Sr. López
Paty y Pita (en serio), eran hermanas y primas de este menda, de las de Toluca. Paty fue de faldas ligeras… y Pita también. Pero Paty tenía mejor fama que la Madre Superiora de las monjitas del Verbo Encarnado y Pita compartía prestigio con la Rompecatres. Una vez Pita dijo a Paty -contado por esta-, que si eran iguales, no entendía su buena fama mientras ella bailaba en boca de todos y su hermanita la corrigió: -No, no somos iguales, Pita, tú eres tonta -sí era.
Por supuesto es no solo aventurado sino difamatorio y hasta calumnioso, tachar al actual Presidente de México de ser un “narco presidente”, de recibir dinero de narcotraficantes para una de sus campañas políticas, de ser protector de las bandas criminales. Atreverse a tanto y hacerlo en medios de comunicación masiva, supone uno, debiera respaldarse con pruebas sólidas, hechos indiscutibles y no en dichos de delincuentes que consiguen beneficios acogiéndose a la figura de “testigo protegido”, y declaran lo que les digan que declaren.
Ante la reciente andanada de maliciosas notas de prensa extranjera, en las que se le inculpa, así sea advirtiendo que no se obtuvieron pruebas de haber recibido dinero de criminales en su campaña electoral del 2006, el Presidente López Obrador ha reaccionado exigiendo pruebas y disculpas, señalando directamente al gobierno de los EUA, a su Departamento de Estado y la DEA, de estar tras esos ataques.
Fiel a su modito, subió la vara agregando que esto “afecta los diálogos con Washington sobre migración y narcotráfico”, lo que no necesita traducción: si me aprietan con dichos y filtraciones a prensa, yo aprieto en la cuestión migratoria, lo que anticiparía la derrota de Joe Biden en las próximas elecciones de allá, porque si le inunda de migrantes la frontera, revienta el señor de la Casa Blanca.
Es un enorme desacierto responsabilizar de tres notas de prensa (una de Alemania), al gobierno de los EUA y no solo eso: amenazar al país más poderoso del mundo que probado está, no es muy escrupuloso a la hora de cobrar venganza. El tío Sam seguirá siendo el tío Sam después del 30 de septiembre de este año, último día en el cargo de nuestro Presidente… y luego, ¡ay!, ¿y luego?
El aparato judicial del gobierno de los EUA, con subterfugios y los vericuetos de sus leyes, pareciera se cree con jurisdicción en todo el mundo. No es así, pero así actúan. Han perseguido y encarcelado a varios presidentes o expresidentes, por ejemplo a Juan Antonio Noriega del Panamá; a Juan Orlando Hernández de Nicaragua; Alfonso Portillo de Guatemala; Álvaro Colom, también de Guatemala, sancionado en 2021 por Washington, que lo incluyó en el listado de “actores corruptos y antidemocráticos”; Ricardo Martinelli, de Panamá, detenido en los EUA, luego extraditado a su país; la exvicepresidenta de Guatemala, Roxana Baldetti, procesada en la Corte del Distrito de Columbia, Washington, por nexos con los Zetas (los de México); Rafael Callejas, expresidente de Honduras, apresado y juzgado por la corte federal de Brooklyn en Nueva York.
Para el modito de nuestro Presidente, el modito del renegrido tío Sam. Un último ejemplo de sus hazañas vindicativas: el expresidente hondureño Juan Orlando Hernández, extraditado a los EUA con cargos de sobornos de narcotraficantes para fraude electoral. A ver, no se distraiga, se lo repito: cargos de sobornos de narcotraficantes para fraude electoral.
De regreso a los infundios publicados contra el presidente López Obrador: no hay pruebas ni investigación en curso en los EUA (oficialmente); allá es asunto cerrado (oficialmente).
Los que le entienden a eso de la política en los EUA y los taimados de acá, dando por falsas tamañas acusaciones contra nuestro Presidente, sin embargo, se preguntan: ¿y por qué se le ocurrió al gobierno de los EUA inducir semejante acusación contra López Obrador?, porque el mismo Presidente de México así lo aseguró, son calumnias del gobierno yanqui.
Siendo todo esto una canallada y una falsedad, se queda uno pensando ¿y por qué?… ¿por qué eso?… es gravísima tal acusación así fuera solo chisme en prensa. De hecho es el primer Presidente de México bajo semejante imputación… desde Abelardo L. Rodríguez.
Don Abelardo fue presidente de México de septiembre de 1932 al 30 de noviembre de 1934, dos años y cinco meses. En ese lapso hizo muchas cosas en bien del país: fundó lo que hoy es Banobras; Petromex (hoy Pemex); la Secretaría del Trabajo (e implantó el salario mínimo); y Nacional Financiera. Aparte promulgó leyes importantes: la antirreeleccionista; contra los monopolios; la reforma a la del Patrimonio Ejidal; y la Ley del Servicio Exterior. Y nadie le regatea su impulso a la industrialización de México, la atracción de inversiones, el apoyo al campo.
Muy bien por don Abelardo, pero hoy quien habla de él, tiene en la punta de la lengua el programa de History Channel, en el que se afirma que entre 1923 y 1930, fue uno de los primeros “embajadores de la mafia”, socio y aliado de Lucky Luciano, Meyer Lansky y Al Capone, mafiosos de los EUA, quienes instalaron en Tijuana el casino-hotel Agua Caliente (del que fue socio don Abelardo). De acuerdo, don Abelardo hizo un papel sobresaliente como presidente de la república, pero algunos que escriben libros de historia, aseguran que financiaba sus tropas (revolucionarias), con la venta de alcohol, opio, prostitución y casas de juego. Claro que en aquellos tiempos, nadie se atrevió a acusarlo de nada. Esos señores mataban como pedir otro de maciza.
Igual, no hay pruebas contra don Abelardo, pero nada le lava la cara. Difamado o calumniado pero manchado, sin remedio. Y sin haber retado a la Casa Blanca, por cierto.
Algún ocioso de esos que nunca faltan, buscó y encontró este tuitazo que puso López Obrador el 12 de marzo de 2014: “El caso Monex y la declaración del agente de la DEA, acerca de que el Chapo financió la campaña de EPN, no deben quedar en el olvido”.
¿Cómo ayudarlo?, ¡ay!, se nos murió el Chapulín Colorado.