Angie Jiménez
El Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF), desconoce el número de niñas y niños que viven en los Centros de Asistencia Social (CAS) llamados comúnmente casas hogar en México; así mismo desconocen cuántas de estás están operando en las diferentes entidades de México.
Esto se debe a que algunos DIF estatales son coordinados por gobiernos locales lo cuales carecen de algún tipo de censo, aseguró Comunicación Social de la institución a nivel nacional.
Estrella Damián, directora general del sistema DIF, apuntó que tampoco saben la cantidad de menores que tienen, sin embargo ya se trabaja en un registro para detener cifras más exactas.
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) para el año 2015 ya contaba con un registro de 35 mil menores viviendo bajo el esquema de Cuidado Residencial en casas hogar, sin embargo el registro que el DIF nacional ha hecho hasta julio del presente año apenas a enumerado a 2 mil 227 personas habitando 95 CAS en 9 estados del País, de las otras 23 entidades aún no se tienen datos verídicos.
Vía tranparencia se pidió el conteo de adopciones en los últimos 8 años al DIF-CDMX y al Tribunal Superior de Justicia de la capital (TSJ-CDMX), que son las instituciones encargadas del proceso.
El DIF local dió a conocer que se lograron 144 adopciones, por otro lado el TSJ-CDMX aplazó su respuesta. Datos abiertos desde su portal de estadística se encuentra que del 2012 al 2016 se concretaron 438 adopciones y en ese mismo lapso el DIF sólo reporto 105.
Dora Giusti, jefa de Protección del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) en México, destacó que la falta de información y de registros se debe a que no hay lineamientos homologados entre el DIF nacional y los DIF estatales. Destacó que el desconocimiento del tema daña a los menores de edad que viven en las casas hogar, exponiéndolos a un riesgo enorme, ya que son vulnerables a ser víctimas de diferentes délitos.
Giusti detalló que el hecho de que un infante viva en un CAS no significa que puede ser adoptado inmediatamente por cualquier persona. Ya que casi todos los niños, niñas y adolescentes en cuidado residencial tienen familia, pero se encuentran bajo custodia de las autoridades.
“Es algo comprobado a nivel internacional, la mayoría de los niños que están en un CAS no son huérfanos. Son menores que fueron separados de sus familias por violencia o negligencia. En años pasados, también por pobreza, (internarlos) fue la respuesta del Estado”, puntualizó la jefa de Protección en UNICEF México.
“Institucionalizados” es el nombre con el que manjean a los menores que habitan en casas hogar. Antes de que puedan ser posibles candidatos de adopción, las diferentes estancias de los DIF estatales, por medio de sus procuradurías de protección a la infancia, están comprometidos a “liberar” al infante de sus padres por medio de un juicio de pérdida de patria potestad.
Sin embargo para que esto sea posible, en primera instancia debe existir una denuncia que amerite que la autoridad judicial y DIF tomen al menor en resguardo.
Lo que prosigue de está acción es abrir una carpeta de investigación para determinar que la familia del menor representa un riesgo para él o ella, ya sea por motivos de abuso, abandono, vionecia u otros, convirtiéndolo en cuerpo de algún délito.
En el proceso de esto, los menores de edad son institucionalizados en algún CAS dependiendo su perfil. Por así decirlo hay casas hogar der asistencia privada especializadas en atender únicamente a varones, otras atienden a menores con algún tipo de discapacidad o víctimas de abuso sexual.
Entre el resguardo del menor de edad, la investigación, la resolución de un juez, la pérdida de patria potestad y el aval para que el niño sea candidato de adopción, pueden pasar muchos años, esperando a que los menores alcancen la mayoría de edad dentro de los CAS.
Por ello es de vital importancia contar con registros objetivos y veraces para que los menores que habitan en estás instancias puedan restituir su derecho a la familia y tener un mejor destino
