+ Un escritor prolífero y destacado platicador…
+ Fuentes de inspiración que nacen de su origen…
+ Yajalón, la tierra que vio nacer a un literato…
+ Reconocer en vida sus novelas, cuentos y poemas…
Ruperto Portela Alvarado.
Tuxtla Gutiérrez, Chiapas. Martes 20 de Junio de 2023.- Decía el escritor y mejor conversador del mundo –según aseveran los chiapanecos– Eraclio Zepeda Ramos: “En Chiapas todos quieren ser escritores y poetas” y digo yo que también periodistas. Con esa concepción del universo literario de Laco Zepeda, tendríamos que llenar una libreta de distinguidos literatos como Rosario Castellanos, Jaime Sabines, Rodulfo Figueroa, Enoch Cancino Casahonda y nuevos valores que están destacando en el medio cultural.
A todos se les ha rendido pleitesías por sus obras que han trascendido en el tiempo y el espacio. Pero en este escenario podemos decir que OSCAR PALACIOS VÁZQUEZ ha sido un predestinado para ser escritor, poeta y periodista, porque la vida lo ha llevado por ese sendero de las letras maravillosas que una vez mencionó don Miguel de Cervantes Saavedra el gran “Quijote de la Mancha”.
En un mundo de experiencias que van de lo laboral en diversos y diferentes empleos, el camino de la vida por toda la geografía mexicana y el mundo, Oscar Palacios nos recomienda que “hay que caminar para saber cómo reaccionan los seres humanos y eso nos ayude a comprender la vida”. Dice, aunque ya lo sabíamos, que nació en un pueblo incomunicado, rodeado entre nubes y montañas llamado Yajalón de donde solo se salía en carretas o avionetas.
En su característica forma de decir las cosas, Oscar Palacios apunta, que como todos, “nació de un papá y una mamá” y que “es un hombre que ha caminado por este mundo que era ancho y ajeno; pero que ya todo está muy contaminado”. Y como buen escritor, poeta y periodista, juega con las palabras y las acomoda con mucha precisión en el lugar que se le antoje y les correspondan, pues goza del privilegio de un humor festivo que a veces termina en el clásico humor negro de los literatos.
Hablo de Oscar Palacios con una familiaridad que nos da el habernos conocidos cuando menos, desde hace 40 años, cuando yo era reportero del diario “Número Uno” del que era director su amigo –y mío también—Gerardo Vicente Pensamiento Maldonado con la experiencia de Jorge Díaz Navarro que era el subdirector del rotativo. Algunas veces nos reunimos en su “guarida” de la Delegación Terán, donde creo que convivimos por primera vez.
Oscar Palacios cuenta su historia que no es como la de muchos o la de todos, pues dice: “por fortuna he pasado mi vida por dos siglos desde que salí de un pueblo incomunicado donde estudié mis primero años de primaria”. Luego estudió en la “Prevo”, de donde saltó al Instituto de Ciencia y Artes de Chiapas (ICACH) en Tuxtla Gutiérrez. Pero, aunque no lo crean, “nuestro personaje favorito” estudió tres años de la Carrera de Medicina en la UNAM, de donde desertó y se tuvo que poner a trabajar como muchos o cualquier mexicano sin fortunas.
Su papá fue claro: “si ya no vas a estudiar, te pones a trabajar” y fue lo que hizo. Trabajó como enfermero hasta que cambió su residencia a Mérida, Yucatán, donde vivía su hermana y se estableció por muchos años; inclusive allá estudió la Carrera de Licenciado en Derecho.
Ya cuando su hermana tuvo que regresar a Tuxtla, se quedó solo y emprendió una nueva aventura de empleos y experiencias. “Me fui encontrando con la intelectualidad, tuve suerte y me abrieron las puertas”. Así –dice Oscar Palacios—entró a trabajar en el diario “El Avance de Mérida”, en donde empieza a combinar la literatura y el periodismo.
Claro que es la literatura la que entra primero en el pensamiento de Oscar Palacios, pues como él mismo lo reconoce: “estoy construido entre la acción y la redacción”, ya que, así como colaboró en la “Revista Siempre” y el diario “Uno Más Uno”, escribió “Cuentos del Insomnio” (1975); “En Memoria de Nadie” (1982) y “El Ombligo del Mundo” (1986) que son sus novelas más conocidas y consecuentemente por lo que es reconocido inclusive con el “Premio Chiapas 1999”.
Hasta “Tarumba” su rincón literario de San Cristóbal de las Casas, fuimos a entrevistarlo en un ambiente de fiesta entre tres: Oscar Palacios, Vinicio Portela y quien esto escribe Ruperto Portela Alvarado. Platicamos de su “hoja de vida” como le dice al “currículum vitae”; su personalidad, de “cosas sin importancia”, pero amenas y llenas de anécdotas y recuerdos de tiempos vividos en el periodismo y la bohemia que no podría faltar.
Debemos reconocer a Oscar Palacios como un escritor prolífico de cuentos, novelas y poesías; un dramaturgo que ha puesto en escenas obras de teatro que indican su trascendencia en este género con: “Mujer, si puedes tú con Dios hablar”; “Y en medio de nosotros, los medios como un Dios”; “Desayuno a la luz de la rutina”; “Se solicita empleo de lo que sea”; “El otro lado de la luna”; “NINI, para servir a usted”; “Edipo ReyES” y “Las pequeñas batallas” que desde sus títulos se antojan interesantes.
Celebro la amistad con Oscar Palacios periodista, pues con él recorrimos un trecho en los medios donde coincidimos con nuestros trabajos como en “Ahora” y “Aquí Chiapas” que editó como director y también en “Ámbar”, aquella revista del connotado grupo en el que estaban Juan Balboa Cuestas, Enrique García Cuéllar, Enrique Alfaro Santos, Leticia Hernández Montoya, Francisco Gómez Maza, entre muchos otros que hicieron su propia historia.
Pero dicho es que del escritor chiapaneco multipremiado hay mucho que decir, pues es: “Premio Chiapas 1999”; Premio Nacional de Cuento “José Agustín (2001) y Premio a la Creación Literaria “Braulio Sánchez” otorgada por la Asociación de Libreros de Chiapas, entre muchos otros que recibió de Universidades de México y algunas de España.
Es muy larga esta historia que se dificulta reseñar, pero de mientras puedo decir que su “hoja de vida” apunta como; Profesor visitante en la Universidad de Tuscaloosa, Alabama, EEUU, (1977); Profesor de la Escuela Normal Superior de Yucatán (1979); Subsecretario de Cultura del Gobierno de Chiapas (1987). Pero también; Coordinador del Taller de Narrativa en San Cristóbal de las Casas (2006-2016) y Co-coordinador del Encuentro Nacional de Literatura “Al Sur de la Palabra” en San Cristóbal de las Casas.
Antes de concluir esta relatoría y dejar plasmado un reconocimiento a nuestro amigo Oscar Palacios debo agregar algunos de sus títulos publicados, además de “En Memoria de Nadie” y “El Ombligo del Mundo” que están integrados en dos volúmenes con todas sus obras con ese mismo nombre y otros que forman parte de su vida literaria:
Novelas: “La Mitad del Infierno”, “Juego de Máscaras”, “El Color de la Cebra”; “Diez Crímenes por el mismo Precio”, “Funeral de la Memoria”, “El Abrazo de Ixtab”, “El Factor Karamazov” y “Naufragio” que creo es su última creación.
Cuentos: “Cuentos y Recuentos”, “Cuentos del Insomnio”, “El Mismo Cuento”, “Cómo Hacen el Amor las Mariposas” y “Hablando de Mujeres y Cabrones”, que ya son toda una leyenda en su vida.
Obras de Teatro: “Mujer, si puedes tú con Dios hablar”, “Y en medio de nosotros los medios como un Dios”, “Desayuno a la Luz de la Rutina”, “Se solicita empleo de lo que sea” y, “El otro lado de la luna”, que ya había mencionado líneas arriba.
Se me había olvidado decir que también escribió los títulos: “El otro tiempo” y “Se solicitan lectores” que como todas sus demás obras merecen ser leídas, apreciadas o criticadas según sea el caso y el criterio. Aunque no se me debe pasar que el escritor, poeta, dramaturgo y amigo Oscar Palacios fue colaborador de mi semanario “Otro Más” que publiqué por los año de 1989; y eso es un orgullo para un periodista “media cuchara” como yo y cómo se decía el mismo “Gran Jefe Pluma Firme”, Gervasio Grajales, de quien Oscar escribió el libro un tanto biográfico y anecdotario, “Me lo Dijo Gervasio”…
Con un saludo desde la Ciudad del Caos, Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, tierra del pozol, el nucú, la papausa y la chincuya…
Para contactarme: rupertoportela@gmail.com
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