas a la producción de formas continuas.
4.- Avanzar en la modernización de la empresa con equipos con tecnología de punta para la edición de libros y revistas digitales e impresas.
5.- Acompañar todo este proceso de reorientación con la promoción del libro y el fomento a la lectura (sin políticas y estrategias que alienten la lectura, la industria editorial y toda la cadena de valor vinculada a ella no tendría sentido).
6.- Afianzar una red de librerías y bibliotecas públicas para la distribución y venta de los libros y revistas.
7.- Suscribir un convenio de colaboración y entendimiento con la industria editorial y de las artes gráficas en Chiapas.
El segundo piso de la cuarta transformación en Chiapas no será factible sin políticas públicas que impulsen verdaderamente al libro, la creación de más y mejores librerías, así como el derecho de publicación y difusión de las ideas, porque lo que hace grande a una nación es su pluralidad, así como la madurez política de sus gobernantes. El libro ha de ser en Chiapas el principal instrumento para el desarrollo de las culturas, las artes, la ciencia y la tecnología.