- En Venustiano Carranza
Primer Plano Magazine / Noé Juan Farrera Garzón. – Venustiano Carranza, Chiapas, anteriormente conocida como San Bartolomé de los Llanos, es el hogar de una de las tradiciones más emblemáticas de la región: el “Carnaval Totik”. Este carnaval se celebra anualmente y es una fiesta llena de color, danza y tradiciones ancestrales que han perdurado a lo largo del tiempo.
En pleno corazón de esta festividad, se encuentra el maestro artesano Bartolomé Mendoza, quien lleva 60 años dedicándose a la elaboración de las máscaras tradicionales de estos personajes del carnaval. Bartolomé es un guardián de esta tradición, heredada de sus antepasados, y ha perfeccionado su arte a lo largo de las décadas.
Cada máscara es una obra de arte única, hecha totalmente a mano; Bartolomé utiliza piel de venado y otros animales silvestres, para dar forma a estas piezas. El proceso de elaboración es meticuloso y requiere entre 2 a 3 días por máscara. “Cada detalle cuenta,” nos comparte Bartolomé, “desde la selección de los materiales hasta el último toque de pintura.”
El costo de estas máscaras varía entre los 250 y 400 pesos, un precio que refleja no solo el trabajo artesanal y el tiempo invertido, sino también el valor cultural y la historia que cada una de ellas lleva consigo.
Actualmente, el Carnaval Totik de Venustiano Carranza, se celebra en dos versiones: el carnaval antiguo y el contemporáneo. El primero mantiene las prácticas y rituales tradicionales, mientras que el segundo incorpora elementos modernos, atrayendo a una audiencia más amplia y diversa.
Las máscaras de Bartolomé Mendoza no solo son una expresión artística, sino también un símbolo de identidad y resistencia cultural. A través de sus manos, la tradición del Carnaval Totik sigue viva, pasando de generación en generación y capturando la esencia de Venustiano Carranza.