Eric Valdez Gómez
Cuando el calendario político de quienes gobiernan llega a su última página, nos encontramos con la popular expresión dentro del folklore mexicano conocida como: “El Año de Hidalgo, chingue a su madre el que deje algo”. Este es un período caracterizado por “decisiones audaces”, “maniobras estratégicas” y el último esfuerzo para asegurar “un mejor futuro” a su salida.
En este escenario quienes están por perder sus atribuciones en la recta final de su mandato y con el firme propósito de crear un legado, en muchas ocasiones dan una interpretación a modo, de la frase “El arte de la política es hacer posible lo que es necesario” atribuida a John F. Kennedy.
Bajo esta premisa, AMLO inicia una carrera contra el tiempo, enfrentándose a la realidad de no contar con la mayoría calificada en la actual legislatura. Las próximas elecciones del 2 de junio se convierten así en un momento decisivo: necesita aumentar su representación a 334 diputados y 86 senadores para alcanzar dicha mayoría. Con la nueva legislatura tomando posesión el 1 de septiembre y su mandato que concluye el 30 de ese mes, tendrá poco tiempo para lograr las reformas con las que busca preparar el terreno para su sucesor. Y eso, si los resultados electorales le favorecen.
Desde cambios profundos en el sistema de pensiones, cambiando las afores, buscando mayor intervención del estado; en bienestar bajando la edad de 65 a 60 años para la entrega de pensión de adulto mayor, hasta permitir propaganda gubernamental en el período de elecciones.
Lo que para algunos, son vistas como una revancha legislativa después de la invalidación de reformas prioritarias por la SCJN en 2023, estas incluyen la militarización de la Guardia Nacional, la reforma al Poder Judicial con elecciones directas de jueces, magistrados, ministros y la reducción del presupuesto del INE. Reformas que precisamente no pudo lograr por carecer de esa mayoría calificada.
Las acciones de los políticos en su último año no solo impactan sus legados individuales, sino que también tienen consecuencias a futuro para las comunidades y el país entero. ¿Cómo equilibran los líderes salientes el bienestar a largo plazo con los objetivos a corto plazo?
Con los cambios en el panorama político tras las elecciones, se evaluará críticamente el impacto de las decisiones tomadas durante este período de transición. El legado de estos políticos se medirá en términos de qué tan sostenible y eficiente fueron sus acciones en el poder.
El Año de Hidalgo es un periodo de reflexión sobre el estado de nuestra política. Mientras quienes nos gobiernan se preparan para pasar el bastón de mando, la historia juzgará si sus últimos esfuerzos fueron guiados por el bien común o por intereses más personales. Como bien decía Nelson Mandela, símbolo global de la lucha por la igualdad y la justicia social, “La historia será amable conmigo, pues tengo la intención de escribirla”.El poder es efímero y tiene fecha de caducidad, no hay día que no llegue, ni plazo que no se cumpla.
Por Eric Valdez Gómez
Consultor en Comunicación Política (Compol)
Experiencia en Campañas Políticas en México y Extranjero
Enfoque en Comunicación, Medios y Marketing Digital
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