Carlos Álvarez
De acuerdo al “Boletín de estadísticas migratorias”, Chiapas triplicó cualquier cifra en deportaciones hechas en el 2019; los estados con mayores deportaciones fueron Coahuila con 8 mil 233, Tabasco con 16 mil 646, Tamaulipas con 10 mil 455 y Veracruz con 21 mil 760; todas estas cifras se encuentran distantes a las de Chiapas, donde tan solo el municipio de Tapachula, con 35 mil 142 deportaciones, supera las de cualquier otra entidad.
En enero fueron deportados 4 mil 356, 5 mil 711 en febrero, 7 mil 97 en marzo, 9 mil 663 en abril, 9mil 595 en mayo, 12 mil 878 en junio, 6 mil 889 en julio, 5 mil 586 en agosto, 4 mil 870 en septiembre, 5 mil 805 en octubre, 4 mil 930 en noviembre.
Los municipios con mayores extranjeros presentados antes las autoridades migratorias, después de Tapachula, fueron Arriaga con 2 mil 706, Chiapa de Corzo con 2 mil 600, Comitán con 3 mil 725, Huehuetán con 3 mil 36, Huixtla con 3 mil 692, Suchiate con 4 mil 957, Tuxtla Chico con 2 mil 456 y Tuxtla Gutiérrez con 3 mil 785.
A pesar de ser la entidad con mayor cantidad de deportaciones, la protección que Chiapas ha brindado a los migrantes por parte de grupos de BETA es mínima: en el periodo enero-noviembre tan solo 32 migrantes fueron auxiliados por lesiones, la mayoría en la sede de Palenque y solo a 39 personas les fue brindada asistencia legal además de que ninguna de sus denuncias fueron canalizadas