*Este evento tuvo lugar en el contexto de las festividades en honor a la Virgen del Rosario de Copoya.
Noé Juan Farrera Garzón
Este día se llevó a cabo la ejecución de la danza Napapok Etzé, conocida como la danza de la pluma de guacamaya, una de las tradiciones más antiguas y emblemáticas de la cultura zoque en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas. Este evento tuvo lugar en el contexto de las festividades en honor a la Virgen del Rosario de Copoya.
La danza Napapok Etzé forma parte de las celebraciones del carnaval y destaca por su profundo simbolismo cultural y religioso. El “rey”, protagonista de la danza, lleva un impresionante penacho adornado con plumas rojas de guacamaya, que representa al sol, mientras que la “reinita”, su acompañante, simboliza a la luna según algunos historiadores. Los hombres danzantes que lo acompañan, vestidos con prendas femeninas, realizan el baile al ritmo de la música interpretada por tambor y flauta de carrizo.
Esta danza tiene un fuerte arraigo entre los zoques de Chiapas y es considerada un ritual que honra a las deidades y celebra el ciclo de la vida, la muerte y la fertilidad. La ejecución original de esta danza, contempla los cuatro puntos cardinales sagrados y se compaña por humo de incienso y copalito.
En Copoya, los danzantes visitaron diversas casas que albergan imágenes de la Virgen, antes de llegar al templo de la plaza central, donde realizaron la culminación de su ritual. Además del vestuario tradicional de las mujeres con nagüillas rojas y blusas bordadas, algunos grupos modernos añadieron marimba y elementos de los parachicos, lo cual ha generado debate sobre la fidelidad a la tradición.
Esta manifestación cultural continúa viva gracias al esfuerzo de las comunidades que la preservan, siendo un recordatorio de la riqueza histórica y espiritual del pueblo zoque que vive en el corazón de sus descendientes.
