Manuel Zepeda Ramos
Imposible no volver al tema.
A pocos días del suceso nacional bancario en Acapulco y la intensa gira de Xóchitl Gálvez en Guerrero, en Michoacán, en la CDMX y ahora en Chiapas, vuelvo al tema de la reunión bancaria en el devastado Acapulco -que solo eso ya es noticia grande-, que incidirá además, fundamentalmente, en la sucesión presidencial y que habrá de definirse para Xóchitl el domingo dos de junio.
Más allá de insistir en el estupendo análisis que hace Ivonne Melgar acerca de la presencia de las dos candidatas y sus repercusiones para un futuro cercano de definiciones importantes en el destino de México, de las generaciones del futuro y del gran tino que tuvo Billie Parker de seleccionar y poner al alcance de los veracruzanos el mencionado texto de la periodista que ha dejado huella profunda de su paso por los periódicos importantes de la prensa nacional; más allá, digo, de pedirles que busquen y lean el texto de doña Ivonne quien no lo haya hecho, hoy me quisiera referir al significativo “aplausómetro”, que marcó sin duda a la última Reunión Nacional Bancaria sucedida en Acapulco, en el devastado puerto mexicano que habrá de salir adelante para conquistar su espacio bien ganado en el turismo del Mundo.
Mientras Claudia Sheinbaum y Máynez empatan con cuatro aplausos -tal vez desangelados-, durante sus respectivas intervenciones en dicha Convención Nacional, Xóchitl Gálvez sumó !Diecinueve ovaciones sonoras durante su intervención! la mayoría de ellas con el público de pie.
Algún incrédulo ya habrá dicho: Y eso qué.
Yo les hago esta reflexión:
La Convención, que estaba atestada de asistentes que representan en su mayoría a todos los gerentes de todas las sucursales bancarias en las entidades federativas del país, tuvo el deseo de aplaudirle a Xóchitl diecinueve veces.
¿Cual es el mensaje?
Que todo ese púbico que atascaba el auditorio acapulqueño simpatiza con la realidad aplastante -casi cinco veces más aplausos que los otros participantes-, de que la próxima presidente de México habrá de ser Xóchitl Gálvez, quien ahora suma a los trabajadores de los bancos de todo México, a esa sociedad civil que habita en el enorme territorio de nuestra república.
Que me perdonen los simpatizantes de los otros dos participantes, pero “diecinueve somos mucho más que cuatro”, aludiendo aquella canción que Nacha Guevara le cantara a mi generación.
¡Xóchitl será la próxima presidente de México!
-Mañana me referiré a la gira de Xóchitl, iniciada después de la Convención Bancaria-
