¡Ni una más!
Una niña de nueve años fue asesinada en el Estado de México. Su cuerpecito fue encontrado en la vivienda del vigilante de la colonia Valle de Chalco. Se trata de otra de tantas niñas a las que les quitaron sus sueños de vivir, otra de las miles de víctimas más que, justificadamente, desató la ira de los colonos que se armaron con piedras, palos y machetes, y buscaron al asesino en cada rincón de la zona sin poder hallarlo.
El delito de la pequeña fue salir a jugar sola en la calle Poder Popular en la antesala del Año Nuevo. El de sus padres confiar en que nada pasaría, como lo hacían antes los nuestros años atrás, cuando la calle no era lo que es ahora: un nido de violencia, perversión, inseguridad, incertidumbre y un peligro inminente (sobre todo para las mujeres, sin que suene peyorativo).
En su inocencia, la pequeña quemaba cohetitos afuera de su hogar (como seguramente lo hizo su hija o la mía a la que no dejo ni ir por las tortillas a media cuadra de la casa). Nadie se percató que un desalmado acechaba y que se la llevaría para abusar de ella y así asesinarla. Hoy, la pequeña Camila prende nuevamente los focos rojos y nos recuerda las cifras espeluznantes de nuestro país donde se sabe que siete mujeres son asesinadas cada día sin que la justicia llegue o las leyes se apliquen como tal.
Los datos no mienten y están a la vista de todos. La misma Comisión Económica para América Latina y El Caribe (Cepal) señala que México cuenta con una tasa de 4,5 feminicidios por cada 100 mil habitantes, una de las más altas de América Latina, cuyos datos solamente están por debajo de dos de los países más peligrosos del mundo: El Salvador y Honduras.
Y es aquí donde debemos señalar que la responsabilidad de los gobiernos municipales, estatales y del propio gobierno federal es enorme y debe empezar a tomarse como tal, sobre todo ahora. Quizá, pienso, la Guardia Nacional que se pretende crear y a la que ha convocado el presidente, dando cabida a 50 mil elementos, podría empezar a tener un giro hacia esta problemática que se ha ido recrudeciendo con el paso de los años. Sí, cuando la era de terror se impuso en allá Ciudad Juárez.
Recordemos que se dijo, años atrás, incluso, que las épocas más sangrientas habían quedado como una pesadilla y que ésta poco a poco iba a ser olvidada. Sin embargo, todo parece indicar que no es así. La lista crece y las cifras se engrosan cada día. A las mujeres en nuestro país las siguen matando y parece que a los gobiernos eso no les importa, o al menos esa impresión han dado.
Según la última encuesta del Instituto Nacional de Estadística (Inegi), de los 46,5 millones de mujeres mayores de 15 años que hay en México, más de 30 millones ha enfrentado violencia de cualquier tipo y de cualquier agresor, alguna vez en su vida. Lo cual es terrible.
¿Hasta cuándo seguirá esta ola de feminicidios, esta hecatombe hacia las mujeres en nuestro país?, ¿hasta cuándo las autoridades tomarán cartas en el asunto? Un reportaje publicado por el periódico El País señalaba, apenas el año pasado, que asesinar a una mujer en México salía prácticamente gratis. ¿La causa de tan aberrante afirmación? Sólo el 10% de los casos ha recibido una sentencia condenatoria, según el último informe de ONU Mujeres.
Y todo parece indicar que no se equivocan. No hay día en que uno despierte sin una noticia trágica: niñas y jovencitas desaparecidas, otras halladas con señales de tortura y de violencia, otras más molidas a golpes, amenazadas, exhibidas, mientras que los hombres que comenten los delitos rara vez encuentran la sentencia que merecen y muchos, Chiapas tiene ejemplos claros, hasta han salido libres gracias a las relaciones de poder de sus familiares o amigos.
El 2019 comienza pues con Camila y sus nueve añitos, con su inocencia robada, con la exigencia de justicia sonando fuerte.
Manjar
El caso del enfrentamiento de este fin de semana en el municipio de #Chilón, #Chiapas, ente policías y delincuentes, mismo que se saldó con un hampón muerto y un oficial herido, debería prender los focos de alerta para la Fiscalía General del Estado. Sobre todo porque desde el sexenio pasado se ha indicado que en esa zona los brotes de violencia y la proliferación de grupos delincuenciales incrementaron bajo el cobijo de los Guirao. Recordemos que al exdiputado y exalcalde de ese municipio, Leonardo Guirao, se le achaca la creación de grupos de choque de corte paramilitar para poder mantener a la zona bajo su control, cuando su hermana Flor Guirao, ahora diputada, era síndico del Ayuntamiento. Ojalá y se refuerce la seguridad en la zona y que la paz que otrora se respiraba en esa zona retorne. #OjoMuchoOjo // “Nadie se baña en el río dos veces porque todo cambia en el río y en el que se baña”. Heráclito. #LaFrase // La recomendación de hoy es el libro El garabato de Vicente Leñero y el disco The Fall de Gorillaz. // Recuerde: no compre mascotas, mejor adopte. // Si no tiene nada mejor qué hacer, póngase a leer.
* Miembro de la Asociación de Columnistas Chiapanecos.
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