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Celebremos / Galimatías

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Ernesto Gómez Pananá

El seis de junio apenas pasado, es en mi opinión, una fecha tan trascendental como lo fueron el uno de julio del 2000 ó del 2018. Como país, como ciudadanía, tenemos grandes motivos para sentirnos felices. No soslayo en modo alguno los atentados y asesinatos a candidatos, no soslayo tampoco lo precario de la mayoría de las propuestas o lo decadente de tener a actores mienta madres. Buchones verde ecologistas o rockeros piratas. Todo queda para la anécdota, y por encima de todo ello, la jornada del domingo y sus resultados nos reivindican.
 
En esta columna he insistido en destacar la condición inédita que vivimos a partir de la elección presidencial de hace tres años. Nunca antes un partido con las propuestas de Morena había ocupado la presidencia ni encabezado las dos cámaras, el gobierno de la CdMx y varios Congresos estatales; nunca antes un partido que se dice de izquierda había ocupado tantas posiciones y de tan alto nivel. La elección de mitad de sexenio es igualmente histórica e inédita, diría sin temor a exagerar qué fue un ejercicio ejemplar y extraordinario del que podemos enorgullecernos. Doy mis argumentos:
México viene de un régimen de partido de estado y de haber sido gobernado por dicho partido más de medio siglo. En el año 2000, dimos un viraje a una derecha moderada con Vicente Fox prometiendo el cambio ¡ya! y repetimos con el PAN seis años después con Calderón. Luego de ser gobernados por Calderón, el voto favoreció de nuevo al PRI. La siguiente elección fue para Morena. Pasamos por la alternancia a la derecha y 18 años después, a la izquierda.
 
Más allá de las preferencias electorales y hasta ideológicas de cada persona, más allá de mis propias simpatías, soy un absoluto convencido de que la alternancia partidista siempre será positiva en tanto es el reflejo de la voluntad de la mayoría del electorado. En esa lógica considero valioso que hoy, la Ciudad de México se haya pintado libremente de diferentes colores porque esto va a obligar a cada gobernante a ponerse las pilas, a ser eficiente, a dar resultados y marcar la diferencia. La competencia genera eficiencia.
 
Muy valioso también resulta un congreso en el que la mayoría calificada debe construirse con acuerdos y sin aplanadoras de ningún color, un gobierno en el que un ejecutivo hábil y resolutivo sea capaz de construir su mayoría con acuerdos y diálogo. Siempre será mejor el acuerdo que la imposición.
 
De la misma forma, considero destacable que -a pesar de la creciente presencia de las distintas fuerzas del narcotráfico- no hayamos tenido saldos rojos significativos el día de los comicios.
 
En ese mismo sentido, vivimos hoy una realidad en la que más mujeres que nunca encabezarán gobiernos estatales -confirmadas seis y Campeche en el aire, a pesar de todo, a pesar incluso de “Juanitas o dinosaurios”, es un hecho favorable.
 
Destaco también, la participación ciudadana. Más del 50% del padrón salió a votar y es la elección intermedia con más alta participación de los últimos treinta años. Siempre será positiva una alta participación, vótese por quien se vote.
 
Dos elementos más a enunciar son: la encomiable labor organizativa del Instituto Nacional Electoral y la voluntad de participar como funcionarios de casilla de miles de mexicanas y mexicanos en todo el país en las complejas condiciones sanitarias actuales.
 
En esta larga lista de elementos positivos, también señalo el hecho de que no obstante hay quienes manifiestan que esta elección terminará en tribunales, en los hechos, no hay indicios reales de esto, ni mucho menos para alterar significativamente San Lázaro y de las gubernaturas en juego, sólo Campeche pudiera padecer ese escenario. En todos los otros casos, ha primado la civilidad y el reconocimiento pronto a los resultados y a las personas a ganadoras.
 
Por último, no dejo de señalar el hecho de que, así como no hubo violencia ni alto abstencionismo, tampoco hubo movilización oficial a favor del voto, no abierta, no deliberada ni formalizada. No hay denuncias de acarreo, votantes que debieron entregar una boleta en blanco y depositar la marcada ni tampoco de halcones checando que ya hubieran votado  las señoras de la colonia. A pasos pequeños y no exentos de torpezas, somos un mejor país y nuestra democracia es hoy mejor y más fuerte. Gracias a nosotros y a pesar de nosotros.
 
Oximoronas:  En Chiapas, como en muchas otras cosas, la democracia va demorada, y el escenario es distinto, seguimos siendo un bastión verde y un coto de la camarilla que lo encabeza. Complejo porvenir el nuestro mientras las mafias pseudoverdes existan.

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