Sr. López
Ayer fue un día triste. En la mañana, los portales digitales de la prensa nacional publicaron que el 28 de julio en el municipio Los Reyes La Paz, Estado de México, unos prestamistas se llevaron -secuestraron-, a Fernando, un niño de cinco años, como “garantía” de pago de un préstamo que no habían podido pagar su mamá y su padrastro.
Pasaron unos días, la mamá fue varias veces a donde tenían a Fernando pero no se lo dejaban ver. Después cuatro o cinco días, denunció. El lunes pasado la policía acudió al domicilio de los prestamistas, ahíestaban, dos mujeres y un hombre, están detenidos. Fernando estaba muerto, su cuerpo en bolsas de basura, podrido (sí, podrido, para que duela).
La deuda era de mil pesos. Mil pesos… un niño.
Vecinos de los secuestradores dijeron que lo maltrataban mucho; también denunciaron ante la autoridad. Vecinos de la mamá y el padrastro, informaron que a Fernando, en su casa, lo maltrataban mucho y no le daban de comer.
Sí, ayer fue muy triste. Horror, sufrimiento, miseria económica, miseria humana. No será noticia principal en la prensa. Un poco de escándalo, como con la maestra de Veracruz, y pasará al olvido. Todo pasa y se deja pasar, hoy juega Tigres contra Puebla (para las ocho de la noche de ayer, al teclear esta Feria, ya no aparecía lo de Fernando en los portales de noticias… todo pasa).
Y mucho cuidado con buscar la respuesta fácil: el gobierno. No. Esto no es crimen organizado ni complicidad de autoridades. Es crimen común, imposible de anticipar, imposible de evitar. Crimen por bajeza, por pobreza, por indiferencia (y no es difícil que se arme una manifestación exigiendo “justicia para Fernando”, pero no hubo diez vecinos que con cien pesos cada uno, rescataran al niño, o veinte de a 50 cada uno…“¡justicia para Fernando!”).
No le dé pena llorar por Fernando. Hace mucho, el 1 de septiembre de 1978, un Presidente de México (López Portillo), en su segundo informe de gobierno,dijo: “Lo peor que le puede pasar a México es convertirse en un país de cínicos”. También dijo ese día: “No sabemos el bien que tenemos, porque no lo hemos perdido y somos indiferentes ante el mal de los demás, porque no lo hemos padecido”. Sí, llore por Fernando y por los otros niños y niñas que viven el infierno mexicano. Esto no es normal. No seamos cínicos.
No le propone este menda que se deprima y se deje embargar por la tristeza, no. Pero sí en que reflexione qué dice de la sociedad mexicana que Morena haya arrasado en las elecciones del 2024. Qué dice de la sociedad en su conjunto, no qué dice de Morena, ellos van a lo suyo… y lo consiguieron.
Qué sociedad vota por un partido que en sus primeros seis años de gobierno, nos dejó (con datos del Inegi y el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad), un saldo de 199,619 homicidios dolosos, cerca del doble que con Calderón, casi cuatro veces más que con Fox.
Un gobierno en el que hubo más de 50 mil desaparecidos; aparte de 800 mil muertes adicionales por la pandemia del Covid de las que al menos 300 mil eran evitables, sin contar las otras 200 mil muertes registradas como “otra causa de defunción”,“neumonía atípica”, “influenza”, etc. Y no olvide nunca que para la Organización Mundial de la Salud de la ONU, México en la pandemia fue el primer lugar mundial en letalidad.
Y se votó por esa formación política y sus impresentables socios, el Verde y el PT. Y ganaron a pesar del recorte al gasto en salubridad, que entre otras barbaridades, causó la muerte de miles y miles de niños con cáncer, a una tasa de un niño muerto cada cuatro horas (dato de la Asociación Mexicana de Ayuda a Niños con Cáncer, AMAC). Aparte de la falta de vacunas, por lo que ha regresado la viruela al país.Y encima el desabasto de medicamentos que es la hora que no se soluciona.
Montados en una montaña de casi un millón de muertos, ganaron, sí.
Qué dice de la sociedad mexicana que del listado electoral de 98 millones y medio de electores, no votaron 38 millones 353 mil. Así Morena obtuvo 27’364,649 votos para ganar la presidencia de la república, con el voto del 27% del electorado total. ¿Ganaron o los dejamos ganar? Es distinto.
De verdad, no seamos cínicos, que la desvergüenza no siente sus reales en el país. Todos los que no votan tienen su cuota de responsabilidad.
Por supuesto no se puede pensar que este nuevo gobierno, el de doña Sheinbaum, es distinto, es mejor. Si acaso, la señora es menos mal educada y menos beligerante (no mucho). Están haciendo malabares con las estadísticas y sus reportes, para disminuir artificiosamente la matazón en el país. Nos dicen que ya compraron los medicamentos y que ahora van a comprar vehículos para distribuirlos, o sea: sigue sin haber abasto. No son mejores, no pueden serlo, su ejemplo es su mentor, el que le entregó el país hecho una ruina. Por eso implantó a trancas y barrancas todo el Plan C del señor de los Abrazos. Y ahora van por el INE, mientras el tenochca contemplativo piensa en que el sábado juega América contra Querétaro.
Confirma la índole, la calaña de estos cuatroteros el llamado de ayer de la presidenta de su movimiento que no es partido, a que sus militantes aunque tengan dinero, eviten los lujos porque pertenecen a un movimiento que debe poner el ejemplo. Esto es un llamado a aparentar, no a la honestidad, no al rechazo al dinero mal habido.
¡Ah! y agregó la señorita Alcalde que el viaje de Andy no afectó la imagen del partido. Por supuesto que no les cambió la imagen, la facha. Si acaso la confirmó: son cínicos.
Ese Presidente que cité arriba, en el mismo Informe, dijo: “Un régimen que se apoyara en el voto de los más, para servir finalmente a los menos, sería unaoligarquía trágica y afrentosa”. Bueno, pues eso son. Y en el mismo acto, también dijo: “Desconfiemos de los absolutistas y de los déspotas que se creen infalibles”.
Reaccionemos, que los cuatroteros no narcoticen nuestra capacidad de indignación y acción, con su constante mentir, con su cinismo imperdonable.