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Chusma, chusma / La Feria

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Sr. López

 

Alguna vez le ha comentado este su texto servidor, que en el campo de adiestramiento y doma en que fue domesticado (otros niños le decían “escuela”), le decíamos “El Perro” al profesor de Educación Física (se apellidaba Gámez o algo así). Aparte de conseguir que los equipos de futbol de tan noble institución quedaran siempre en el último lugar de todos los campeonatos en que nos inscribía (ni las mamás iban a los partidos, para no pasar vergüenzas); aparte, le decía, en atletismo lograba lo mismo; el secreto era su “sistema” de entrenamiento: antes de cada partido de futbol, 50 vueltas a la cancha; antes de la carrera de los cien metros planos, había que correr medio kilómetro a toda velocidad. Resultado: llegábamos agotados a la competencia, nos ganaba cualquiera que pudiera caminar.

En el año 2000, el Pejehová Tonante, ganó el gobierno de la capital del país con el 37.5% de votos; en el 2006, el Pejeremías, perdió la presidencia del país con el 35.29% de votos; en el 2012, volvió a perder, ahora con el 31.57% La “mafia del poder” no lo deja asentar sus sagradas en La Silla. De acuerdo.

Pero va a la baja: del 37.75% del año 2000, al 31.75% del 2012.

Ahora los datos duros de los que habitan allá en el altiplano, donde anida el poder grandote, indican que al 23 de marzo pasado, las cifras de preferencia de voto para el próximo 1 de julio son: Pejecutivo Legítimo: 31%; José Antonio Meade, 25%; el C.Anaya, 22%; la doñita Zavala, 5%; indecisos, 15% (el 2% que falta fue a hacer un mandado).

No es cierto que el Pejehová en su nueva presentación de Pejesús (todo él, amor y paz), lleve 19% de ventaja sobre Meade. Tampoco que el C.Anaya, vaya en segundo lugar. Las cifras arriba mencionadas, son de esas que se obtienen jurando simultáneamente sobre la Biblia, la Torá, el Corán, “La Declaración de los derechos del hombre y del ciudadano” (de la Asamblea Nacional Constituyente francesa, del 26 de agosto de 1789); y una edición original de “El Capital” (de Marx), para asegurar que crea uno en lo que crea o si no cree en nada, quede comprometido a no revelar jamás la fuente. Estadística interna mandada a hacer por los que sí tienen interés en saber en dónde están parados y qué previsiones tomar en caso de urgencia.

Si don Pejesús reflexionara, se preocuparía un poquito: el resultado de cuando menos 18 años de estar en campaña en pos de la presidencia, es muy desalentador, baja y baja: del 37.75% del año 2000, al 31.57% del 2012… y ahora, el 31%, frente al 25% de un señor que empezó en esto de buscar que el voto de la gente, apenas el 14 de diciembre del año pasado: 18 años de frenética actividad política, frente a escasos tres meses y medio. La conclusión no es de sabios: el Pejecutivo Redentor está parado en el palo de hasta arriba de su escalera. Lo que sigue es mantenerse o caer.

En esa misma estadística interna se indica que al inicio de las precampañas a Meade lo conocía el 15% de la población; al C.Anaya el 70% y al Pejeremías, el 90%. Con esos números cualquiera no siente que toca los dinteles de la gloria… pero resulta que a la fecha del estudio (23 de marzo pasado, muy presente tenga usted), a Meade ya lo conoce el 80% de los tenochcas, al C.Anaya el 85% (y no por buenas razones, digo, la Mataviejitas también es muy conocida), y al Pejecutivo Legítimo, el mismo 90%

Si don Pejesús reflexionara, se preocuparía más todavía. Lo conoce el 90% de los que integramos el alegre peladaje nacional (ni modo que no, después de una vida haciendo numerazos), y a Meade, que lo conocían solo especialistas en las apasionantes disciplinas relacionadas con la economía y las finanzas, en menos de seis semanas ya lo conoce el 80% (o lo reconoce, como quiera decirlo; bien o mal, pero saben quién es). Si es usted amigo, pariente, vecino o cercano al Pejesús, intente que lo oiga: va para Pejerdido que vuela; insista, hágalo darse cuenta que estas cosas, al menos en política, no son resultado del azar ni de la casualidad, sino que obedecen a planes bien trazados por los que saben de esto.

A José Antonio Meade primero había que darlo a conocer: cumplido. Había que quitarle de en medio al C.Anaya: cumplido (hasta se pasaron). Había que hacerlo competitivo: y estar a 6 puntos porcentuales de distancia de un señor con la vida entera dedicado a intentar alojarse en Palacio Nacional, es un resultado pasado de bueno y más, considerando que las campañas apenas comenzaron.

Nadie pone en duda que el Pejeremías es un líder natural… ni que es su peor enemigo. Mire usted: sabedor de que esta es su última vuelta en el tiovivo presidencial (luego le toca irse mucho a su rancho en Palenque), se le ocurrió hacer alianzas con tirios y troyanos, porque todo le pueden aceptar sus adictos, menos la alianza con el PES, partido cuasi evangélico.

Luego tuvo la puntada de otorgar una amnistía anticipada, pública, a toooda la “mafia del poder”, con lo que dejó mordiendo aire a sus huestes, ansiosas de justicia, revancha y hasta venganza; después, ya tirando patadas de ahogado, propuso el perdón a los de la delincuencia organizada (salvo la mejor opinión de sus víctimas); y remató con una de pecho: inexplicablemente para los que creen las encuestas publicadas, confeccionó una lista de candidatos a senadores, diputados y gobernadores, digna del “Gabinete del Doctor Caligari” (película muda que seguro recuerda usted, estrenada en 1920 -director Robert Wiene; guión Carl Mayer y Hans Janowitz), que narra la historia de un gran hipnotista que usa a un sonámbulo para cometer asesinatos, que es a lo que equivale poner en el sexto lugar de sus candidatos a senadores al afamado por entrón Napoleón Gómez Urrutia; escoger a Cuauhtémoc Blanco como candidato a gobernador del estado de Morelos; y para delegado en Tláhuac, a Rigoberto Salgado, con todo y su procedimiento de destitución en la Asamblea Legislativa de la CdMx, por supuestos lazos con El Ojos, líder (ya fiambre), del cártel de Tláhuac.

Don Pejesús, muy en su papel de Mártir del Calvario, ayer se colocó él solito otro clavo, al rechazar el reto de Meade a debatir -todos los candidatos- su patrimonio personal. Él no se engancha y esos son temas de pelados. Sí, don Pejekiko, de esas cosas solo hablan los que son chusma, chusma.

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