Sr. López
A tía Marcia le decíamos tía Marciala, porque traíaatosigados a sus nueve hijos con ilimitadas proscripciones que escribía en papelitos que ponía en las paredes de su casa con chinchetas (tiempos sin Post It); vivían castigados. Y así, los cinco varones terminaron de clientes frecuentes de la Delegación de Policía y las cuatro señoritas, de albergues temporalesprepagados (moteles); todo le salió al revés a la marcial tía. En cambio, tía Amelia, a sus doce hijos varones no les prohibía nada porque según ella: -Todos sabemos lo que no se debe hacer –y eran traviesos pero buenos muchachos.
En el mundo mucha gente ve como natural que los gobiernos prohíban cosas, por ejemplo las drogas. Se dice, “Claro que las deben prohibir”, “ni modo que las autoricen”, “no deben permitirlas”. Bueno.
Pero se olvida que las personas que se desempeñan como funcionarios (no diga “funcionario público”, no hay privados, funcionario es el empleado público, del gobierno)… en fin: se olvida que los gobernantes son nuestros empleados, no nuestros padres.
Por supuesto los gobernantes deben impedir que una fábrica o un vecino, tiren a la basura desechos radioactivos o al aire, nubes de veneno. Sí. Pero arrogarse el derecho de autorizar o no, lo que la gente come, bebe, se inyecta, se unta, se mete por la vía de su preferencia, lo que le dé la gana, cae en el ámbito de lo privado, vedado a los gobernantes. Por ejemplo: si se pone de moda comer tacos de materia fecal humana (caca), ¿la van a prohibir?… ¿o van a prohibir los cuchillos y los mecates porque hay apuñaleados y suicidas?
En el caso de las drogas, se argumenta que es obvia su prohibición por el daño que hacen y es cierto, igual que otra droga permitida en casi todo el mundo, el alcohol, que está autorizado pero reglamentado (no venta a menores de edad; no andar ebrio por la calle; no conducir vehículo, yendo ciego de borracho). ¿Por qué no es lo mismo con las drogas? Que se reglamenten para que el consumidor no afecte a los demás, de acuerdo, pero ¿prohibir?
Para los que defienden que los gobiernos imponganprohibiciones para cumplir su obligación de cuidarnos a todos, tan tontitos que somos, tan incapaces, en minoría de edad vitalicia, le cuento unas:
En Francia desde 2011, está prohibido usar cierta ropa, la ‘burka’ (esa prenda que cubre por completo a la mujer), ¿con qué derecho el gobierno limita a las mujeres?, y la policía las detiene y las multa, no se queda en palabras la cosa. Al revés, en Arabia Saudita las mujeres tienen obligación de usarla. Algo no checa. Hablando de ropa, en Malasia está prohibido vestir de amarillo, con penas de multa y cárcel.
El paté de hígado de ganso (el exquisito ‘foie gras’), está prohibido en California, EEUU, porque ¡pobrecitos gansos! En Somalia, están prohibidas las empanadas, todas, por su forma triangular (¡órale!).
En Australia y Nueva Zelanda, está prohibido elsalmón criado; el cultivo de peces data de la antigüedad, en Egipto, Babilonia, Grecia, Roma, la América precolombina y en China desde el 3500 a.C.; pero ahora, en estos dos países por los puros calzones de algunos funcionarios, está prohibido. En Singapur desde 1992, se prohibió mascar chicle en la calle; la pena alcanza hasta dos años de cárcel (queda advertido, por si va). Y en la tierra de los libres, en EEUU, están prohibidas las ancas de rana y beber ajenjo, ¿por qué?, porque le dio la gana al gobierno.
En México tenemos nuestra guerra contra el tabaco. Está muy bien que en sitios cerrados en los que no hay opción, como ascensores, aviones o quirófanos,no se fume, claro, pero a condición de que hayalugares en que libremente el dueño determine que su negocio es para fumadores, muy su negocio, ya la gente libremente, entrará o no, si le da la gana.
El gobierno, el nuestro, el que no da medicamentos a los niños con cáncer, nos prueba cuánto nos quiere, cuánto nos protege, correteando fumadores o escondiéndonos el salero en los restaurantes… ¡gracias! (ya luego van a devolvernos la seguridad pública, no coma ansias, por lo pronto no fume ni coma sal).
Igual estamos con la prohibición de nuestro gobierno, el año pasado, del maíz transgénico porque están cuidándonos la salud, a pesar de que hace 28 años se comenzó a producir como alimento humano sin ninguna evidencia científica de daño a la salud por consumirlo; por eso vamos a perder la controversia de los EEUU al amparo del T-MEC.
Pero, además, si de veras el gobierno está que no duerme por mantenernos sanos y vigorosos, entonces que también prohíban otros vegetales que son genéticamente modificados y que se pueden importar y consumir, por ejemplo: soya, calabaza, alfalfa,papaya, plátano, tomate y papa.
El prohibicionismo, el de las drogas, es un fracaso que ha agravado los males propios del consumo de esas cosas, y es causa directa del incalculable beneficio económico del crimen organizado mundial que tantos males provoca. ¿Propone este menda que todas las drogas se permitan?, sí, todas, con la reglamentación que ameritan; y si hay clientes para consumir drogas sintéticas que son muerte segura, ¡adelante con los faroles!, que no se va a prohibir el raticida ni el mata-zacate, porque haya quien se quita la vida con ellos. Además, no exageremos, según datos de la OMS hay en el mundo 296 millones de adictos las drogas, el 3.74% de la población.
Todo esto a cuento de que nuestros aguerridos legisladores sin temor al ridículo, han agregado a la Constitución la prohibición de los ‘vapeadores’ (algo como un tabaco sintético que parece que hace mucho daño). Si a esas vamos, que añadan la prohibición de comer un kilo o más de chocolate al día, que es letal; o todo el Código Penal. Aparte de que prohibir algo en la Constitución, en este nuestro risueño país, es lo de menos, ni quien la lea.
Sin historias, el gobierno, este, el que por ahorrar reduce la alimentación de los niños del Hospital Infantil, trata de aparentar que le importamos: no le importamos, son puro cuento, cuento criminal.